"Cualquier tonto puede decir que hay una crisis cuando llega. El verdadero servicio al estado es detectarla en el estado de embrión", decía Isaac Asimov.
Hace cinco años que sugerí a una organización asignar un 0,3% del presupuesto para empezar a implementar la inteligencia artificial (IA) para ganar eficiencia en los procesos, optimizar la base de datos y poder realizar acciones de manera efectiva. La respuesta fue que no era prioritario.
El uso de la inteligencia artificial en el ámbito gubernamental no es un fenómeno reciente. A medida que la tecnología ha ido avanzando, los gobiernos comenzaron a utilizarla para la toma de decisiones en áreas como la seguridad nacional, la salud pública y la gestión de recursos.
Posteriormente, la IA se ha utilizado para mejorar la eficiencia y calidad de los servicios públicos, como los sistemas de atención al cliente automatizados, la planificación de riesgos y la detección de tendencias y predicciones. En las ciudades, grandes aplicaciones incluyen la gestión del transporte, el control de seguridad y la contaminación. Hoy en día, la IA se está implementando en todos los sectores y ámbitos.
China, ha invertido contundentemente en inteligencia artificial, creando centros de investigación y empresas en todo el país. A nivel gubernamental, China utiliza sistemas de reconocimiento facial para monitorear la seguridad y ha implementado sistemas de clasificación.
Nos sorprendemos de que China esté a la cabeza en estas tecnologías, pero llevan años con una estrategia y priorizando los recursos, formando recursos humanos e invirtiendo en empresas privadas y públicas para ello.
Para 2026 el 70% de las aplicaciones portátiles (APPs) estarán hechas con IA generativa. Los tiempos en innovación importan. Administrar o gestionar es priorizar los recursos, y por eso tener un buen sistema de gestión basado en los datos (y la IA), sí que permite a las empresas, organizaciones y gobiernos ser más productivos y, sino que se lo digan a los chinos. No entraré en el debate de para qué, pero sí en que en innovación la priorización importa y la velocidad, también.
El término GobTec se ha convertido en una palabra clave que describe la integración de la tecnología en el ámbito gubernamental con el objetivo de mejorar la eficiencia y eficacia en la prestación de servicios públicos.
La implementación de estas tecnologías en el ámbito gubernamental puede traer múltiples beneficios, incluyendo mejores servicios, una mayor participación ciudadana y un acceso más fácil a la información gubernamental para los ciudadanos.
Sin embargo, también presenta desafíos y preocupaciones como la seguridad y privacidad de los datos, la brecha digital y la posible exclusión de grupos sin acceso a la tecnología. A esto se suma la potencial aplicación de la IA, que requiere de un enfoque ético, transparente y responsable en la toma de decisiones automatizadas y por tanto tener un GobTec al servicio de todos.
La automatización de las decisiones está transformando no solo lo que hacemos y cómo lo hacemos, sino también la manera en que nos gobernamos y administramos.
Esto significa que, probablemente, no necesitaremos las profesiones e instituciones tal como las conocemos hoy, sino que se crearán nuevas formas de servir a los ciudadanos. En este contexto, será esencial formar perfiles especialistas y alfabetizar tecnológicamente a toda la población, enseñando los derechos y deberes de la ciudadanía digital.
Vivimos un momento clave en el que el crecimiento exponencial de la IA marcará la evolución de nuestra economía y la forma en que nos gestionamos. Será crucial que los gobiernos sepan priorizar, utilizar y adaptarse a esta nueva realidad, diseñando y representando más que ejecutando, y asegurando que la IA se base en valores humanos, tal como los principios de la robótica de Asimov.
PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, trepas, troyanos y trolls y rodearos de SINERGENTES que siempre suman aptitudes, equipo y valores.