En los últimos años, la transformación digital está revolucionando la industria y la economía, facilitando que los procesos de producción de las compañías sean más eficaces y con mejores márgenes. También está afectando a nuestra vida diaria, modificando nuestros hábitos de consumo y la forma en la que, por ejemplo, nos relacionamos con la administración.
En este contexto, regiones como Madrid están convirtiéndose en referencia a nivel nacional e internacional, como polo de creatividad y desarrollo tecnológico, a través del impulso de una estrategia digital que genera las condiciones necesarias para incentivar la creación de startups y la atracción de inversión de corporaciones globales.
El contexto geopolítico y económico obliga a la Unión Europea a trabajar firmemente en el desarrollo de capacidades propias, reduciendo la actual dependencia de soluciones de países del fuera del espacio de la unión, de las que dependen nuestra economía, seguridad y defensa. Bajo estas condiciones, es necesario redoblar esfuerzos y extender la dinámica impulsada desde Madrid a otras regiones en toda nuestra geografía. De esta manera, conseguiremos hacer de España un referente internacional en la innovación de las llamadas tecnologías habilitantes y en la generación de empleo de calidad.
El éxito de Málaga en atraer empresas tecnológicas refleja el potencial de nuestras ciudades para convertirse en verdaderos centros de innovación. Pero no basta con atraer empresas. Hace falta un apoyo sostenido, a través de estrategias digitales bien diseñadas, que permitan consolidar estas iniciativas como auténticos hubs tecnológicos estables. Sectores emergentes como la inteligencia artificial, la biotecnología y la ciberseguridad pueden generar un impacto profundo en la economía, pero requieren de una definición de objetivos de alto impacto y de un entorno de colaboración entre empresas, universidades y gobiernos locales.
A pesar de algunos avances, aún estamos por detrás de la media europea en gasto en I+D, lo que limita nuestras capacidades para competir en un escenario global. La digitalización ha dado lugar a logros significativos, pero áreas críticas como el uso de servicios en la nube, la escasez de especialistas en TIC y la permeabilidad de las tecnologías en las PYMES, son aún puntos débiles. Si queremos que más regiones de España, se suban a las oportunidades que ofrece la innovación tecnológica, es esencial trabajar en estrategias de desarrollo de talento digital desde edades tempranas y promover incentivos que atraigan a jóvenes y profesionales a los sectores tecnológicos.
Si España aspira a no perder el "tren de la innovación tecnológica", y a convertirse en un referente en una economía fuertemente dependiente de la inteligencia artificial, no debemos limitarnos a solo a atraer proyectos de inversión de multinacionales extranjeras; es fundamental construir un ecosistema que permita a las empresas emergentes, las iniciativas locales y los centros de investigación prosperar y colaborar.
Con la cooperación entre el sector público y el privado, España puede y debe avanzar hacia un modelo en el que sus regiones funcionen como centros interconectados de innovación. En IMMUNE Technology Institute, creemos firmemente que el camino hacia un liderazgo global en innovación está en nuestras manos. Apostar por la colaboración y la inversión en talento no solo fortalecerá la competitividad del país, sino que también contribuirá al bienestar social y económico de toda nuestra sociedad.
*** Miguel Rego es director del área de ciberseguridad en IMMUNE Technology Institute.