Cuando tenemos 14 años, deseamos tener 20 y vivir con las ventajas que, pensamos, que tienen las personas de esa edad. Cuando crecemos y cumplimos los 20, deseamos tener más dinero ahorrado para poder vivir con una mayor independencia y libertad financiera, como si tuviéramos 30. Y, aunque suene paradójico, cuando se cumplen los 30, anhelamos esa frescura, inocencia y energía que se tiene a los 25.
Si bien muchos añoran la vitalidad que define la década de los 20, a menudo se subestima el valor y las contribuciones que los jóvenes aportan a la sociedad. Es fundamental reconocer que las nuevas generaciones han sido el motor del cambio tecnológico, una transformación que ha permeado en todos los ámbitos, incluido el financiero.
Un ejemplo claro es el de la Generación Z, que ha crecido inmersa en la tecnología y ve como algo natural el uso de métodos de pago digitales y plataformas online para gestionar sus finanzas personales. Esta familiaridad, combinada con su percepción de los activos digitales como una oportunidad para maximizar el rendimiento de su dinero, ha resultado en que un 43% de las nuevas generaciones europeas hayan invertido en criptomonedas, según una encuesta realizada por Bitpanda.
Pese a que los jóvenes lideran la carrera en la adquisición de activos digitales, en el resto de las franjas de edad, se percibe como, cada vez se suman más personas. Un hecho que ha favorecido que 2024 haya sido un año muy prolífico para el sector cripto. Esto se debe a que el mercado ha demostrado ser mucho más maduro, a lo que se suma que, gracias al fácil acceso a los dispositivos digitales, se puede comenzar a invertir cuándo y desde dónde se desee. Además, muchas plataformas de inversión han facilitado esta democratización del sector al permitir empezar a invertir desde solo un euro, eliminando todas las barreras tradicionales de entrada.
La creciente demanda de activos digitales refleja no solo un cambio generacional en la manera de invertir, sino también una evolución en la percepción global de las criptomonedas como una alternativa financiera viable y accesible para todos. Los inversores, tanto particulares como institucionales, han sabido reconocer el proceso de madurez que atraviesa actualmente el mercado. Es evidente que, aunque la volatilidad sigue siendo una característica inherente a todos los activos financieros, los criptoactivos han experimentado avances notables que han elevado notablemente su confianza.
Esto no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de una transformación profunda en la forma en que las personas conciben el ahorro y la inversión. Un claro ejemplo de este cambio es la evolución de las estrategias financieras, impulsada en gran medida por las generaciones más jóvenes. A diferencia de hace 20 años, cuando ahorrar significaba simplemente guardar dinero bajo el colchón o depositarlo en cuentas bancarias con rendimientos mínimos, el enfoque ha dado un giro hacia alternativas más dinámicas y rentables.
Cada vez más personas entienden que el ahorro debe ir de la mano con la inversión, permitiendo no solo proteger su capital, sino también hacerlo crecer de manera sostenible en el tiempo. Asimismo, las opciones de inversión han evolucionado, y ya no se limita únicamente a las más tradicionales como puede ser la compra de una vivienda.
Este cambio de paradigma ha obligado incluso a las instituciones financieras tradicionales, como los bancos, a adaptarse y diversificar sus servicios. Ya no basta con ofrecer cuentas de ahorro convencionales. Lo que en su momento fue percibido como un mundo pensado para unos pocos, hoy se consolida como una alternativa financiera accesible. Así, quienes buscan maximizar sus ahorros y alinearse con un futuro financiero en constante transformación, encuentran en estas nuevas herramientas una oportunidad para alcanzar sus objetivos financieros.
Está claro que los hábitos financieros han evolucionado con los años, y en toda esta transformación, la comodidad, la inmediatez y la asequibilidad de los servicios han actuado como catalizadores clave. Este fenómeno se evidencia porque uno de los principales motivos por el que los usuarios invierten en cripto radica en la confianza en esa promesa original de un sistema financiero más descentralizado, transparente y equitativo. Un ecosistema sustentado en la tecnología blockchain, que permite realizar transacciones directas, eficientes y de bajo coste, eliminando la necesidad de cualquier tipo de intermediarios.
Esta accesibilidad otorga a los usuarios una mayor autonomía en la gestión de sus finanzas. Sin embargo, para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrecen los activos digitales, es fundamental comprender los fundamentos de la inversión y evaluar la propia tolerancia al riesgo. Afortunadamente, la creciente disponibilidad de recursos educativos y plataformas accesibles está facilitando un aprendizaje continuo, permitiendo a cualquier persona adentrarse en este nuevo entorno financiero con mayor preparación y tomar así decisiones informadas.
Muchos desearían volver a tener 25, pero no por revivir sus recuerdos, sino por intentar ser protagonistas de las principales transformaciones que se dan hoy en día. Sin embargo, gracias a las herramientas digitales, ser partícipes de esta transformación ya no es exclusivo de un segmento de edad, sino que abre las puertas a que cualquier individuo, sea de la edad que sea, pueda empezar a invertir en cripto si desea maximizar el rendimiento de su dinero.
***Mireya Fernández es Country Lead de Bitpanda para el Sur de Europa y CEE.