La pandemia ha puesto de manifiesto la fuerza de la digitalización, la innovación y la colaboración. No es algo exclusivo de España: en prácticamente todos los países de la OCDE se ha producido una aceleración de la adopción tecnológica y del uso de herramientas de teletrabajo, telemedicina o educación a distancia. No son meras impresiones o buenas intenciones, sino hechos, y así quedan reflejados en el informe ‘Digital Economy Outlook 2020’ de la OCDE, publicado el pasado viernes.
La aceleración tecnológica, no obstante, ha sido muy desigual. Así, algunas empresas, regiones y ciudadanos se han subido definitivamente al tren de la digitalización, aplicando cambios en semanas que, en otras circunstancias, habrían tardado meses. En contra, aquellas empresas, regiones y ciudadanos que no avanzan a la misma velocidad corren el riesgo de quedarse atrás. “La Covid-19 amplifica las oportunidades y los retos”, resumió Andrew Wyckoff, director de Ciencia, Tecnología e Innovación de la OCDE, durante el acto de presentación del citado informe.
El trabajo de la OCDE hace una panorámica general sobre el estado de desarrollo de diferentes aspectos relativos a la digitalización, como el porcentaje de países que ya disponen de una estrategia de digitalización específica, los países que tienen un plan para el 5G, la ciberseguridad, etcétera. Es un documento descriptivo y comparativo completo, pero recoge pocas novedades de interés.
Más reveladoras sobre el desigual avance de la revolución digital, incluso entre los países desarrollados, fueron las presentaciones que hicieron sendos ministros del ramo de Italia y Corea del Sur. Escogiendo estos dos países para presentar sus casos, la OCDE puso de relieve las diferentes aproximaciones y, sobre todo, la ambición desigual de las estrategias de digitalización de distintos territorios.
Italia: modernización del sector público
El primero de los casos que se expuso fue el de Italia. Este país presenta índices de penetración de fibra óptica destacables, pero está por detrás de la media de la OCDE en cuanto al porcentaje de usuarios que compran online o que son capaces de hacer un uso complejo de Internet. Su ministra de Innovación Tecnológica y Digitalización -el país cuenta con un ministerio específico-, Paola Pisano, achaca este desfase a las carencias en capacidades digitales de parte de la población.
El punto diferencial de su actuación durante la pandemia radica en que pone un foco particular en la modernización del sector público. De esta manera, Pisano confía en que la Administración Pública revierta en mayor conocimiento y confianza hacia los servicios digitales, y genere un efecto en cadena a lo largo y ancho de toda la economía.
Concretamente, el sector público dispone de su propia plataforma de pagos y de un sistema de identidad digital único, mediante el que la gente puede interactuar con la administración y al que ya se han unido casi 13 millones de ciudadanos.
En segundo lugar, hace años que Italia defiende en foros internacionales como el G20 la necesidad de contar con mecanismos regulatorios más ágiles y flexibles. En este contexto, el 7 de julio aprobaron un decreto ley para la simplificación de la innovación digital, y entre otras cosas han puesto en marcha un espacio de experimentación e innovación frontera (sandbox) para empresas, universidades o centros de investigación.
Corea afianza su ventaja en inteligencia artificial
Cuando la pandemia de la Covid-19 llegó a Corea del Sur, rápidamente pusieron su maquinaria de IA a trabajar. Así, por ejemplo, en solo tres semanas fueron capaces de desarrollar tests de diagnóstico, y redujeron el tiempo para obtener los resultados de las pruebas de seis horas a un máximo de un minuto.
La inteligencia artificial también se aplicó a una distribución eficiente de la venta de mascarillas. Así, se habilitó un portal que se alimentaba continuamente de los datos de stock de farmacias y otros puntos de venta, lo cual ayudó a evitar faltas de abastecimiento. Esa información fue colocada libremente a través de una API, gracias a lo que empresas y start-ups pudieron desarrollar otros servicios digitales.
En julio, el Gobierno surcoreano presentó el ‘Digital New Deal’, una estrategia para minimizar los efectos dañinos de la pandemia, con una dotación de 48.500 millones de euros hasta 2025. El plan está basado en tres pilares muy concretos: datos, redes e inteligencia artificial, orientados hacia la creación de nuevos puestos de trabajo.
El proyecto más importante contemplado dentro del ‘Digital New Deal’ es la creación de un gran data lake o repositorio general de datos, a partir de datos recogidos de múltiples fuentes, incluyendo las empresas privadas de diferentes industrias.
De la convergencia de esa información, se extrae inteligencia dirigida a crear nuevos servicios como algoritmos para la detección precoz de delitos, sistemas de videovigilancia inteligentes, fábricas 4.0, sistemas de reducción de la contaminación o coches autónomos. Todos ellos constituyen, a ojos del Ejecutivo de Seúl, potenciales polos de creación de empleo.
Como anécdota final, por si pudiera aportar un poco de perspectiva, la conexión del ministro surcoreano durante el evento virtual de la OCDE no reflejó de ningún modo la supuesta posición de vanguardia tecnológica de este país. Su intervención -grabada- se vio empañada por un sonido mejorable y una ventana de aviso de la grabación del acto que tapaba la mitad del rostro del mandatario. En casa del herrero...