La inteligencia artificial Generativa (IAGen) ha llegado para revolucionar el mundo de los negocios. Las empresas ya están experimentando la capacidad de esta herramienta para transformar procesos y aumentar la eficiencia, pero existe una oportunidad aún mayor en juego: utilizar esta tecnología para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y cumplir con la Agenda 2030. Y es que, con solo el 17% de las metas avanzando según lo previsto y el reloj marcando menos de seis años, necesitamos un impulso transformador.

Imaginemos un escenario en el que la IAGen se convierte en una herramienta clave para combatir el cambio climático, reducir la pobreza o mejorar el acceso a la educación. Empresas en todo el mundo ya están utilizando la IAGen para impulsar la sostenibilidad en sus operaciones.

Esta tecnología ayuda a optimizar la eficiencia operativa, reduciendo el consumo de energía y minimizando el impacto ambiental. Al identificar patrones complejos en datos geoespaciales, apoya la gestión de recursos naturales.

De manera que el sector privado, que genera más del 60% del PIB mundial, tiene una oportunidad única: liderar el uso de la IAGen en el desarrollo sostenible, priorizando los ODS en sus estrategias, maximizando su impacto positivo y ayudando a cerrar la brecha entre la intención y la acción. Es fundamental desarrollar e implementar la IAGen de forma ética y transparente.

La línea entre oportunidad y riesgo es delgada. ¿Queremos una IA que democratice el acceso al conocimiento o una que concentre el poder en unas pocas manos? Queremos que la tecnología esté al servicio de las personas y nos ayude a lograr un futuro sostenible.

En esta publicación, reconocemos que, pese a todos sus beneficios, la IAGen conlleva riesgos reales, como aquellos relacionados con la ciberseguridad, la privacidad de datos y los sesgos algorítmicos que pueden afectar la diversidad cultural. La adopción masiva de esta tecnología sin salvaguardas adecuadas podría amplificar problemas como la desinformación.

El reciente Pacto Digital Mundial, incluido en El Pacto del Futuro de Naciones Unidas y referenciado en esta publicación, busca precisamente evitar estos escenarios negativos, estableciendo marcos claros para la gobernanza de la IA. Desde la organización han propuesto un órgano asesor global para guiar el desarrollo de la IA.

Desde el Pacto Mundial de la ONU España creemos que para que la inteligencia artificial Generativa se convierta en un aliado real hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las empresas deben abordar su implementación con un enfoque responsable desde el primer momento y existen varias acciones clave que pueden implementar. Es esencial crear barreras de seguridad desde el inicio para evitar la propagación de desinformación.

Además, no basta con desarrollar herramientas tecnológicas avanzadas: es fundamental establecer un marco sólido para supervisar cómo se utilizan los datos y cómo se toman las decisiones automatizadas, algo esencial para evitar sesgos que puedan perjudicar a grupos vulnerables. Una gobernanza robusta refuerza la credibilidad y la ética del uso empresarial de la IA.

Finalmente, el potencial de la IAGen para democratizar el acceso al conocimiento solo se hará realidad si las empresas invierten en formación y capacitación. La educación digital y la alfabetización en IA son esenciales para maximizar los beneficios de esta herramienta.

Está claro que la IAGen es una herramienta poderosa, pero es fundamental insistir en la necesidad de usarla con un propósito claro y ético. El éxito de esta tecnología no se puede medir solo en términos de crecimiento económico, sino en el impacto positivo para las personas y el planeta.

*** Cristina Sánchez, directora ejecutiva de Pacto Mundial ONU España.