La pandemia y la guerra de agresión desatada por Rusia en Ucrania marcarán algo más que un par de años de nuestras vidas. Puede que los cambios sociales y la manera de entender los usos de la tecnología prolonguen sus efectos durante lustros. Al menos en Europa.
De momento, la quinta Conferencia 5G Techritory celebrada en Riga, regresando por fin al modo presencial, ha roto uno de los tabúes más acendrados en la Europa del siglo XXI: no mezclar los asuntos militares con la vida cotidiana. En la capital Letona, en esta ocasión, se ha hablado de desarrollos tecnológicos para la guerra y "botas sobre el campo de batalla" sin inhibiciones.
Digamos, para poner el lenguaje a tono, que fue el propio primer ministro letón, Krišjānis Kariņš, quien abrió fuego desde el discurso inaugural, pidiendo ponerse en el lugar del "soldado ucraniano que está en la línea del frente y que no se pregunta por el futuro, sino por lo que hay al otro, en las líneas enemigas".
"Con la ayuda de la tecnología existente, podemos ver más allá, con cámaras remotas y drones. Y lo que el 5G [con mínima latencia] nos da es la expansión instantánea, más allá de lo que podemos ver con nuestros ojos a una distancia física", añadió.
Kariņš, detalló que Letonia ha entrenado a soldados ucranianos utilizando realidad virtual y aumentada para, por ejemplo, aprender a reparar vehículos militares. También, que las tecnologías "en desarrollo" facilitan a comandantes y tropas sobre el terreno información en tiempo real.
El primer ministro mencionó posibles usos médicos de la comunicación 5G. En este aspecto hubo una demostración en vivo de la compañía estadounidense Exonicus, cuyo cofundador letón Sandis Kondrats explica el funcionamiento de su Trauma Simulator.
Medicina de campaña
Se trata de una aplicación de realidad virtual -"metaverso" pronuncia él varias veces-, para el entrenamiento en atención médica de campaña contando con inteligencia artificial.
En la camilla virtual aparece un soldado muy malherido (incluso le falta media pierna) y el programa enseña a seguir los pasos imprescindibles, en tiempo real, para resucitación, estabilización y contención de hemorragias.
"¿Si no se hace bien, puede morir el paciente?", le pregunta D+I. "Desde luego que sí", replica rotundo Kondrats. Su compleja herramienta fue primariamente desarrollada para el ejército estadounidense.
El método es cómo una guía práctica de lo que hay que hacer, a modo de videojuego en primera persona. No aporta al aprendiz la sensación de tocar el cuerpo herido ni la presión de la sangre. No tiene interfaz háptico. Se está utilizando sólo para enseñanza, no como apoyo para practicar telemedicina junto el campo de batalla.
También el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dedicó el final de su declaración inaugural a "la guerra en Ucrania", afirmando que, mientras los rusos usan métodos obsoletos y armamento antiguo, los ucranianos están mejor entrenados, utilizan armamento con tecnologías modernas y "toman decisiones estratégicas basadas en datos".
Dombrovskis menciona de una tacada "internet, soldados conectados, drones, sistemas de artillería de alta precisión guiados por GPS y misiles", como factores claves para asegurar "la superioridad de Ucrania en el campo de batalla".
Inversión, regulación, casos de uso…
Desde su primera edición, la Conferencia 5G Techritory ha venido planteando tres cuestiones básicas para el desarrollo de esta tecnología: inversión, regulación y casos de uso. Las tres siguen dominando el panorama cinco años después. Pero en lo que se refiere a casos de uso, no cabe duda de que ha encontrado uno que a nadie deja indiferente.
En el panel inequívocamente titulado Soldado conectado, el experto de la Universidad de Tecnología de Tallin (Estonia) Kavé Salamatian vino a asegurar, muy verborréico en sus intervenciones, que "el soldado conectado es la transformación digital del trabajo más antiguo del mundo [hablaba de hacer la guerra, no el amor], poniendo los datos en el centro de las operaciones".
Llama la atención Salamatian sobre el hecho de que el soldado acostumbra a jugarse la vida mientras utiliza instrumentos letales. Pero, convertido en interfaz entre el mundo real y el digital, ahora puede realizar acciones destructivas a kilómetros del campo de batalla, sin correr riesgo, lo cual le plantea al profesor "cuestiones éticas".
Con mayor contención, Kaspars Pollaks, jefe del área de negocios de defensa y seguridad pública de LMT (compañía letona de telefonía móvil), asevera que "genéricamente las comunicaciones comerciales no son la mejor respuesta para las necesidades militares, que requieren combinar sensores".
No obstante, en cuanto a la seguridad, desde que "el 24 de febrero empezaron las operaciones, muchas de las comunicaciones de comando han estado basadas en las redes comerciales y no hay evidencias de que se hayan producido interferencias o spooffing [suplantación de identidad]".
"Lo que vemos ahora es diferente", prosigue Pollaks. "Siguen utilizándose comunicaciones comerciales, pero también por satélite y otras opciones. Todo basado en datos. Antes la comunicación militar tenía tres capas: información geográfica, información sobre las fuerzas propias y sobre las del enemigo. Ahora hay demasiada cantidad de datos para interpretar y no pueden absorberlos las redes comerciales. Cuantas más opciones haya, mejor".
