La revista Bloomberg Businessweek utilizó el término business angel por primera vez a principios de la década de 1930, refiriéndose a personas que invierten sus recursos económicos para apoyar a pequeñas compañías con modelos de inversión innovadores.

Existen muchas definiciones sobre el término business angel, pero la mayoría de los expertos coinciden en que son personas que invierten su propio capital, prestando apoyo financiero, consejo y  valiosa tutoría y asesoramiento a los emprendedores.

Según el BIGBAN Annual Report 2023, los business angels son en su mayoría hombres y emprendedores o directivos de grandes empresas, con experiencia y conocimientos financieros.

El pasado 20 y 21 de noviembre se celebró el BIGBAN Investors Congress, para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades de los inversores en este perfil de compañías.

Los business angels y los inversores de primeras etapas, se caracterizan por invertir en la fase de lanzamiento y consolidación del modelo de negocio de una empresa. Con un porcentaje de inversión, entre el 10% y el 25%, asumen posiciones de alto riesgo en sus carteras de inversión. Este riesgo se compensa, a priori, con una alta elasticidad en las valoraciones, accediendo a  operaciones a un precio razonable. 

¿Y cuáles son los resultados? Según el informe BIGBAN Annual Report, realizado por BIGBAN Investors Spain y ESIC, un 42% de los business angels (BA) no había hecho todavía una desinversión, un 56% ya había tenido alguna startup muerta, y el 44% restante mantiene su cartera completa, un 63% manifestaba tener alguna compañía zombie; el multiplicador más frecuente (35%) en las desinversiones es inferior a 2x, tan solo el 18% de las inversiones han superado el mutiplicador de 7x, y que el 68% desinvierte en un periodo entre 1 y 5 años, sería admisible aceptar que la TIR media, para el conjunto del segmento, está muy por debajo del riesgo asumido.

Quizás esto pueda explicar los datos de reducción de inversión frente a años anteriores, los inversores apuestan su capital con mayor cautela, optando por una estrategia de inversión más moderada y selectiva.

La mayoría de los business angels opina que las nuevas iniciativas que deberían abordar las administraciones públicas para fomentar la inversión en startups son, por un lado, los incentivos fiscales para personas jurídicas y, por otro, menor burocracia al inicio de los proyectos.

Este contexto, ha dirigido las miradas hacia la optimización y racionalización de los presupuestos en startups, con modelos de negocio escalables y viables a la vez. Ahora se enfoca al uso eficiente de capital y la búsqueda de rentabilidad desde el principio, y se deja de lado las estrategias de crecimiento rápido, o crecimiento basado en hacer rondas con un valor superior al anterior.

Este nuevo contexto de racionalización del capital dirigido a la obtención de un beneficio sostenible invita a analizar antes de invertir, ¿cómo debe operar un negocio?, ¿cuáles son las palancas de creación de valor?; en fin, detectar los elementos clave a la hora de seleccionar y gestionar una inversión.

En mis 25 años como inversor, he cometido principalmente tres grandes errores, (i) invertir en emprendedores que no tenían experiencia sectorial, (ii) invertir en proyectos nicho con dificultades de escalabilidad y desinversión, y (iii) asumir valoraciones no correlacionadas con el riesgo de fracaso.

En este entorno de mayor prudencia en la asignación de capital, me sorprendo gratamente de cómo los business angels analizan sus posiciones de inversión, con modelos de análisis e inversiones menos sofisticadas pero muy pegados al terreno.

Lanzando preguntas muy simples, relacionadas con cuestiones del ciclo operativo o de gestión, o con reflexiones para aumentar el ciclo de vida del cliente, o cómo se puede incrementar la calidad del producto o servicio, sin poner en riesgo los atributos básicos del mismo. Preguntas que provienen de empresarios o ejecutivos, ahora convertidos en inversores, que conocen perfectamente los riesgos sectoriales de dónde invierten. 

A un business angel no le tendrán que preparar un informe amplio de riesgos del sector o la manera de conseguir mejores rotaciones y márgenes. Su conocimiento sectorial, representa una aportación de valor para la gestión de startups. Esta manera de cuidar su capital aportado, asegurando su tiempo a aquellos proyectos prometedores en los cuales tienen mayor recorrido, es muy valiosa.

Es crucial que los CEOs y emprendedores, comprendan que la supervivencia de sus proyectos ahora depende tanto de la idea como de la ejecución, asegurando la adquisición de competencias y capacidades que incrementen sus márgenes e ingresos de manera recurrente.

En mi opinión, la experiencia de usuario de un inversor business angel con alta experiencia sectorial es muy positiva. Ya que compone una opinión cualificada sobre el modelo de negocio sectorial y sus desafíos y oportunidades. Si a este conocimiento, le añadimos la profesionalización de la inversión, nos encontramos con un activo excelente, con un riesgo más acotado, y accesible al bolsillo de muchos inversores.

Con este objetivo BIGBAN fomenta una red de inversores que invierten conjuntamente, liderados por perfiles con alta experiencia empresarial (salud, biotecnología, aeroespacial, sw…) y financiera. En la última edición de BIGBAN Investors Congress se han reflexionado sobre los sectores, estrategias de inversión y contexto, fiscal y económico, para reducir las incertidumbres en el proceso de inversión.

Estoy seguro de que el importe invertido por business angels no es relevante en términos de volumen de inversión, comparado con otros activos como el venture capital o el Private equity, pero sí es esencial en el lanzamiento de las primeras etapas de cualquier proyecto.