
Mujeres científicas. Imagen de archivo.
Innovación y emprendimiento ante la brecha de género en salud: "No hablamos de un nicho, sino del 50 % de la población"
La inversión es uno de los grandes problemas, con fondos dirigidos por hombres que desestiman el potencial del mercado de la salud femenina.
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Las mujeres han sido históricamente excluidas de multitud de espacios como consecuencia del patriarcado, entre ellos, uno de los más sensibles ha sido el sanitario. Una de las grandes consecuencias de esta desigualdad se ha reflejado en que, a pesar de que ellas viven más años que los hombres, lo hacen con peor salud y una mayor carga de enfermedad, según los datos del Índice de Igualdad de Género de la Unión Europea.
Este informe revela que, como consecuencia de su género, las mujeres han sido tradicionalmente apartadas de los ensayos clínicos y aquellas enfermedades donde la prevalencia era mayor en ellas han sido poco o nada investigadas, lo que se ha materializado en que suelen recibir menos diagnósticos precisos, tienen menos acceso a tratamientos específicos y presentan una mayor prevalencia de enfermedades crónicas.
Ahora, revertir esta situación y eliminar la brecha no solo es una cuestión moral y social, sino también de oportunidad, ya que, tal y como calcula el Banco Mundial, la reducción de la brecha de género que existe en el acceso a la salud y al mercado laboral podría aumentar el PIB mundial en un 3,9% para 2035.
O, dicho de otra forma: por cada dólar que se invierte en salud femenina, se generan tres en beneficios económicos y crecimiento, es decir, mejorar la asistencia a las mujeres podría suponer un impacto positivo de hasta 1.000 millones de dólares al año en reducción de costes sanitarios y aumento de la productividad, tal y como apuntan desde el EIT Health Spain, el hub regional de EIT Health, que forma parte del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
Con el objetivo de analizar este contexto, las posibles soluciones y las oportunidades derivadas, este organismo ha impulsado un encuentro en el que han participado Ángeles Barrios, responsable de Asuntos Públicos de EIT Health Spain; María Carol, responsable de Entorno, Social y Gobernanza del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y miembro de la Comisión Clínica de Salud, Sexo y Género; y Marina Rigau, cofundadora de MiMARK Diagnostics, una spinoff del Vall d’ Hebron Institute of Research especializada en el desarrollo de herramientas para mejorar la detección de enfermedades ginecológicas.
Todas ellas han coincidido en que la innovación y el emprendimiento se posicionan como dos actores claves para impulsar soluciones que permitan acortar las desigualdades en salud de la mujer en un ecosistema protagonizado por un modelo que aún no considera de forma adecuada las diferencias entre hombres y mujeres. Aun así, han insistido en que, sin inversión y sin políticas alineadas, esta ventana se desdibujará.
Un cambio cultural necesario
Rigau ha explicado que, especialmente en su ámbito, el ginecológico, se hace extremadamente notable la falta de investigación y de recursos para la detección, el diagnóstico o la investigación de las enfermedades. Esto, ha señalado, se manifiesta en aspectos como que ciertas patologías sigan siendo un tema tabú, algo que no suele ocurrir en las que afectan a los hombres, que los tratamientos sean extremadamente invasivos, que se utilicen las mismas técnicas desde hace medio siglo o que estas tengan grandes implicaciones derivadas en la salud de las mujeres y esto no se tenga en cuenta.
"Ahora estamos empezando a ver tratamientos específicos para estas patologías, pero hasta hace prácticamente tres años no había nada", ha afirmado. "No ha habido innovación en este ámbito".
La cofundadora de MiMARK Diagnostics ha precisado que, tradicionalmente, las políticas de inversión en innovación en este campo han estado lideradas por hombres, lo que ha hecho que se enfoquen en sus enfermedades, "sin tener la empatía de ir a entender patologías que afecten solo a mujeres". "Esto está cambiando, pero aún se necesita muchísimo para ver innovación en el ámbito ginecológico", ha señalado.
Esta situación se repite en el ámbito hospitalario donde, tal y como ha precisado Carol, a pesar de que el 75% de los profesionales son mujeres, la mayoría de puestos relacionados con la toma de decisión están ocupados por hombres. Esto deriva en una falta de perspectiva de género en la atención médica que tiene consecuencias directas en la salud, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares siguen considerándose un problema masculino, a pesar de ser la primera causa de muerte en mujeres en Europa, lo que hace que sus síntomas se pasen por alto o reciban un tratamiento tardío o poco adecuado, o que la endometriosis se tarde en diagnosticar entre ocho y diez años, entre otros.
Aquí ha precisado, además, de desarrollar ensayos clínicos con mujeres y hombres en función de la prevalencia y permitir que estos pasen de las guías médicas a la práctica o desplegar comisiones enfocadas en salud y género dentro de los hospitales, es esencial empezar a incluir esta perspectiva de género desde la facultad de medicina. "Si los médicos no saben que un infarto en una mujer no se manifiesta igual que en un hombre o que un fármaco puede tener efectos distintos según el sexo, seguirán aplicando tratamientos inadecuados", ha insistido.
Más inversión con perspectiva de género
En este camino, la innovación y la tecnología se antojan como dos aliados indiscutibles para avanzar hacia el cambio requerido dentro del ámbito sanitario, algo que se refleja en el crecimiento exponencial del sector FemTech, centrado en desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la salud y el bienestar de la mujer, en los últimos años. De hecho, según un informe de DKV Analitycs DE 2021, se espera que este mercado alcance una tasa de crecimiento anual del 16% hasta lograr un valor de 60.000 millones de dólares en 2027.
Sin embargo, a pesar de las buenas previsiones, el problema principal sigue siendo captar capital, ya que los fondos están mayoritariamente dirigidos por hombres que, como ha explicado Rigau, "muchas veces no entienden el problema a resolver y desestiman el potencial de mercado de la salud de la mujer". "Es paradójico, porque no estamos hablando de un nicho, sino de más del 50 % de la población mundial".
Ambas han coincidido en que la colaboración entre el sector público y el privado es esencial para resolver los retos presentes, ya que estos van aparejados a la necesidad de una gran inversión que no se podrá alcanzar de otra forma. "Aunar esfuerzos es clave".
Llamada a startups
Con el objetivo de hacer frente a esta problemática e impulsar soluciones innovadoras en salud femenina, el EIT Health Spain ha lanzado la iniciativa WHINN (Women’s Health Innovation). A través de ella ha hecho un llamamiento a startups y spinoffs para que presenten sus propuestas enfocadas en este ámbito.
Hasta el momento, han recibido más de una treintena, de las cuales saldrán cinco finalistas que tendrán la posibilidad de presentar sus proyectos ante una audiencia de inversores del ámbito clínico en el marco del encuentro InnPulso Salud, que se celebrará el próximo 31 de marzo y 1 de abril en Valencia. La ganadora recibirá un premio económico y mentorías de expertos para mejorar su solución y acelerar su llegada al mercado.