La digitalización es un término amplio que cada persona entiende de acuerdo con su propio nivel de madurez digital. Sin embargo, cuando hablamos de tecnologías disruptivas y su impacto en las organizaciones, la imaginación se dispara. Para aquellos que no están inmersos en el mundo tecnológico o corporativo, puede resultar difícil visualizar qué son exactamente estas tecnologías, cómo adquirirlas e implementarlas y qué beneficios concretos aportan. Además, muchas de ellas, especialmente las más prometedoras, aún se encuentran en etapas de investigación y proyectos piloto.



Para las pymes, y especialmente para las micropymes, que representan la mayoría del tejido empresarial de nuestro país, es complicado conocer, asimilar e incorporar las que facilitan su digitalización y, en el mejor de los casos, su transformación digital. Aquí es donde los parques tecnológicos desempeñan un papel crucial.



Estos espacios sirven como escaparate de las tecnologías disruptivas y sus aplicaciones. Permiten visualizar a los actores clave, facilitando el contacto entre los grupos de investigación, los proveedores tecnológicos y la demanda potencial. Esto es esencial para generar inspiración e interés, presentando casos de uso y los beneficios obtenidos, y animando así a las empresas a adoptar nuevas tecnologías.



Además, desde los parques científicos y tecnológicos se acompaña a las empresas, especialmente a las micropymes, en el proceso de implantación de estas tecnologías. Les acerca a los recursos necesarios y a proveedores tecnológicos locales, facilitando la comprensión de los beneficios que estas tecnologías pueden aportar. Esto es especialmente importante para los pequeños negocios que a menudo no tienen la capacidad de explorar estas oportunidades por sí mismos.



Asimismo, los parques científicos y tecnológicos y los distritos de innovación desempeñan un papel fundamental en potenciar las vocaciones tecnológicas. Promueven la formación en tecnología, considerando la perspectiva de género y las oportunidades de reskilling para asegurar una masa crítica de profesionales en el territorio. Esto no solo ayuda a las empresas a encontrar el talento que necesitan, sino que también contribuye al desarrollo socioeconómico de la región.



La transferencia de conocimiento es otro aspecto crucial que los parques tecnológicos facilitan. Crean comunidades de práctica entre los expertos para que las innovaciones tecnológicas fluyan y se desarrollen, avanzando en su optimización y aplicación.



Los parques científicos y tecnológicos, como el ParcBit, son los hub naturales donde confluyen actores y escenarios necesarios para impulsar y asentar tecnologías en las pymes de su área de influencia. Funcionan como un nodo central que se nutre de otros parques y redes de innovación nacionales e internacionales, transmitiendo los últimos avances tecnológicos a nivel local. Además, ofrecen visibilidad internacional y oportunidades de colaboración, conectando a las empresas más disruptivas e innovadoras con redes y socios internacionales a través de proyectos.



En definitiva, con su trabajo, los parques contribuyen a la soberanía tecnológica de su región, ayudando a fijar los actores y las rutinas necesarias hacer tangible los beneficios de los usos de todo tipo de tecnologías, avanzar en su propio desarrollo y acercar la potencial demanda a la oferta tecnológica de su territorio.

*** Sebastián González es gerente de la Fundació Bit.