En su reciente discurso de toma de posesión para su segundo mandato, Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, delineó las orientaciones políticas que marcarán la agenda de los próximos cinco años. Una agenda con menos ambición regulatoria y un claro enfoque en la competitividad de Europa, que abarca desde inversiones en tecnologías estratégicas hasta la reducción de barreras para la actividad empresarial y el refuerzo del Mercado Único.

Uno de los temas que, aun siendo muy específico, más interés ha generado en el ecosistema emprendedor es la posibilidad de impulsar el llamado "régimen 28º". Este instrumento pretende solucionar uno de los mayores retos para las startups y scaleups europeas: navegar el complejo entorno regulatorio de la UE, compuesto por 27 sistemas legales diferentes que, en ocasiones, tienen incentivos nacionales para no estar armonizados.

El régimen 28º funciona como una suerte de jurisdicción comunitaria adicional a los regímenes nacionales existentes (de ahí su nombre). Para determinados ámbitos, las empresas europeas o de terceros países contarían con una alternativa común a la que acogerse para operar en todo el mercado, sin necesidad de abordar regulaciones y exigencias administrativas de cada Estado miembro.

A través de la armonización y simplificación normativa, el régimen 28º puede incidir en elementos estructurales para las startups y scaleups de nuestro país: reducir las cargas administrativas, facilitar el acceso a mercados de otros países europeos y reducir el impacto negativo generado por la regulación económica proteccionista. Siguiendo las recomendaciones del Informe Letta y del Comité Económico y Social Europeo (CESE), este régimen puede reducir la brecha entre los ideales y la acción para crear un mercado único real, poniendo en valor los beneficios potenciales de un marco legal uniforme en toda la UE, entre los que destacaría la atracción de inversión y una mayor escalabilidad para las empresas.

La iniciativa Startup Europe de la Comisión Europea ha estado trabajando en este concepto desde hace varios años, subrayando la importancia de un entorno regulatorio cohesionado para el crecimiento de las startups y scaleups en Europa. También durante la Presidencia española del Consejo de la UE en 2023, se propuso la homogeneización de los marcos de apoyo nacionales para el emprendimiento tecnológico en la UE, en el marco de la declaración An EU approach to startups and scaleups.

En definitiva, se trata de una medida clave para Europa que permitiría a las empresas escalar sus operaciones de manera más eficiente y efectiva dentro del territorio. Según señalaba el propio Enrico Letta en la presentación de su informe, el 28º régimen ayudaría a que empresas y emprendedores vean en el mercado único una oportunidad, en lugar de un obstáculo.

Por otro lado, las prioridades de la nueva Comisión Europea también pasan por garantizar que la implementación de la regulación no tenga un impacto negativo en las operaciones de las startups y scaleups, especialmente tras el tsunami regulatorio de la legislatura 2019 - 2024. Para ello, von der Leyen propone un nuevo competitiveness check para evitar cargas administrativas excesivas, un diálogo coordinado entre las partes, y un "test de estrés" para asegurar que el marco regulatorio no inhiba la capacidad de innovación.

De hecho, en sus directrices políticas, la simplificación de la aplicación regulatoria ocupó un lugar destacado. Von der Leyen anunció la creación de la figura de una Vicepresidencia en de Aplicación, Simplificación y Relaciones Interinstitucionales en la Comisión Europea y subrayó que cada Comisario se encargará de reducir la burocracia y las obligaciones de información del conjunto normativo comunitario en su área de trabajo. 

En este sentido, cada Comisario tendrá que preparar un informe anual de situación para su respectiva Comisión del Parlamento Europeo y la formación del Consejo, a fin de hacer un seguimiento compartido de los avances en la observación nacional de las leyes de la UE y la aplicación de la legislación de la UE.

Por último, los objetivos de la legislatura que ahora comienza también incluyen aumentar las oportunidades de financiación para las empresas en crecimiento. Un mercado fragmentado, como el europeo, no solo tiene menos capacidad de innovación, sino también más dificultad para acceder a capital. De hecho, según un reciente informe del European Investment Bank (EIB) las scaleups europeas captan un 50% menos de capital que sus pares basadas en EEUU, tras los diez años de vida.

Volviendo al mencionado Informe Letta, se aboga por una transformación significativa: unificar el ahorro y capital privado de la EU (estimado en 33 billones de euros) y movilizarlo, entre otros, hacia inversiones en tecnologías y organizaciones alineadas con las necesidades estratégicas de la UE. Para Letta, lograr un verdadero mercado único en la UE pasa por la unión de los mercados financieros. Entre sus propuestas también figura crear una bolsa de valores europeas para deep tech.

Por ello, no es de extrañar que Von der Leyen haya hecho mención en su discurso a la inversión en startups o que haya anunciado un nuevo Fondo de Competitividad que siga la estela de los Fondos Next Generation y que invierta en tecnologías estratégicas, como la IA. Impulsar fondos públicos que lleguen adecuadamente a las empresas de base tecnológica y crear un marco de protección cuando enfrenten problemas de viabilidad, similar a los sistemas de protección ya existentes para empresas estratégicas, debe ser uno de los ejes de trabajo de la próxima legislatura.

En definitiva, es fundamental mantener en el foco a los futuros campeones tecnológicos europeos y las necesidades para su crecimiento. Consolidar empresas innovadoras es la mejor forma de lograr una Europa fuerte, con autonomía y peso global. La creación de un entorno regulatorio favorable y armonizado no solo beneficiará a las startups y scaleups, sino que también impulsará la innovación y el crecimiento económico en toda la región. Estamos ante una oportunidad única para eliminar barreras y crear un mercado más cohesivo y competitivo, donde las empresas puedan prosperar y alcanzar su máximo potencial.

***Miguel Ferrer es SVP de Estrategia y Agenda Pública de Adigital.