Seguramente cambiarán prioridades cuando Europa eche a andar otra vez. Pero hay cosas importantes que ya parecían bastante encarriladas en el primer trimestre del año. Como las líneas de trabajo de la Comisión Europea en el plano de la sociedad digital y el blockchain.
"Tenemos varias líneas principales", señalaba Peteris Zilgalvis a INNOVADORES tras su intervención en el festival TechChill de Riga. "Una es que estamos construyendo una infraestructura. Tenemos la Asociación Europea de Blockchain, en la que están todos los Estados miembros, los 27 [ya sin el Reino Unido], más Noruega y Liechtenstein y este año ya estamos poniendo servicios públicos en la cadena de bloques en estos 29 países, los informes regulatorios e informes del Tribunal de Cuentas Europeo".
Zigalvis es el jefe de la unidad para la innovación digital y blockchain en el mercado único, que depende de DG CONNECT en la Comisión Europea. O sea, es la autoridad en materia de blockchain. Y su hoja de ruta indica que "más tarde vendrán los diplomas y la identidad nacional de los individuos. Tenemos un think tank, el Observatorio Blockchain de la UE y un foro, que produce informes sobre blockchain y el futuro de los activos digitales. En cuanto a legislación, tenemos una consulta pública abierta sobre activos digitales, y probablemente regularemos esto, en un sentido pro-innovación. Además, tenemos una colaboración público-privada con la International Association of Trusted Blockchain Applications (INATBA), que en noviembre organizó con Alastria en Málaga un congreso mundial de convergencia".
"También financiamos la investigación y la innovación", añade Zigalvis que asume sólo a medias la idea de que Estados Unidos inventa, China fabrica y Europa regula. "En este caso han pasado ocho años desde que empezamos a hacer seguimiento de blockchain y todavía no hay regulación. En gran medida hemos estado mirando el mercado y viendo lo que es necesario. De hecho, es única en el mundo la infraestructura común que comparten nuestros 29 gobiernos para hacer transacciones blockchain en vivo".
En un rápido repaso, fuera de Europa sólo ve fragmentación: "En Estados Unidos hay cosas interesantes en Wyoming y también en Arizona, pero no están conectados. Hay países como Singapur o Dubái, con iniciativas atractivas... Nosotros nos hemos movido bastante más rápido. Por supuesto, quisiéramos tener la fuerza industrial también. Hay empresas y mucho talento, pero no tenemos un fondo de inversión Blockchain. Históricamente nos ha faltado capital riesgo cuando tenemos una buena idea, o gente buena. En Facebook Libra, los programadores los contrataron de nuestro proyecto de decodificación del Departamento de Ciencias de la Computación del University College de Londres. Y en su mayoría son griegos y españoles. Si las corporaciones europeas lo hubieran financiado, tal vez estaríamos por delante. Aunque también, con los problemas que Facebook Libra está teniendo, es muy posible que China esté por delante. O tal vez el Banco Central Europeo (BCE), con un grupo de trabajo sobre un euro programable digital, con lo que podríamos ser líderes. Todavía hay tiempo".
Estima que la estrategia de datos europea, directiva aprobada el 19 de febrero, es una ventaja en la gestión de datos personales, que sólo se equipara un poco en desarrollos de Nueva York y Dubái, "pero, ya se entenderá por qué, no tanto en China. Y en realidad tampoco en Silicon Valley, debido al dominio de las grandes plataformas".
La clave es "claridad legal en la tokenización cuando se ejecutan sistemas descentralizadores, aumentan las inversiones más rápidamente, o se hacen pagos, especialmente de euros a libras, o a dólares, cruzando diferentes zonas monetarias. Hay autoridades que dicen que es una cuestión de seguridad, otros que debe ser dinero fácil y otros que no debe estar regulado. Esto lo hace confuso para implementadores y usuarios. Hace falta un marco favorable a la innovación y, obviamente, contra el fraude. El fraude es fraude, pero tenemos herramientas, no creemos necesarios nuevos instrumentos, pero sí la claridad sobre cuáles son los marcos legales para los diferentes tipos de tokens. Se puede tokenizar cualquier cosa: propiedad inmobiliaria, huella climática… Queremos un espacio donde el sector privado puede utilizar esto para crear".
¿Y la identidad digital? "Tenemos un reglamento estándar en revisión, para pasarlo a consulta pública pronto. Es nuestro quinto caso de uso europeo para una infraestructura de servicios blockchain. Va mucho más allá de incorporar la identificación del gobierno. Puede utilizarse para pagar impuestos o lo que sea. Puede ser su acreditación de titulaciones, su huella de carbono y su ubicación geográfica. Es el más amplio grado de identidad, vinculado a la gestión de sus datos individualmente".
En cuanto a plazos, primero estima que "técnicamente, un año. Debido a que es la identidad digital, es un asunto delicado en comparación con la información fiscal regulatoria que estará de inmediato". Luego se lo piensa y añade: "Diría que otro año como mucho... así que dos años. Y trato de no pensar en cosas positivas sobre el Brexit, pero… en el Reino Unido no tienen un ID, así que siempre fueron un pequeño problema y era difícil avanzar. En esto, la vida es un poco más fácil ahora".
No se puede concluir una conversación sobre blockchain sin preguntar por las criptomonedas. "Eso son los 'activos digitales'", responde tajante. "Hasta ahora el Banco Central Europeo y la Comisión han dicho que ninguna de ellas son monedas, que no funcionan como tales. La única que pretendía funcionar como una moneda es Bitcoin, pero no lo hace. Cualquier categoría que tengamos, se resolverá a nivel político. Pero si tenemos inversión, tokens de pago y tokens de utilidad, lo más probable es que [las criptomonedas] sean tokens de pago". Lo cual tal vez podría alcanzar al propio euro: "Podría haber moneda digital del Banco Central Europeo. Hay un grupo de trabajo interno en el BCE, y un grupo internacional con el Banco de Japón y el Banco de Pagos Internacionales (BIS). Mantenemos conversaciones regulares con ellos, porque la Comisión es responsable del papel internacional del euro".
Lo cual deja ya poco espacio para el proyecto más ambicioso en este terreno que hasta ahora se había anunciado, la Libra de Facebook. "Si quiere utilizarla como token de pago, tendría que registrarse para una licencia de dinero electrónico y ser responsable de ello. También podría ser un fondo financiero alternativo… pero la Libra no se ha presentado oficialmente todavía. Luego está la otra preocupación, sobre el uso de datos y el tamaño de Facebook. Parece que Mark Zuckerberg no fue convincente en Bruselas, cuando se reunió con mi comisario, Terry Bertone, y otros. Hay ciertos problemas relacionados con la empresa y con la competencia, cuestiones que son específicas de ellos y que no lo serían para otra empresa".