¿Os habéis fijado en la publicidad que se ve en los partidos de la Eurocopa 2024 que se celebra en Alemania? Si no lo habéis hecho, os diré que hay una gran cantidad de publicidad de empresas chinas; es más, el patrocinador oficial del área de movilidad eléctrica es una empresa china llamada BYD; y eso que juegan en el terreno de grandes empresas como Volkswagen, Audi, Porsche, Mercedes…
Está claro que es un reflejo de la realidad en la que vivimos en esta aldea global en la que nos ha tocado vivir, pero no deja de ser llamativo que los equipos de marketing de estas empresas se hayan dejado meter semejante gol.
En paralelo, hace unas pocas semanas la Unión Europea ha impuesto nuevos aranceles para penalizar la importación de vehículos eléctricos fabricados en China. La razón es que parece ser que la UE tiene evidencias de que los fabricantes chinos reciben subvenciones de su gobierno lo cual contribuye a que sus precios sean más competitivos que los de los fabricantes europeos.
Como pasa siempre, no todos los países están de acuerdo con esta medida. En este caso concreto Alemania y Suecia se opusieron por el miedo a que estos aranceles tengan un efecto rebote, a que el gobierno chino tomase medidas (tal como ha hecho con los nuevos aranceles que afectan a la industria porcina) y que esto derive en una guerra comercial.
Además, hace unos días leí en LinkedIn un post de Emilio Froján, fundador y CEO de Velca, que me pareció cuanto menos alarmante. Dicho post era una más de las múltiples consecuencias de unas declaraciones poco afortunadas del secretario general de Transporte y Movilidad, Álvaro Fernández Heredia, en las que decía que "si no ayudamos desde el punto de vista del Gobierno a que la opción de compra sea la bicicleta (eléctrica), lo que nos vamos a encontrar son motos eléctricas de baja calidad en las calles de nuestra ciudad".
La verdad es que, viendo la reacción de varias asociaciones y empresas fabricantes de motos eléctricas, el malestar del sector es muy evidente puesto que no están de acuerdo en que las motos eléctricas sean de baja calidad. De hecho, solo hace falta ver las declaraciones de José María Riaño, secretario general de ANESDOR, recogidas en este artículo: "El sector de la moto, molesto con Transportes por decir que los vehículos eléctricos son de "baja calidad".
Como amante de todo lo que tenga ruedas, me quedo con lo de que no se trata de comparar unos modos de transporte con otros, sino de ofrecer al ciudadano las mejores opciones de movilidad sostenible en función de cada necesidad. Hago eco en estas líneas del comentario de Froján en el que dice que no da crédito a las declaraciones del secretario general de Transportes y Movilidad Sostenible; e incide en que desde su perspectiva "parece que nuestro propio Ministerio de Movilidad Sostenible desea cargarse la única unidad industrial renovada en España. Entre las españolas Silence y Velca alcanzamos casi el 40% de cuota de mercado en canal particular. Un éxito del emprendimiento español que no tiene casos equivalentes en otros países de Europa".
La verdad es que se nota que en Velca llevan tiempo picando piedra y que las han visto de todos los colores. Por eso las reflexiones de su CEO me parecen especialmente relevantes, más allá de que tenga su lógico sesgo. En otro de sus post nos dice que Europa está neurótica, nos explica que por una parte la UE condena las subvenciones chinas y aprueba la imposición de aranceles; y por otra los estados miembros ofrecen incentivos para que los fabricantes chinos monten fábricas en el viejo continente.
Es cierto que es un tema complejo, pero no es menos cierto lo que nos dice Froján: "Les sancionamos por recibir ayudas en su país cuando nosotros también se las ofrecemos. Es el circuito del absurdo… Las políticas proteccionistas de Europa solo sirven para exhibir nuestra dificultad para prosperar. El fin o el efecto del nuevo marco sancionador no será el desarrollo de los fabricantes europeos si no un mecanismo de presión para la instalación de fábricas de coches chinos en Europa. Por lo visto nos conformamos con eso".
Espero que se equivoque en lo de que por lo visto nos conformamos con esto, porque como ya he comentado en múltiples ocasiones, la repatriación industrial de Europa es crítica para nuestro futuro.