El Informe sobre España 2020 de la Comisión Europea ha sacado los colores a la I+D en nuestro país, poniendo en duda algunos de los mecanismos que pretenden incentivarla, como son las bonificaciones fiscales. La Asociación de consultoras españolas especializadas en la financiación de la I+D+i (Afidi), sin embargo, defiende este sistema como imprescindible para incrementar la inversión nacional en investigación y desarrollo.
Afidi ha explicado, en comunicado de prensa, que existen diversas variables que afectan a la inversión en I+D e innovación de España como son la falta de unidad del mercado interior, que lastra la competitividad, el crecimiento y la innovación; el menor tamaño de las empresas españolas respecto a los países vecinos, que las hace más vulnerables y con más dificultades para ser innovadoras y sostener el esfuerzo; y la falta de transferencia de conocimiento de la I+D a la innovación empresarial.
Pero la asociación defiende que el análisis realizado sobre el marco de incentivos a la inversión en innovación no responde a la realidad del país. "España requiere de un sector público y un sector privado alineados en el aumento de inversión en I+D e innovación para conseguir armonizar su capacidad innovadora con los países líderes de Europa", señalan en comunicado de prensa.
En cuanto a la bonificación fiscal a la I+D, el informe europeo concluye que "aunque generosa, está produciendo resultados relativamente escasos y el sesgo en favor del endeudamiento sigue siendo elevado". El tipo implícito de las subvenciones fiscales por I+D es muy superior al 30%, mientras que la tasa de intensidad de I+D de las empresas fue del 0,7 % del PIB en 2018, la tercera más baja de la UE. "Además, las grandes empresas tienden a responder mejor que las pequeñas".
Otro problema que introduce la Comisión Europea es que la bonificación fiscal introduce una ventaja relativa para la financiación mediante el endeudamiento (en vez de con capital). "Aunque las cifras muestran una reducción de este sesgo en favor del endeudamiento, sigue siendo relativamente elevado (de hecho, es el segundo más alto de la UE). Una reducción adicional podría fomentar una mayor inversión de capital".
Desde Afidi introducen que "España está lejos del objetivo del 2% del PIB y figura muy por detrás de la media europea y de países como EEUU, Japón, Corea o China". Según el INE en 2018, la inversión nacional en I+D supuso el 1,24% del PIB y fueron las empresas las principales protagonistas (con un 56,5%). Un dato que supuso un 9,3% más que en 2017.
"La tendencia confirma que el marco de bonificaciones no va en detrimento del crecimiento, sino todo lo contrario, teniendo en cuenta la crisis económica que ha causado una reducción de la inversión y el apoyo del gobierno en I+D+i", dicen en la asociación. De hecho, mientras que la inversión pública en I+D aún no ha recuperado los datos de 2007, la inversión privada ya los ha superado "por poco" respecto a 2008.
"Es fundamental mantener y mejorar los incentivos empresariales a la inversión en I+D", señalan. "Pese a la referida 'generosidad' del régimen español de bonificaciones fiscales para actividades de I+D, en España la I+D empresarial como porcentaje del PIB es baja, situándose en un 0,6% en 2016, muy por debajo de la media de la OCDE de un 1,6%. El tipo impositivo marginal bonificado para las empresas con beneficios es un 0,33%, superior a la mediana de la OCDE. Aunque el tipo aplicable a las nuevas empresas en pérdidas es inferior, sigue situándose por encima de la mediana de la OCDE".
El problema es que la complejidad de los requisitos de procedimiento generan "limitaciones" a las empresas y, en consecuencia, las ayudas públicas a la innovación empresarial son directas en su mayor parte. "Si bien las nuevas empresas pueden certificar sus actividades, se requieren unos costes y un tiempo considerables, lo que puede constituir un desincentivo en especial para las pymes".
En Afidi apuestan por que el Gobierno continúe "simplificando el sistema, reduciendo los costes asociados y dando a conocer la forma de solicitar las ayudas". "Es en este sentido en el que se debe trabajar, para la mejora del esquema de bonificaciones fiscales a la I+D y la innovación, habiendo éste demostrado su efectividad a nivel mundial".
La asociación recuerda el informe Measuring R&D tax support: Findings from the new OECD R&D Tax Incentives Database, de la OCDE a finales de 2019, en el que se demuestra que en aquellos países donde existen políticas fiscales de ayuda a la I+D+i, las empresas invierten, de media, una cantidad del orden del impuesto o subsidio directo otorgado.
"Recientemente, Alemania reconocida como el país más innovador según el Bloomberg Innovation Index, acaba de implementar un potente esquema de incentivos a la innovación empresarial, desbancando a Corea del Sur después de seis años, como herramienta de ayuda a su tejido innovador", añaden. "Sin embargo, España, y pese a sus modestos avances, aún ocupa el puesto 33".
Ante esta situación, Afidi señala que sería "contraproducente remar en contra de la inversión empresarial en innovación". Por eso, subraya que la incentivación fiscal de la innovación es "una de las palancas más efectivas para conseguir reducir la brecha en innovación entre España y los países punteros en Europa, eso sí, mejorando y acercando el esquema a las empresas".