La crisis del coronavirus está haciendo que todos los países restablezcan sus agendas, adaptándolas a las circunstancias actuales. La recuperación económica es urgente y tenemos la posibilidad de llevarla a cabo a la par que cumplimos los objetivos del Pacto Verde Europeo para conseguir una economía sostenible.
Para ello, es necesario apostar por el desarrollo de energías renovables y así abandonar las energías fósiles para centrarnos en un futuro libre de carbono. Hasta hace poco, esto podría suponer un hecho imposible de alcanzar, pero el auge de la digitalización del sector y el desarrollo de grandes innovaciones tecnológicas, están permitiendo que este hecho sea una realidad.
La posibilidad de realizar una gestión de activos renovables apoyada en innovaciones tecnológicas como el internet de las cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA) está permitiendo optimizar las inversiones en este sector, atrayendo una mayor cantidad de recursos. Al mismo tiempo, ofrece la posibilidad de realizar predicciones para mantener optimizados todos los generadores de energía y así maximizar la producción y conseguir que las renovables ganen peso en el mix energético.
La gestión de activos hace referencia a la gestión tanto técnica como financiera de los parques renovables, y esto incluye desde analizar las instalaciones 24 horas, supervisar la operación y el mantenimiento (O&M) o verificar el cumplimiento de las obligaciones de seguridad y salud (H&S), hasta encargarse de la parte contable, fiscal, mercantil, presupuestos, cash flow, project finance…
Todo ello con el objetivo de rentabilizar el parque lo antes posible y maximizar la producción de energía. El problema es que esta gestión de activos es muy compleja por toda la tecnología que necesita, además de por todo el expertise que requiere por parte de los gestores, y puede ser una gestión muy costosa para las empresas. Y aquí volvemos a uno de los mayores frenos de la lucha contra el cambio climático, el capital.
Los precios de la gestión de activos varían mucho y en el mercado global todavía están sin definir. La gran cantidad de empresas en el sector, que provocan mucha más competencia, está permitiendo reducir los precios generales, pero queda mucho por trabajar. Las negociaciones entre propietarios y gestores de activos se siguen realizando en una incertidumbre absoluta, provocando una gran especulación en el sector, y nadie actúa al respecto.
Conseguir transparencia en el mercado de la gestión de activos renovables y la posibilidad de ofrecer un precio estandarizado permite que las empresas empiecen a trabajar por la sostenibilidad. Necesitamos ampliar la cantidad de activos renovables en el mundo para poder ser neutros en emisiones para 2050, y esto solo es posible si los precios bajan, se estandarizan, y las compañías apuestan por desarrollar el sector.
La tecnología va a ser nuestra gran aliada para conseguir estos objetivos. Por ello, aquellas empresas que no cuenten con los recursos técnicos para poder realizar una gestión de activos óptima y ágil que permita rentabilizar el parque en un corto plazo de tiempo, necesitan recurrir a empresas que puedan ayudarles a realizarlo. Necesitamos estar comprometidos con la lucha contra el cambio climático y poner el foco en innovaciones que liberalicen al sector.
En este sentido, la tecnología ha permitido marcar un precio fijo a todos los módulos que conforman la gestión de activos permitiendo hacer la generación de electricidad procedente de energía solar y eólica más competitiva y eficiente, ofreciendo un ahorro de hasta el 50% de los costes por la gestión de activos en comparación con otros precios de los que se especulan en el mercado. De esta forma se impone un nuevo estándar en el mercado energético para obligar a los competidores a seguirlo.
Cumplir con los objetivos climáticos en el plazo establecido es posible. Para ello solo es precisa la voluntad, empezando desde el propio sector hasta los gobiernos e instituciones, para trabajar unidos y ser competitivos en cuanto a costes, respecto a fuentes de energía fósiles. Contamos con los recursos para lograrlo, solo nos falta apostar por ello.
Hanno Schoklitsch, CEO de Kaiserwetter