Llevamos unas cuantas semanas en las que analistas, medios y personas que se paran a pensar de vez en cuando están lanzando sus previsiones para 2025. Con mi historial laboral no debería extrañar ni que sea sensible a este tema, ni que esté atento a lo que se cuenta para sacar mis propias conclusiones.

Sería imposible resumir todas las tendencias de sostenibilidad y de tecnología en una columna de opinión como Transición Verde y Digital, pero intentaré resumirlo enfocándome en unos pocos puntos, principalmente en nuestra querida Inteligencia Artificial y en la "vieja" nube.

Leo una reflexión de Daniel Newman, de Futurum Research, que merece especial atención. Él lanza unas preguntas interesantes: ¿Los LLM están encaminados a correr la misma suerte que las búsquedas?, ¿existe un potencial ganador que se lo lleve todo?, ¿nos dirigimos hacia un duopolio que se parece a la industria de los teléfonos inteligentes con dos ganadores?

Uno de ellos es un modelo de código abierto como Meta LLaMa y el otro es uno de los grandes modelos cerrados como OpenAI, Anthropic o Gemini. Esto es un debate abierto, pero él usa argumentos muy lógicos para defender su visión y nos dice que el coste y la adquisición de usuarios pone en una posición excelente a Google porque  tiene los datos de entrenamiento y el dinero para ganar cada vez más participación en el mercado.

Nos dice que por eso, OpenAI, Anthropic y los nuevos participantes necesitan a sus socios tecnológicos de gran tamaño para acelerar el desarrollo y obtener una ventaja. Los recursos informáticos también son fundamentales en este caso. Sin duda, estas empresas pueden crear un nivel de usuarios en su propia plataforma/productos/servicios. Es probable que los LLMs (Large Language Models) de código abierto se utilicen más para impulsar aplicaciones para empresas, etc.

Interesante conclusión que coincide con lo que he ido comentando en esta columna en algunas ocasiones: que no todo el mundo puede permitirse LLMs, ni siquiera los necesita. Además de que las empresas y los organismos públicos tienen datos sensibles, críticos para la supervivencia de las mismas, que les obliga a prestar especial atención tanto a los modelos usados, como al sitio en el que se almacenan y procesan sus datos.

Es importante hacerse esas preguntas y otras tipo quién está detrás de este proveedor. A lo mejor, al final lo que tiene sentido para las organizaciones es combinar IA Privada y LLMs de código abierto. Lo iremos viendo en el futuro próximo.

Por otro lado, leo Sustainability trends businesses must watch in 2025 de IMD y veo que dos de sus profesores, Frédéric Dalsace y Goutam Challagalla nos dicen que la situación está cambiando. Cada día llega un nuevo anuncio de que las empresas están reduciendo o incumpliendo sus compromisos de sostenibilidad.

Los líderes de la sostenibilidad pueden quejarse de ello, expresar sus preocupaciones sobre el empeoramiento de los problemas climáticos y esperar a que lleguen días mejores. O podrían repensar las estrategias en las que se han basado para impulsar la agenda de la sostenibilidad. La pregunta de cómo podemos hacer que nuestra organización sea más sostenible fue una pregunta útil para empezar, pero creemos que se ha convertido progresivamente en una pregunta engañosa

En una investigación que presentarán este 2025, dicen demostrar  que las empresas deberían plantearse una pregunta muy diferente: "¿Cómo pueden las empresas aprovechar la sostenibilidad para mejorar el rendimiento de sus productos y servicios y/o aumentar su asequibilidad?" Como las empresas tienen una responsabilidad fiduciaria frente a sus accionistas, la sostenibilidad no puede ser un objetivo en sí mismo.

Más bien, debería ser considerada como una herramienta para maximizar el valor para el cliente. La sostenibilidad puede aprovecharse a nivel de producto, modelo de negocio y estrategia. Cuando la sostenibilidad se posiciona de esta manera, se vuelve imparable. 

Otra interesante reflexión, la sostenibilidad está viva y va evolucionando, por sí sola ya no vende. Es una poderosa palanca de negocio, como dicen ellos, deberíamos considerarla una herramienta para maximizar el valor para los clientes, y por qué no decirlo, para la sociedad.

Y, esta idea me lleva a otra que sirve para cerrar esta columna. Leo las The 7 Revolutionary Cloud Computing Trends That Will Define Business Success In 2025 de ​​Bernard Marr. En ellas habla de IA, de nube híbrida y multi-cloud, de edge… y de que la sostenibilidad se convierte en un imperativo de la nube. Comenta que la revolución de la nube verde ya está aquí y no se trata solo de responsabilidad corporativa, sino de supervivencia empresarial.

En 2025, los proveedores y usuarios de la nube se enfrentarán a una presión cada vez mayor para reducir su impacto ambiental. Desde centros de datos alimentados con energía nuclear y renovable hasta infraestructuras energéticamente eficientes, las prácticas de nube sostenibles se convertirán en un factor crítico en la estrategia y el éxito empresarial.

Bernard acaba diciendo que estas tendencias no solo están reconfigurando la computación en la nube, sino que están redefiniendo lo que es posible en los negocios. Cuando hablamos de fuentes de energía, en Europa no todo es posible.

No tengo duda de que todo el mundo está abrazando las energías renovables, pero me pregunto qué pasará con el uso de la energía nuclear para alimentar los centros de datos de las grandes empresas (especialmente americanas y chinas) y de los grandes monstruos como Microsoft, Google, Alibaba… ¿Tendremos que añadirla a la regulación y se convertirá en otra razón por la que Europa se quedará atrás en la revolución de la IA? ¿Son compatibles las Nubes Verdes con la IA Generativa y los LLMs?