"The world wants you to be typical—in a thousand ways, it pulls at you. Don't let it happen. You have to pay a price for your distinctiveness, and it's worth it". Jeff Bezos.

Últimamente, solo hablamos de cosas que incluyan inteligencia artificial, aunque no sean verdad. Parece que no importa otra cosa. No eres ‘cool’ si no estás a la última de estas cosas. Y ni te cuento si además no estás posicionado en uno de los bandos al respecto. En el bueno o en el malo, o viceversa, porque no sé cuál es cuál… Porque todo es un juego en el que nosotros participamos como peones… y seremos los primeros en ser comidos.

Nos estamos perdiendo tantas cosas que nos hemos olvidado lo básico, lo más importante. Nos hemos olvidado de nosotros, de nuestra esencia. ¡Y no puede ser!

Hemos dejado el ‘sé tú mismo’ para claim de colonia y poco más. ¡Qué pena!

El caso es que en un mundo saturado de superficialidad y cortinas de humo, la autenticidad emerge como el último catalizador para el progreso y la mejora. No se trata de mezclarse con la multitud o adherirse a las normas sociales, se trata de destacar, de ser real, sin disculpas y cosechar las recompensas que, al final, llegan.

En un entorno cada vez más complejo, el liderazgo efectivo requiere más que el dominio de las habilidades y estrategias. El núcleo del liderazgo excelente parte de la humildad y la autenticidad. Es la base de relaciones sólidas, comunicación efectiva, comportamiento ético y éxito sostenible. Sin embargo, el liderazgo auténtico sigue siendo algo raro. Un estudio de Berkely Haas School sugiere que esta escasez de líderes auténticos se debe al exceso de confianza y a los sentimientos de infalibilidad que a menudo acompañan al poder.

Además, la sociedad todavía valora la conformidad, y las culturas organizacionales con frecuencia hacen de la uniformidad una alta prioridad.

Sin embargo, en un mundo donde la confianza es primordial, el liderazgo auténtico y transparente no es solo una cualidad agradable, sino esencial. Por lo tanto, para convertirte en un gran líder, debes abrazar la autenticidad.

Puede que os preguntéis cómo y de dónde salen los líderes auténticos. El concepto es amplio, pero veamos algunos conceptos y ejemplos, ¿os parece?

  • Los líderes auténticos son transparentes: Los líderes auténticos no adoptan papeles de otros que se ajustan a ciertos esterotipos. Aportan carácter real a sus roles. En lugar de poner una fachada, los líderes auténticos comparten abiertamente sus historias y experiencias personales, creando una sensación de conexión y relación con los miembros de su equipo. No dejan que las agendas ocultas o los motivos oscuros motiven sus decisiones. Evitan ajustarse a las opiniones de los demás, pero siempre muestran respeto por aquellos con creencias diferentes.

  • Los líderes auténticos se sienten a gusto con la vulnerabilidad: Los líderes auténticos abrazan la vulnerabilidad porque entienden su poder para fomentar la confianza, la conexión y el crecimiento, tanto de ellos como de los que les rodean. Lo más importante es que entienden el contexto y el momento apropiados para la vulnerabilidad. Una vulnerabilidad productiva que requiere un delicado equilibrio entre la apertura y el mantenimiento de los límites profesionales.

    Por ejemplo, los líderes influyentes comparten historias personales, experiencias y desafíos de forma sincera y precisa. Están dispuestos a revelar sus errores, fracasos y lecciones aprendidas sin buscar lástima o simpatía, sino para fomentar el aprendizaje y el crecimiento. Sin embargo, no cargan a los demás con detalles extensos e íntimos de sus problemas. Eso es vulnerabilidad productiva.

  • Los líderes auténticos comunican su propósito y visión: Los líderes genuinos inspiran a otros con su compromiso con un propósito. Y se mantienen fieles a sus valores, a pesar del posible coste. Son íntegros. Son excelentes. Y aunque son conocidos por su capacidad para reunir a las personas de su lado, no imponen sus valores a los demás. En cambio, demuestran un gran interés en diversas opiniones e ideas. Siempre muestran respeto por los demás y están constantemente buscando un terreno común. Saben que esto enriquece a todos y les hace mejores.

    No toleran a las personas que engañan, hacen trampas y manipulan. Son maestros reconociendo y gestionando sus emociones. Y no dudan en saltar cuando detectan una injusticia o comportamiento poco ético.

    Cuando se enfrentan a entornos tóxicos, hacen todo lo posible para facilitar un cambio positivo. Y en ausencia de ello, se retiran de la batalla.

  • Los líderes auténticos construyen culturas de autenticidad: Lideran con el ejemplo y crean espacios donde otros se sientan cómodos siendo ellos mismos. Estos líderes fomentan una comunicación abierta y honesta.

    La creación de entornos seguros es una prioridad para estos líderes. Quieren que todos se sientan a gusto expresando sus pensamientos, opiniones y preocupaciones sin temor a juicios o repercusiones negativas. Este tipo de cultura permite que la autenticidad prospere.

    La responsabilidad es clave dentro de una cultura auténtica. Los líderes se responsabilizan a sí mismos y a los demás por sus acciones, decisiones y resultados. No dudan en responder por sus elecciones. Del mismo modo, animan a todos a hacerse cargo de su trabajo.

    Para crear transparencia en la cultura, involucran a sus equipos en la toma de decisiones. Buscan su opinión y valoran, como decía antes diversas perspectivas. Este enfoque inclusivo fomenta el compromiso de todo el equipo, ya que las personas se sienten valoradas, escuchadas y empoderadas para contribuir a los objetivos de toda la organización.

  • Los líderes auténticos buscan relaciones transformadoras frente a relaciones transaccionales: Los líderes auténticos reconocen el valor de las relaciones que de verdad importan. Se implican en interacciones relacionales o transformadoras en lugar de transaccionales.

    Las relaciones transaccionales generalmente se centran en el intercambio de bienes, servicios o favores, con poco énfasis en la construcción de conexiones más profundas o el crecimiento mutuo a largo plazo.

    Por otro lado, los líderes auténticos buscan una conexión genuina basada en la confianza y un enfoque en el bienestar mutuo y el desarrollo de todos los involucrados. Este enfoque de las relaciones incluye empatía, escucha activa y un deseo de comprensión y apoyo mutuos.

    Los líderes auténticos priorizan el fomento de conexiones significativas, lo que puede conducir al crecimiento personal y profesional, la colaboración y el éxito compartido.

El liderazgo auténtico enfatiza la autoconciencia, el crecimiento personal, una preocupación genuina por el bienestar y el desarrollo de los demás y una búsqueda sana y real de la excelencia. Implica ser fiel a uno mismo, mostrar transparencia e integridad, y fomentar relaciones positivas con aquellos a los que lideras.

Si bien puede ser raro encontrar líderes que realmente encarnen un liderazgo auténtico, aquellos que poseen estas cualidades impactan significativamente en sus organizaciones, en sus equipos y en todos los que les rodean.

Yo, si me lo permitís, quiero destacar a uno de ellos. Lo hace de forma innata y no deja de ponerlo en práctica. Se llama Rodri y es alguien a quien admiro y de quien no dejo de aprender. A todos los que estamos a su alrededor nos hace mejores cada día. Ya os lo presentaré.

Abracemos el liderazgo auténtico. No nos perdamos. Seamos nosotros mismos. Merece mucho la pena. Lo sé.