En los tiempos que corren hemos pasado de hablar de Globalización y democratización de productos y servicios a Autonomía Estratégica. Especialmente en Europa, donde históricamente hemos sido más abiertos a la globalización por las ventajas que nos aportaban, más productos y servicios disponibles a costes más económicos y eso nos llevó en algún momento a que dejáramos de lado la industria y la innovación.

Pero la vida es cambio, y la situación actual parece que requiere que Europa sea más dueña de su destino y reducir la dependencia estratégica de otras regiones y países. Lo que supone un gran reto para Europa y un cambio de paradigma, pero todos los retos traen consigo grandes oportunidades que tenemos que saber aprovecharlas y como dice el refrán “nunca es tarde si la dicha es buena”.

La dramática crisis del COVID nos abrió los ojos y nos digitalizó a la velocidad de la luz, también nos trajo los Fondos NextGeneration EU que nos están ayudando a digitalizarnos y a llevar a cabo la transformación energética que necesitábamos.

Ahora los retos a los que nos enfrentamos en Europa, y la necesidad que tenemos de mejorar nuestra Autonomía, nos lleva a la Brújula para la Competitividad y de nuevo a seguir impulsando la digitalización, la innovación y la descarbonización (sin que lastre la competitividad) y la seguridad/ciberseguridad.

La innovación y la industria están estrechamente relacionados, la innovación genera industria y la industria genera innovación. Éste es un principio elemental.

Creo que a nadie, en su sano juicio, le guste la guerra, pero no soy capaz de recordar un periodo en la historia de la humanidad en la que no haya habido guerras en algún lugar del mundo, parece que la humanidad no sabe vivir sin ellas.

La semana pasada la UE aprobó una resolución, que entre otras cosas, afirma que "Europa se enfrenta actualmente a la amenaza militar más profunda para su integridad territorial desde el fin de la Segunda Guerra Mundial" y añade que "los esfuerzos de defensa de la Unión no pueden seguir siendo limitados en tamaño, fragmentados en su alcance y dilatados en su ejecución". Los eurodiputados reclaman más esfuerzo tanto en el ámbito estrictamente militar como en los sectores industrial, tecnológico y de la inteligencia. Esta semana la UE publicará el libro blanco sobre el futuro de la defensa Europea

En esta línea el pasado mes la Comisión Europea publicó 9 convocatorias de propuestas correspondientes al programa de trabajo 2025 del Fondo Europeo de Defensa (EDF – European Defence Fund), dotadas con un presupuesto de 1.065 M€.

Sin duda, la mejor forma de evitarlas o reducir sus efectos es tener una buena Defensa y Seguridad, que reduzca o elimine  la tentación del potencial atacante.

A nivel global, históricamente la defensa y la seguridad de los países ha generado una Industria y esa industria ha generado grandes Innovaciones, a través de grandes inversiones,  que luego han llegado a la sociedad civil y al resto de industrias, como internet, el GPS, desarrollo de nuevos materiales que utilizamos en los cascos de la motos para para salvar vidas, e importantes avances en el desarrollo de drones o robots.

La industria digital es transversal a todas las industrias, y en el caso de la defensa y la seguridad, también lo es. Por ejemplo si pensamos en el primer ataque de un país a otro creo que todos estaríamos pensando en un ciberataque, y para eso no hace falta desplazar ni personas ni equipos y las distancias no son un problema.

Por ello es importante que en Europa incorporemos nuestro conocimiento y talento digital para desarrollar soluciones de defensa que sean capaces de reducir/eliminar cualquier tipo de ataque de forma autónoma. Necesitamos liderar tecnologías satelitales, telecomunicaciones, sensórica, robótica, IA, drones, computación cuántica, y disponer de los mejores sistema de ciberseguridad. El desarrollo de estas tecnologías digitales para la seguridad y la defensa tendrán también su utilidad en la sociedad civil y contribuirán al desarrollo de una economía e industria en Europa más sostenible, competitiva y autónoma.

Es el momento en que los sector digital y la industria de defensa y seguridad colaboren de forma más estrecha, potenciando el crecimiento de empresas ya existentes en estos sectores e impulsando la creación de nuevas empresas innovadoras que impulsen la autonomía estratégica de Europa en este área.

Las crisis provocan retos y los retos oportunidades, tenemos que ser rápidos en detectar estas oportunidades y eficientes en rentabilizarlas, para conseguir una Europa más fuerte, sostenible y capaz de afrontar los retos de hoy y de mañana gracias al talento de sus ciudadanos y  a la fuerza de su industria, ciencia e innovación.

*** Francisco Hortigüela es presidente de Ametic.