Hay tantos temas interesantes sobre los que escribir, que siempre me cuesta elegir. Esta semana estaba entre tres temas: la presentación del Liux Geko de hace unos días en Palma de Mallorca, el uso de drones para estudiar los tornados o la agresiva campaña de Greenpeace cuestionando (con evidencias basadas en la tecnología) el porcentaje real de reciclaje en España. Finalmente, he optado por la tercera opción.

No sé si a vosotros os pasa, pero a mi me fascina la cantidad de leyendas urbanas sobre el reciclaje y su inutilidad. De hecho, hace poco me he cambiado de casa y en una conversación en mi nuevo edificio me preguntaban qué se tira en el cubo de resto y afirmaban haber visto al camión de la basura recoger los distintos cubos y mezclarlos todos en el mismo… 

En paralelo, me llegó información de una campaña de Greenpeace llamada Ecoembes no sabe contar: la botella delatora. La gente de Greenpeace se ha valido de la tecnología para intentar monitorizar dónde acababan varias botellas depositadas en distintos sitios y sus resultados son sorprendentes y preocupantes. 

Ellos lo explican así: como a la UE no le salían las cuentas entre los datos que le ofrecían empresas que están obligadas por la responsabilidad ampliada del productor (RAP) y sus propios cálculos, creó una directiva de plásticos para un tipo concreto de envases: las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de hasta 3 litros, y estableció unos objetivos de recogida selectiva obligatorios: 77% en 2025 y 90% en 2029.

El Gobierno español al transponer la directiva a legislación nacional fue más allá: de no alcanzarse un objetivo del 70% en 2023, se pondría en funcionamiento un nuevo modelo de recogida ese tipo de envases similar al tradicional sistema de devolución de los cascos a la tienda: un Sistema de Depósito de una pequeña cantidad de dinero, que se Devuelve al Retornar el envase (SDDR).

Y entonces Ecoembes, con su monopolio de los residuos de envases, sacó su lápiz y papel y calculó que en 2021 recogió selectivamente el 71,1% de las botellas afectadas por la directiva que se pusieron en el mercado. 

Por otro lado, veo en la web de Ecoembes que llevan más de 25 años cuidando del medioambiente a través del reciclaje de envases en España y que tienen una fuerte apuesta para conseguir un futuro cada vez más circular.

Tanto es así que son los responsables del Circular Packaging Challenge, una competición europea entre startups para buscar las soluciones más eficaces que impulsen la circularidad de los envases.

Basándome en mi experiencia personal en el mundo del market research y del análisis, podría apostar algo a que nadie miente, ya que la clave estará en detalles tan importantes como las taxonomías utilizadas y la representatividad de las muestras.

Sea como sea, está claro que antes del 31 de octubre de este año el Ministerio de Transición Ecológica tendrá que decidir sobre la implantación o no de un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) y que, a lo mejor, lo preferible para el medio ambiente es una sistema híbrido no monopolístico. 

Siento no poder daros una respuesta clara, pero con este tema me pasa como con mis vecinos, no tengo claro si hay un auditor lo suficientemente creíble y fiable como para que pongamos la mano en el fuego.

Lo cual no implica que debamos seguir aportando reciclando, aunque sería preferible reducir y reutilizar primero. Y que es importante que nos sigamos investigando e innovando para apalancarse en las últimas tecnologías de reciclaje.