Es viernes, pero no un viernes cualquiera. Es justo el viernes en el que media España está pensando en la Semana Santa y no precisamente por vocación religiosa. Los más afortunados tienen por delante varios días de descanso, un paréntesis en el ajetreo diario, una pausa antes de afrontar la recta final de un curso que no está siendo tranquilo, ni en la arena económica ni en la política nacional ni en el panorama internacional.
Este viernes muchos escolares ya han iniciado las vacaciones mientras sus progenitores hacen malabarismos para conciliar, para compaginar su vida personal y profesional sin que la una menoscabe a la otra. Difícil tarea en los tiempos que vivimos.
A pesar de lo uno y de lo otro, el auditorio de Casa de América hoy está lleno. El reloj pasa unos minutos de las 9.20 y sobre el escenario algo excepcional: cuatro mujeres se disponen a debatir en la primera mesa redonda de la jornada.
Excepcional porque –hagamos autocrítica– el género masculino sigue predominando en este tipo de encuentros. Y aún no ha transcurrido ni un mes del 8M, el Día Internacional de la Mujer, cuando todas las empresas –grandes, medianas y pequeñas– presumían del talento femenino que formaba parte de sus plantillas. ¿Dónde están ahora esas mujeres?
Cuatro de ellas copan la primera conversación de la quinta y última jornada de Wake Up, Spain! Tienen algo más en común: son directivas. Tres pertenecen a grandes compañías tecnológicas –IBM, Microsoft y Amazon–. La cuarta, al grupo suizo Adecco. El motivo de su encuentro es compartir su visión y experiencia sobre cómo mejorar el empleo de las jóvenes en empresas como las suyas, grandes corporaciones.
Saben que ellas son una excepción a la norma en el único encuentro de este foro donde todos los perfiles son de mujeres. Incluido el de la moderadora. “Las mujeres que tenemos un rol de liderazgo tenemos que servir de referentes para crear otro modelo de sociedad”. “La conciliación ha de ser consensuada y compartida por las parejas”, dicen unas y otras mientras el resto asiente.
Siendo honestos a lo ocurrido estos días ente las cuatro paredes del Palacio de Linares, por su auditorio han pasado mujeres que ya son ejemplo y referente para las nuevas generaciones. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, fue la encargada de inaugurar este foro.
Eso sí, fiel a sí misma, y como ratifica en cada acto al que acude, evitó hacerse fotos en las que ella fuera la única mujer. No hace excepciones. Por eso evitó durante la primera jornada de este evento posar en el photocall junto a Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, Pepe Álvarez, secretario general de UGT, y Unai Sordo, secretario general de CCOO.
La presidenta de Santander, Ana Botín; la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrera; o la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, son algunas de las mujeres que pasaron este viernes por Wake Up, Spain! El número de hombres ha sido significativamente mayor.
Trajes grises y azul marino, camisas en tono claro, con o sin corbata, ha sido el outfit más repetido con algunas excepciones. Igual que el resto de días, a pesar de la presencia de mujeres como las ministras Pilar Alegría, Yolanda Díaz, Margarita Robles, Raquel Sánchez, Teresa Ribera y María Jesús Montero; o directivas y empresarias como Beatriz Corredor, Núria Vilanova, Berta Gonzalvo o Carolina Castillo.
“Qué mesa redonda más monótona, son todo hombres”, decía alguien entre el público asistente con un ápice de extrañeza.
Aceptemos como excusa que, aunque a veces parece que hemos avanzado mucho, todavía queda un largo camino por recorrer. Que existen sesgos inconscientes que nos impiden –a hombres y mujeres– buscar la excepción para romper la norma. Que podemos apoyarnos en la tecnología para romper esas barreras. Que sólo a través de la diversidad se podrá salir mejor de esa incertidumbre a la que parece que los próximos meses nos veremos abocados.
Mientras los más rezagados abandonan el Palacio, la capital empieza a vaciarse. Llega el momento del descanso, de dejar reposar lo vivido estos días en Casa de América, de que los más afortunados disfruten de sus vacaciones, de desear que el año que viene las mujeres no sean una excepción y formen parte de la norma.