Hay tres variables claves que definen el éxito, presente y futuro, de una nación: su potencia científica; su capacidad de innovación y su habilidad a la hora de emprender. Estas tres palancas marcan la diferencia entre países.
Teniendo en cuentas estas variables, cabe preguntarse cómo estamos en España. Según los rankings internacionales, en Ciencia estamos bien, somos el cuarto país de la Unión Europea en publicaciones científicas. En Innovación, parece que la cosa no pinta muy bien, según el Global Innovation Index 2023 estamos en el puesto 29 de 132 países, aunque es verdad que hemos mejorado en 10 puestos en comparación con 2022. El Emprendimiento quizás sea nuestro punto más débil, por ello me gustaría analizar en este artículo como estamos y que creo que tendríamos que hacer como país para mejorar en esta asignatura pendiente.
Lo primero, es definir que entendemos por emprender, por ejemplo, en el Diccionario de la RAE, “EMPRENDER es acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. En cambio, si nos vamos al diccionario inglés de Cambridge. “EMPRENDER es la habilidad para iniciar nuevos negocios, especialmente cuando esto implica ver nuevas oportunidades.” Interesante, en español significa dificultad y peligro y en inglés habilidad, negocios y oportunidad.
Esta definición ya nos da pistas de la diferencia de percepción que tenemos en la cultura latina y en la anglosajona, y que refleja perfectamente en los datos del Observatorio del Emprendimiento (Informe GEM España / ENISA).
Según datos de este observatorio, la media europea (EU27), un 48%, considera el emprendimiento como oportunidad, en España nos situamos en la parte baja de la tabla con un escaso 27%. También nos situamos por debajo de la media en conocimientos y habilidades para emprender un (47%) un punto por debajo de la media europea, pero 20 puntos de diferencia con Estados Unidos. El estudio también resalta la falta de referencias para aprender (41%España vs 47% EU27). En lo que si lideramos es en el ranking de miedo al fracaso, ocupamos la posición número dos, con 58% (+12 puntos vs EU27).
También nos situamos en el vagón de cola en cuanto a la consideración de que el emprendimiento es una buena opción profesional con un 47% (20 puntos por debajo de Alemania y Francia) y lo mismo en facilidad para abrir un negocio 32%, 20 puntos por detrás de la EU27.
Una vez analizada la situación actual resulta relativamente sencillo ver que tenemos que hacer para mejorar.
Primero, Educación. Tenemos que aprender a emprender, desde edades tempranas. Educar en que el emprendimiento consiste en la visión de oportunidades y la creación de propuestas de valor para un mundo mejor. Desarrollar habilidades y conocimiento de emprendimiento a lo largo de toda nuestra vida.
Segundo, facilitar la apertura de nuevas empresas y la continuidad de negocios. Es verdad que se han mejorado mucho en los últimos años el proceso de apertura, pero también creo que ha aumentado la carga administrativa en la gestión del día a día. Hay que desarrollar nueva legislación como la Ley de Startups y vehículos de financiación pública que favorezcan el emprendimiento innovador.
Tercero, el respeto hacia el emprendedor y la labor que desempeña en la creación de puestos de trabajos, directos e indirectos, y de riqueza que revierte en la sociedad. Por cierto, en España dos tercios de los emprendedores lo hacen porque ven la oportunidad y un tercio por necesidad. Todos ellos hacen un esfuerzo enorme para poner en marcha su proyecto y asumen riesgos que merecen la mayor consideración posible.
Cuarto, necesitamos referentes, creo que es bueno poner en valor los éxitos, pero aprender también de los fracasos y aceptar el fracaso como algo normal, es muy difícil acertar a la primera.
Quinto, crear espacios de difusión y de colaboración entre emprendedores, universidades, centros tecnológicos, administraciones y entre clientes y proveedores. Por cierto, estos días se celebra South Summit, uno de los encuentros de referencia del emprendimiento en España, una cita imprescindible.
Es un camino de largo recorrido, pero con grandes recompensas. Entre todos tenemos que conseguir que la definición de emprendimiento en nuestro país se asocie a palabras como oportunidad, valor añadido, crecimiento y empleo, eclipsando el significado de dificultad y peligro, que, por supuesto existen, pero que debe ser en lo último en que pensemos cuando hablemos de EMPRENDIMIENTO.