El porcentaje de pymes (empresas con menos de 250 empleados) en el tejido empresarial de la Unión Europea ronda el 99% de las compañías. En Estados Unidos, con datos de su oficina del censo, son casi el 93%. Pero a la hora de innovar, la tendencia de los valores se invierte.
Según un estudio de la Oficina Europea de Patentes (EPO) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), sobre las pymes innovadoras en ambos continentes, en Estados Unidos hay 6.517 pymes que registran patentes sobre tecnologías inteligentes conectadas, mientras que en la UE sólo son 2.634 pymes las que lo hacen.
El estudio se titula 'Deep tech innovation in smart connected technologies'. Su objetivo es hacer un análisis comparativo entre la actividad de las pymes a ambos lados del Atlántico dedicadas a las "tecnologías de la cuarta Revolución Industrial" (4IR, por sus siglas en inglés), en particular en los terrenos digitales de la nube, IoT, redes de 5G e inteligencia artificial y también del hardware específico.
Según subrayan los presentadores del informe, los economistas jefe de ambas organizaciones, Yann Ménière por la EPO y Debora Revotella por el BEI, se aprecia claramente que Europa se va quedando atrás en el desarrollo de deep tech.
Ménière llama la atención sobre el detalle de que el informe no habla sobre "empresas muy jóvenes, aunque por supuesto incluye startups, sino que la mayoría son negocios con más de 10 años", tanto en Europa como en Estados Unidos. El análisis toma referencias de la evolución desde 2010, con la perspectiva de las familias de patentes internacionales.
El 19% de las patentes españolas
En este caso, de primeras, España no sale tan malparada de las comparaciones con sus socios europeos. El estudio registra que, en el ámbito específico 4IR, el 19% de las solicitudes españolas procede de pymes. Es el tercer porcentaje más alto de la UE y casi el doble de la media comunitaria, situada en el 10%.
Las pymes de Alemania y Holanda se quedan en el 6%. Aunque eso sí que induce a una mala comparación basada en porcentajes. Se trata de dos países en los que existen grandes corporaciones dedicadas al desarrollo de tecnología. Y estas son las que absorben los mayores porcentajes de patentes, mientras que en España faltan esas grandes empresas.
De manera general, nuestro país carece de especialización en esas tecnologías 4IR, señala un apartado del informe. Es un efecto que se refleja claramente al contrario en los casos de Finlandia y Suecia, con muy alta concentración de pymes 4IR, en comparación con el resto de la UE. Ello es consecuencia de tener sendos ecosistemas muy poderosos, alentados por los 'campeones del 5G' Nokia y Ericsson, respectivamente.
En todo caso, son 154 las pymes españolas activas en la presentación de patentes, lo que en números absolutos sitúa a nuestro país en séptimo lugar por detrás de Alemania, Francia, Italia, Finlandia, Suecia y Países Bajos.
Si se toman en cuenta todos los países integrantes de EPO (europeos, pero no necesariamente de la UE), también quedan por delante el Reino Unido (950) -número uno en esta estadística con un 65% más que Alemania (570)- y Suiza (254), en sexta posición. Ménière especifica que las pymes que invierten en innovación IT suelen patentar desarrollos que llevan al mercado a través de la fabricación en China.
El informe presenta cuatro casos de éxito, en distintos sectores: la sueca Tobii AB, que desarrolla un dispositivo de seguimiento del ojo para interactuar con máquinas; la portuguesa Perceive3D, con tecnología de vídeo para cirugía; la noruega Stingray Marine, que usa láser e inteligencia artificial para la cría del salmón; y la italiana Blubrake, que diseña frenos ABS para bicicletas eléctricas.
2,2 billones de euros en 2030
Sobre el peso e importancia de este sector de innovación deep tech, el vicepresidente del BEI, Ricardo Mourinho, advierte de que "las nuevas tecnologías inteligentes conectadas añadirán 2,2 billones de euros a la economía de la UE en 2030".
Y, como señala Ménière, "algunas de esas pymes están enfocadas en tecnologías de aprendizaje profundo, que pueden tener asombrosas aplicaciones en analítica de datos, automatización y robótica", que tienen aplicación en múltiples sectores productivos.
Revotella, desde la perspectiva económica del BEI, subraya que, de manera general, las pymes que hacen desarrollos en el campo 4IR "invierten por encima de la media [de empresas de su tamaño], e incluso tienden a hacer inversión intensiva en intangibles de investigación y desarrollo".