Operaciones basadas en Android
Pollaks recuerda que "todos [los soldados], en ambos bandos [en Ucrania] tenían sus propios smartphones" y que muchas de las operaciones han utilizado comunicaciones basadas en aparatos "con Android". Cree que el 5G ofrece unas características de seguridad bastante adecuadas para semejante actividad.
El tercer interviniente en el panel, Ilmars Osmanis, CEO de LightSpace Technologies, se centró más en aspectos de pura tecnología. Su empresa ha desarrollado unas gafas de realidad aumentada, para lo que denomina "realidad óptica", que convierte las opciones de simulación 3D, con comunicaciones en tiempo real sin retardos y con grandes cantidades de datos, en un potente sistema de entrenamiento para situaciones de riesgo.
Todo ello encaja de lleno en esta conferencia si tomamos en consideración las palabras de Urmas Ruuto, jefe de la rama de tecnología en el centro de ciberdefensa de la OTAN. Ruuto revela que los estamentos militares han "investigando profundamente cómo encajar la tecnología 5G en su actividad cotidiana y en tiempos de guerra".
El panel hizo también algunos escarceos con la idea de mantener cierta monitorización sobre el estado particular de cada soldado en el teatro de operaciones. Aunque Salamatian lo desvirtuó un poco, llevándolo al terreno de la ciencia ficción.
También se mencionó la ventaja para las tropas de poder usar inteligencia artificial y traductores digitales, para el caso de "actuar en un país donde se habla otro idioma".
Mentalidad militar
En otro panel titulado 5G en Defensa, el vicepresidente de LMT Ingmārs Pūķis aseguró que "los militares han ignorado deliberadamente las tecnologías comerciales", inclinándose más por desplegar sus propias redes móviles.
Una idea que podría casar con el uso del llamado 5G standalone, modo de uso de la tecnología propuesto para establecer redes propias, separadas, de alto rendimiento y con estaciones de comunicación independientes, pensado sobre todo para la fábrica conectada.
En ese clima militarizado de la conferencia, Philippe Agard, jefe del vertical de Defensa de Nokia, no tuvo reparos en manifestar que su compañía ya ha desarrollado desde hace tiempo tecnologías específicas en colaboración con militares. En el caso de la OTAN, subraya el detalle de que "moverse a la vez", efectivos de diversos países, es un asunto crítico.
El panelista Juha Kai Mattila, de Aalto University, con 30 años de uniforme y rango de coronel retirado del ejército finlandés, resume con sencillez cómo se plantea, en su opinión, la mentalidad militar el uso de tecnologías.
Lo primero, dice, "sin querer correr riesgos", en cuanto a lo probada y segura que sea. Después, lo hace siguiendo tres guías: "por orden [superior]; por necesidad [imperiosa]"; y, en tercer lugar, respondiendo a la cuestión de si "¿alguien [amigo o enemigo] lo está haciendo ya?".
Secretos y computación cuántica
A lo largo de dos días, con medio millar de asistentes en persona, 2.000 inscritos online y una treintena de sesiones, también se habló, por supuesto, de otros aspectos del momento de la tecnología que centra la conferencia. El lema propuesto era "hablemos de más cocreación", según detalla el director del evento, Neils Kalniņš.
Así, por ejemplo, el físico cuántico doctorado en Berkeley y profesor de ciencia de la computación en la Universidad de Letonia Andris Ambainis, sintetizó para D+I su mensaje: "es imprescindible mejorar ahora todas las infraestructuras [de comunicaciones] para preparar la llegada de la computación cuántica".
"Los computadores cuánticos romperán las encriptaciones y ese es un problema sustancial, porque muchos secretos requieren seguir siéndolo durante algún tiempo". Ese nuevo modelo de computación "tardará unos años en llegar, pero también se tarda tiempo en cambiar las redes de comunicaciones", explica.
Ambainis ha desarrollado algoritmos para simular computación cuántica en ordenadores convencionales, con la diferencia de que estos "son mucho más lentos". Sus avances en software se están aplicando en algunos experimentos con Google.
Los mayores problemas que desgrana, para el funcionamiento de los verdaderos ordenadores cuánticos, son "la dificultad de controlar el ruido [cuántico], que introduce errores, lo que requiere trabajar a muy bajas temperaturas". De modo que, construirlos es sobre todo "un problema de ingeniería, que se resolverá. Aunque también es posible corregir errores a nivel de software…".
Además, la conferencia dio cabida a algunos asuntos prácticos, como la firma de un memorándum de entendimiento entre una docena de entidades (todas letonas, en este caso) para desarrollar la capacidad de fabricar semiconductores. Europa lo pide a gritos.
Otro memorándum, con 22 socios industriales, convierte a Riga en candidata a "Metacity de Europa", con el mayor proyecto de metaverso en el continente. Es un empeño en el que también está Barcelona, a través del proyecto CatVerse.
En cuanto al creciente desarrollo del 5G observado en los cinco años de la conferencia, aparte de que no se haya cumplido la predicción de que la tecnología sería impulsada en principio por la utilización industrial y esté más en las comunicaciones cotidianas, los planteamientos se mantienen incólumes: se requiere financiación, regulación y casos de uso.