Como cada año, miles de adolescentes se han enfrentado a las pruebas de acceso a la universidad. En concreto, durante las últimas semanas, más de 200.000 estudiantes se han presentado a estos exámenes a nivel nacional, marcando un hito trascendental en sus vidas académicas y, en muchos casos, en sus vidas personales.
Tras estos exámenes, los estudiantes se enfrentan a una de las decisiones más cruciales de su vida hasta el momento: elegir la carrera que estudiarán y definir su vocación profesional. Una decisión que, sin duda, influirá significativamente en sus trayectorias futuras.
Elegir una carrera no solo implica optar por una serie de materias, sino también decidir el campo en el que desean desarrollarse, innovar y trabajar durante gran parte de su larga carrera profesional. Es un momento lleno de posibilidades y, a la vez, de grandes desafíos, el momento de hacerse preguntas sencillas y a la vez tan difíciles de responder cómo cuáles son sus habilidades, qué oportunidades laborales hay y cuáles son sus metas personales.
Como respuesta a las necesidades y demandas del mundo laboral, desde 2010, las universidades han creado más de 1.700 títulos nuevos y descartado más de 600 que quedaban obsoletos. De estos grados, 200 son titulaciones que se ofrecen por primera vez en el sistema universitario.
Gran parte de estas transformaciones académicas se han centrado en áreas como el análisis de datos, la transformación digital y la ciberseguridad. Sectores en pleno auge y cuyas empresas recalcan constantemente la escasez de profesionales especializados. Solo por poner un ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) la demanda de talento en ciberseguridad doblará a la oferta en 2024, hasta alcanzar la cifra de más de 83.000 profesionales necesarios en el sector.
Además, la plataforma de empleo Infojobs revela un marcado crecimiento en la demanda de habilidades en inteligencia artificial en el mercado laboral, lo cual ha generado una transformación significativa en el panorama profesional, especialmente para los expertos en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Estos puestos destacan por mejores condiciones, incluyendo salarios competitivos y amplias oportunidades de desarrollo profesional. Además, la naturaleza dinámica y en constante evolución de estos campos permite a los profesionales trabajar en proyectos innovadores y de gran impacto, lo que a su vez proporciona una gratificación personal y un valor significativo a sus carreras.
Sin embargo, no se trata únicamente de la oferta universitaria o de la formación específica en este tipo de áreas, sino de que, por extraño que parezca, a pesar de ofrecer mejores oportunidades de inserción laboral y salarios más altos, la demanda de estos títulos por parte de los estudiantes no es la esperada.
En este contexto, parece imprescindible impulsar la colaboración público-privada e implementar medidas que promuevan las vocaciones en tecnología y el consiguiente aumento de graduados en carreras de Informática en España, especialmente desde las etapas de educación secundaria y bachillerato, y así como desarrollar programas educativos que fomenten el interés y la participación de los estudiantes en disciplinas informáticas desde una edad temprana.
Entre estas medidas, hay que incluir acciones específicas dirigidas a las mujeres. En España, el 56% de todos los estudiantes universitarios son mujeres, pero en ingeniería informática sólo un 14% lo son. La forma más rápida de incrementar el aumento de graduados pasa por atraer un mayor número de mujeres, poniendo en valor las grandes perspectivas de desarrollo profesional para ellas. La informática es un motor para el desarrollo de áreas donde las mujeres predominan como las ciencias de la salud, y la biotecnología, siendo su conocimiento un diferencial competitivo.
En definitiva, este es un momento decisivo para todos esos jóvenes que deben elegir su camino académico y profesional. Sin embargo, también es un tiempo que podríamos utilizar todos para reflexionar.
Este proceso de decisión no solo afecta a los estudiantes, sino que también debe motivarnos a fortalecer las bases de nuestro talento más joven. La calidad de estas decisiones influirá directamente en el futuro de nuestra competitividad en el mercado laboral global, por lo que fomentar una educación alineada con las demandas actuales y futuras es esencial para asegurar que estamos preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que nos esperan.
*** Víctor Deutsch es director del programa de Ingeniería de Desarrollo de Software en IMMUNE Technology Institute.