También afirma que "en las pymes más jóvenes de la UE la inversión puede llegar a ser el 70%" de su presupuesto. Comparativamente, las estadounidenses invierten el 67%. Cuando las pymes son más veteranas, las europeas se quedan en el 47% de inversión y las americanas, en el 57%.
Son datos a los que se une la promesa de Mourinho, de que "el Grupo BEI y sus socios están listos para movilizar inversiones públicas y privadas" en este ámbito. En otra comparación, Revotella observa que "las pymes estadounidenses son, en general, más exitosas que las europeas, y suelen tener el doble de cartera internacional".
Ménière invoca interesantes datos respecto a los objetivos de unas y otras, consultadas sobre el que consideran su mercado básico y cuál esperan que sea su mercado de futuro crecimiento.
Un 32% de las pymes 4IR europeas se centran primariamente en su mercado doméstico; el 52%, en Europa; y un 9%, en Estados Unidos. Los planes de crecimiento del 57% miran ya al conjunto de Europa y los del 24%, a saltar a EEUU.
Sin embargo, las pymes estadounidenses toman mayoritariamente todo su mercado nacional (notablemente mayor que cualquier país de la UE) como punto de partida y lo fijan también para su objetivo de crecimiento. Apenas un 10% se plantea dar el salto a Europa para su segundo paso de crecimiento.
Poca financiación y talento
Revotella también extrae del estudio la conclusión de que las startups y scaleups innovadoras tienen en nuestro continente muy limitado el acceso a una financiación adecuada. Al menos hasta alcanzar un "nivel europeo". El informe destaca la importancia de adquirir visibilidad: las pymes de ambos lados que aparecen en la base de datos estadounidense Crunchbase, uno de los mayores repositorios de información sobre startups y empresas consolidadas, suelen recibir más financiación. En el caso de las europeas, tienen el doble de probabilidades de ser compradas desde EE.UU.
En lo que casi hay coincidencia es en las barreras que encuentran todas las pymes: un 73% de las europeas y un 77% de las americanas tropiezan con la insuficiencia de financiación y un 25% y 22%, respectivamente, se quejan de falta de profesionales con la preparación requerida para sus proyectos. Es decir, escasez de talento. Más de la mitad, en ambos lados, echa de menos apoyo gubernamental.
Desde el punto de vista de las patentes, esta última queja sobre apoyos gubernamentales da ocasión para que vuelva a salir a la palestra la Patente Unitaria Europea, una especie de entelequia que colea desde 2012, cuando fue aprobada por el Parlamento Europeo.
Se trata de una modalidad de patente que abarcará a todos los países de la UE que lo deseen (no a los ajenos asociados a EPO), contará con su propio tribunal de litigios y deberá abaratar rotundamente y simplificar los procedimientos de registro, con arreglo a las doctrinas de unificación de mercados que imperan en la Unión Europa.
La esperada Patente Unitaria
En esta ocasión, fue Yann Ménière quien la mencionó, como una inminente ventaja para las pymes comunitarias, asegurando que entrará en vigor "a finales de año". A preguntas de D+I, sin embargo, el portavoz de EPO Rainer Osterwalder precisó que lo que está ahora en curso es "la creación de la corte", dejando más en el aire si el sistema entrará en vigor "este año o el siguiente".
Cada país integrado ha de ratificarlo en su Parlamento como normativa comunitaria. Según Osterwalder, "todavía faltan algunos pasos" para que la Patente Unitaria eche a andar. En 2016 ya se reportó la adhesión de "26 de los 28 miembros". Eso incluía entonces al Reino Unido. Los dos que faltaban eran Croacia (recién integrada en la UE) y España. El Brexit produjo otro frenazo en los trámites de puesta en marcha. Reino Unido queda fuera.
En el caso español, hay una negativa gubernamental derivada del hecho de que se utilizarán tres idiomas, inglés, francés y alemán, para las solicitudes y las litigaciones. Se argumentaba que eso crearía una situación de "inferioridad" para las pymes españolas. Incluso desde la OEPM se alegaba la propuesta de usar el inglés, en igualdad para todos (sólo Irlanda tendría ventaja).
Osterwalder eludió comentar, al respecto, si ha habido algún nuevo acercamiento o cambio de postura española, porque "eso se habla entre los gobiernos".