Cualquiera que haya visitado los Everglades, el parque natural cercano a Miami, se habrá dado cuenta de que aquí, la verdadera especie invasora somos los humanos. Visitar esta zona en una de sus lanchas flotantes, airboat en inglés, es una experiencia recomendable.

Algunos van solo con el reto de ver de cerca los aligátores, lagartos gigantes, familia de los caimanes y cocodrilo, pero con un temperamento un poco más calmado (hasta que tienen hambre, claro). En invierno se ven menos, se aletargan. Más seguro. En verano hay más, pero tienen hambre.

Verse inmerso en una especie de lago de agua dulce, que resulta ser un río muy lento y con nenúfares y vegetación que acaricia la panza de la lancha te lleva a pensar cómo se sentirían los primeros exploradores de La Florida ante ese escenario. No tanto Ponce de León y los líderes que lo documentaban, sino “cualquiera” que sin pensarlo mucho terminaron en una aventura así.

Siguiendo el Timiami, el río ya más denso y navegable, hasta la ciudad, donde desemboca en la Bahía Vizcaína, se suman barcos, tanto de recreo como de transporte logístico. Un poco más allá, en el puerto, se suman esos edificios flotantes, las moles de los cruceros. Una industria tan relevante como polémica en Miami. Polémica por la contaminación y las condiciones laborales de los tripulación.

Aprovechar la bahía

Miami y Miami Beach están unidas por puentes. El primero es hoy lugar de lujo, un caminito que se puede hacer también en bici o caminando cuando no aprieta tanto el calor, es el Venetian Causeway.

Hace seis años, cuando Uber ya operaba sus coches con normalidad, tuvo una idea genial: ofrecer barcos bajo demanda, para cruzar de un lado a otro durante Art Basel, pico de la temporada turística y de negocios, con lleno asegurado en hoteles y restaurantes. Es decir, atasco constante.

Fue efímero, buena publicidad. Solo eso. UrbanLink Air Mobility, ha llegado a un acuerdo con Artemis Technologies, fabricante de barcos eléctricos, para probar con 20 vehículos que ofrezcan diferentes rutas fijas, además de servicio bajo demanda.

Por ahora estas naves tienen permisos para transportar 24 pasajeros, en Florida, California y algunas islas del Caribe. Este primer paso en una zona urbana de gran densidad puede marcar un hito también para otras ciudades.

Además de prometer eficiencia en cuanto a precio y tiempo, hay un punto que agrada especialmente a las autoridades, el hecho de que no tenga combustible fósil y minimice la contaminación.

Zoox, la startup de coches sin conductor de Amazon, ha lanzado su programa en el mundo real. Al igual que Google también hizo en su momento. Zoox arrancó en San Francisco, Las Vegas y Seattle, donde está el cuartel general de Amazon. Miami y Austin son las siguientes ciudades de la lista.

Arrancan con Toyota Highlanders adaptados, en lugar de tener un modelo propio, añaden tecnología a lo que existe. Por ahora solo estarán en algunas partes de la ciudad. En California y en Nevada, en cambio, sí usan autos sin palanca de cambios o pedales. Con cuatro plazas, dos y dos, mirándose entre sí.

Ojalá esta vez vengan para quedarse, tanto los water-taxis como los sin conductor.