Cuando entro a clase, y casi siempre de manera inconsciente, cuento cuántas chicas estamos presentes ese día. También me fijo en cuántas mujeres profesionales del sector de la tecnología impartirán clase ese curso lectivo o asistirán a darnos una charla magistral.

Y es que, aunque existe una brecha de género en materia de liderazgo en prácticamente todas las industrias, las diferencias más obvias se encuentran en el campo STEM.

Las mujeres en las TIC suelen ocupar cargos de apoyo o menores, y en pocas ocasiones directivos, enfrentándose además a pocas oportunidades de progreso.  De hecho, según el informe Mujeres e Innovación 2024, presentado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el 61,3% de las empresas del sector TIC no tiene mujeres especialistas entre sus empleados.

Para acabar con estas diferencias debemos atajar el problema de raíz. Desde donde he comenzado a reflexionar. Desde las aulas.

La falsa creencia de que las niñas y mujeres no cuentan con las habilidades necesarias es algo que, erróneamente, se ha ido transmitiendo generación tras generación. Son demasiadas las niñas que se ven frenadas por prejuicios, normas sociales o expectativas que, de una forma u otra, influyen en su educación y en sus decisiones de estudio y formación.

El talento femenino se ve especialmente subrepresentado en la enseñanza de áreas de ciencias, ingeniería -este domingo se celebra el Día de la Mujer en la Ingeniería-, matemáticas o tecnología, lo que se refleja en las carreras profesionales de este ámbito y en los futuros puestos de trabajo.

Pero ¿por qué esa gran barrera? Y, sobre todo, ¿cómo podemos revertirla?

Casi sin darnos cuenta, la educación desempeña un papel crucial en la transformación de estos estereotipos arraigados y en el fomento del talento femenino en campos STEM. Es en las aulas donde se deben establecer las bases para romper con estas barreras de género y promover la participación equitativa de las niñas en estas disciplinas.

Es esencial que, desde una edad temprana, las niñas sean alentadas a explorar su curiosidad y desarrollar sus habilidades en áreas STEM, brindándoles acceso a recursos y oportunidades de aprendizaje que les permitan descubrir su potencial.

Además, la presencia de modelos a seguir femeninos en posiciones de liderazgo en el ámbito educativo es fundamental para inspirar y empoderar a las nuevas generaciones de mujeres.

Afortunadamente, en los últimos años hemos sido testigos de un aumento en los esfuerzos por parte de instituciones educativas, organizaciones y gobiernos para cerrar esta brecha de género.

Sin ir más lejos, yo misma pude asistir a muchas de estas iniciativas desde una temprana edad y sin duda he visto su impacto en mis intereses y su impulso a mi pasión por la computación.

Es así como -a mis tan solo 20 años- me he visto inmersa en esa necesidad de normalizar el papel de las mujeres en la tecnología y de ahí que ahora, haga que la tecnología sea un juego en el que niños y niñas puedan explorar, aprender y desarrollarse libremente.

Creo que estas iniciativas están contribuyendo a crear un entorno más inclusivo y diverso en el que las niñas se sientan capacitadas para perseguir sus intereses en tecnología y ciencias. No obstante, aún queda un largo camino por recorrer.

Aunque se observa un progreso gradual, esta cifra indica que aún hay un desequilibrio significativo en la representación de género en este sector crucial para la economía global.

Debemos seguir trabajando en la construcción de un mundo donde las niñas no solo se sientan bienvenidas en el ámbito de la tecnología y las ciencias, sino que sepan que tienen un lugar destacado y vital en él.

Las cifras que mencioné anteriormente no son solo números, es un recordatorio de que debemos redoblar nuestros esfuerzos. Cada niña que se sienta desanimada o excluida es un talento perdido. Debemos seguir derribando estas barreras invisibles y desafiando estas normas obsoletas.

***Alai Blanco es TEDx Kids Speaker, European Digital Girl of the Year 2019, y directora del proyecto Young Immuners en IMMUNE Technology Institute.