Patinetes, bicicletas y motos se están imponiendo poco a poco en las calles de las principales ciudades españolas y europeas. Cada vez es mayor el número de ciudadanos, jóvenes y no tan jóvenes, que optan por ser sostenibles en sus desplazamientos por el entorno urbano y por no disponer de un medio de transporte en propiedad.
Entre ellos se impone la suscripción, el renting, el leasing o el pago por uso allí donde lo permiten las administraciones públicas locales, porque las normativas difieren en función de los ayuntamientos. Sin embargo, y a menudo a contracorriente de los poderes públicos, la movilidad híbrida, complementaria, ágil, accesible y, sobre todo, sostenible ha robado el corazón de muchos.
Nos dirigimos hacia una movilidad urbana "donde el vehículo será ligero y compartido", afirmó Josep Maria Albert, consejero delegado (CEO) de Youin, marca dedicada a la venta de patinetes eléctricos y de un modelo de bicicleta también eléctrica surgida en el seno de la empresa Engel, de Barcelona. Particularmente está convencido de que en no más de "cinco o seis años, veremos muy reducido el volumen de coches en circulación en la mayoría de ciudades europeas".
Albert participó junto a Falk Siegel, cofundador y consejero delegado de Kleta, y Timo Buetefisch, cofundador y consejero delegado de Cooltra, en la mesa redonda sobre el futuro de la movilidad, organizada durante el Barcelona Startup Congress, celebrado el 23 y 24 del marzo pasado.
La movilidad eléctrica está tomando ventaja en cualquier tipo de vehículo de dos o cuatro ruedas. "Todavía nos encontramos en un momento poco maduro en nuestro subsector, pero está claro que vamos hacia una combinación de diversos modelos de movilidad. Se acabaran fusionando muchas barreras entre ellos, pero lo seguro es que el coche será cada vez más minoritario en las ciudades", auguró también el CEO de Cooltra, compañía nacida en Barcelona en 2016 que ofrece alquiler o servicio compartido de motos y bicicletas a particulares, empresas y administraciones públicas.
"El cliente desea tener libertad de elección, porque ayer necesitaba una scooter, hoy quiere un convertible y el fin de semana precisará una furgoneta. Y las compañías debemos ofrecer tantas opciones como sea posible, tanto de tipos de vehículos como de servicios. Por eso nosotros ofertamos alquiler por minutos, días y meses", destacó Buetefisch.
Esta diversidad de opciones que reclama el cliente está provocando una reformulación del modelo de tráfico en las ciudades y un ejemplo, según Siegel, es Barcelona, donde se están implementando muchos carriles para bicicletas "en detrimento de los coches". El CEO de Kleta, startup nacida en Barcelona durante la pandemia que permite disponer al usuario de su propia bicicleta a través de una subscripción, también augura un futuro con menos coches: "Se devolverá la ciudad a las personas".
Sostenibilidad y financiación
"Las pandemias aceleran los procesos de cambio y toda la reconstrucción que estamos viendo actualmente gira alrededor de la sostenibilidad y, dentro de ella, de la movilidad eléctrica", apuntó Albert, que aseguró que el sector "cambiará tanto en tipología de producto como en su uso". En este sentido, como afirmó Buetefisch, "ahora, los jóvenes pagan, disfrutan y se van".
Las nuevas empresas que proponen el modelo de movilidad sostenible son negocios que necesitan inversiones intensivas de capital. "Se trata de una gran barrera que los bancos tradicionales no financian porque rechazan vehículos pequeños como garantía de la deuda", apuntó el consejero delegado de Cooltra.
Si bien es cierto que existen fondos de inversión especializados en este tipo de nuevas empresas de movilidad, según Buetefisch, "siguen ofreciendo tasas excesivamente altas de retorno de deuda, que actúan de barrera de entrada al sector". A pesar de estas circunstancias adversas, Siegel animó a los futuros emprendedores a hacer realidad sus proyectos porque "nos encontramos en el inicio de una movilidad que tiene que ajustarse a la nueva realidad". El mundo, añadió, "lo necesita".
Continuamente se generan operaciones corporativas en las que los grandes players del sector engullen a los pequeños emprendedores locales que aportan propuestas de valor para el usuario.
"Pero lo cierto es que hay una globalidad de mercado y que el cliente quiere decidir. Por tanto, las empresas están obligadas a ofrecer diferentes alternativas a su cliente, tanto de producto como de canal y de la forma en la que ofrece el producto. De hecho, estamos hablando, también en este sector, de omnicanalidad", explicó Albert.
Pero aunque se prevé, según Buetefisch, que las grandes empresas "acaben dominando el mercado, los operadores locales tendrán mucho que decir". "Así que nos esperan unos próximos diez años muy interesantes", apostilló.
Fabricación local y colaboración público-privada
Los retos a los que se enfrenta el sector apuntan a la financiación pero también a la dependencia de la producción asiática - "deberíamos pensar en localizar la fabricación aquí, en el mercado local", pidió Albert- y a la difícil gestión de la convivencia entre el sector privado y el público.
"Se debe trabajar conjuntamente. Por ejemplo, los sistemas de recarga deben ser eficientes y solo se podrá conseguir con un buen entendimiento público-privado", apuntó el CEO de Cooltra, que se preguntaba por el futuro de las gasolineras o los espacios de la ciudad dedicados a parkings, "cuestiones que no son solo responsabilidad de las administraciones públicas".
Según él, en estos momentos, "en que tampoco existe un marco europeo que regule la nueva movilidad, ni administraciones públicas ni sector privado están a la altura, y las ciudades no hacen más que improvisar". "Esto es real, triste y malo", aseguró.
Habrá coexistencia de los diferentes modelos de movilidad durante un tiempo, pero "acabará consolidándose la exenta de hidrocarburos", según Albert. La velocidad en el cambio está, para Siegel, "en manos del usuario".
Sin embargo, Buetefisch aseguró que tendremos que esperar a que las grandes firmas automovilísticas apuesten por el cambio, porque "las factorías todavía no están diseñadas al completo para la movilidad eléctrica, además de que necesitan amortizar las inversiones hechas hasta ahora".
La nueva movilidad no tiene intención de retirarse de escena y conllevará un cambio de modelo productivo que, según Buetefisch, "todavía tardará en producirse". Así es que paciencia y perseverancia.