
Las mujeres siguen siendo minoría en las carreras y los trabajos relacionados con la ciencia y la tecnología. Foto: wocintechchat / Unsplash.
Los tres gráficos que demuestran la brecha de género en las STEM: de la formación al empleo y la diferencia salarial
Los datos demuestran que las mujeres siguen siendo minoría en los estudios de ciencia y tecnología, además de contar menos en el mercado laboral.
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Si entráramos en un aula de primer curso de ingeniería informática en España, nos encontraríamos con que poco más de una de cada diez es mujer. Si replicamos la experiencia en matemáticas, veremos solo tres mujeres por cada siete hombres. Lo mismo sucede en física o en 'teleco'. Y es que, siempre que hablamos de la brecha de género en el sector STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), debemos buscar sus raíces en los fallos del camino para que sigan siendo minoría.
No existe un diagnóstico único ni absoluto sobre este problema, que atañe a cuestiones más allá de una posible falta de interés o talento. Las niñas muestran habilidades matemáticas similares a las de sus compañeros en la educación primaria, pero su confianza en estas materias es significativamente menor. A medida que crecen, los estereotipos y la falta de referentes las empujan a carreras percibidas como más seguras, con implicación social o, simplemente, donde existe mayor paridad.
No es una cuestión de vocación, sino de condicionamiento social.
Pero hay un dato que desafía esta tendencia: las mujeres que trabajan en profesiones STEM tienen una brecha salarial menor que en otros sectores y menos probabilidades de acabar en empleos a tiempo parcial. Con ello, la paradoja es que, en un mundo donde la inteligencia artificial y la automatización reconfiguran el empleo en su conjunto, la menor presencia femenina en profesiones ligadas a la ciencia y la tecnología dista mucho de ser un problema menor: podría ser la causa última de una mayor desigualdad en los próximos años.
¿Está el mercado laboral más preparado para la equidad que el sistema educativo? ¿O seguimos atrapados en un círculo donde la baja representación perpetúa la falta de referentes y oportunidades? La ciencia y la tecnología avanzan, pero la pregunta sigue en el aire: ¿avanza también la igualdad en STEM? En DISRUPTORES - EL ESPAÑOL tratamos de encontrar respuesta en las cifras, en los números que representan una realidad tan inmediata como acuciante.
Pocas mujeres estudian carreras STEM
Uno de los informes que mejor han recogido la situación que nos ocupa es el publicado por EsadeEcPol el pasado año. En dicho documento, se destaca cómo las diferencias de género en carreras ligadas a las STEM se manifiestan desde la educación primaria. Dicen sus autores que las niñas presentan menor autoconfianza y mayor ansiedad hacia las matemáticas, lo que repercute en un rendimiento inferior en comparación con los niños.
Esta brecha es especialmente notable en la habilidad de identificar y formular problemas, áreas que requieren una mayor aplicación de conceptos matemáticos. Además, las niñas tienden a percibir las matemáticas como una materia aburrida y difícil, lo que desincentiva su interés y participación en etapas posteriores.
Estas diferencias en la educación temprana tienen repercusiones en la elección de estudios superiores. Según el mismo informe, en el ámbito universitario, la presencia femenina en grados relacionados con STEM es notablemente baja.
Con cifras de 2022, las mujeres apenas representan el 36% de las estudiantes graduadas en Matemáticas, por el 27% en Física, el 23% en Telecomunicaciones o el 13% en Informática. En la mayoría de los grados STEM, la proporción de hombres frente a mujeres es de aproximadamente nueve a uno.
Esta subrepresentación también se observa en la Formación Profesional, donde solo el 7% de las mujeres graduadas eligen ámbitos STEM, en contraste con el 52% de los hombres.
Sólo el 5,5% de las mujeres se dedican a las STEM
La desigualdad continúa una vez que las mujeres llegan al ámbito laboral. Así, las mujeres representan el 5,5% de las ocupadas en sectores STEM, mientras que los hombres alcanzan el 13%.
Aunque la tasa de mujeres en ocupaciones STEM ha aumentado en la última década (en 2011 apenas superaba el 3,3%) la proporción de puestos ocupados por mujeres se ha mantenido constante, situándose en una de cada cuatro.
En otras palabras: los hombres tienen 2,4 veces más probabilidades de estar empleados en sectores STEM que las mujeres.
Hay un detalle que es imposible obviar: la participación femenina en ocupaciones STEM varía según el grupo de edad en que nos fijemos. Entre las mujeres menores de 30 años, el 9% trabaja en sectores STEM, porcentaje que disminuye al 7% en el grupo de 30 a 44 años.
Los expertos de Esade apelan, para explicar esta diferencia generacional, a los desafíos en la conciliación laboral y personal, así como con posibles barreras en el desarrollo profesional de las mujeres empleadas en este sector frente a sus compañeros varones.
Pocas mujeres, pero menor brecha salarial
Decíamos que existe una paradoja de aparente difícil conclusión. Nos referimos a que la brecha salarial en ocupaciones profesionales y técnicas STEM es notablemente menor que en otros ámbitos. Por ejemplo, mientras que en ocupaciones no STEM el salario de los hombres multiplica al menos por 1,2 el de las mujeres, en ocupaciones profesionales STEM esta ratio se reduce a 1,1, y en ocupaciones técnicas STEM, a 1,08.
Así, podemos concluir que, si bien persiste una diferencia salarial entre hombres y mujeres en lo que atañe a la ciencia y la tecnología, es menos pronunciada en el sector STEM que en el resto del tejido productivo.
Además, el análisis muestra que las mujeres en ocupaciones STEM tienen menos probabilidades de trabajar a tiempo parcial en comparación con sus contrapartes en sectores ajenos a lo tecnológico.
Específicamente, ser mujer aumenta la probabilidad de empleo a tiempo parcial en un 17%, pero trabajar en una ocupación STEM disminuye esta probabilidad a un 6,6%.
DÍA DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA
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