Las patentes españolas, "estables" ante un contexto de crecimiento de la innovación en Europa durante 2022
Por primera vez Madrid supera a Barcelona en solicitudes ante la EPO y en sobresale una empresa española, Multiverse Computing, creada en 2019.
28 marzo, 2023 01:27La innovación española solicitó en 2022 un 1% menos de patentes europeas que en 2021. Mientras, el total de aplicaciones en la EPO creció un 2,5%. En clave doméstica, la noticia es que Madrid superó a Barcelona por primera vez. Y, en clave geopolítica, que las peticiones de patentes rusas siguen llegando a la sede de Múnich, aunque por caminos retorcidos.
En la medida en que son un termómetro de la innovación, el informe anual de la Oficina Europea de Patentes (EPO por sus siglas en inglés) permite tres lecturas diferentes de cómo le fue a España en 2022.
La mirada más pesimista, con las cifras desnudas en la mano, puede ver un descenso: desde España se solicitaron 1.925 patentes europeas, que son 20 menos que el año anterior, una bajada del 1%.
La mirada optimista, observando el histórico, considerará que es el segundo mejor resultado de todos los tiempos, ya que 2021 había marcado el récord histórico, tras el bajón de la pandemia.
Y una mirada más templada percibirá luces y sombras: una obvia posición de estabilidad, en un contexto global de crecimiento (las solicitudes totales en EPO, desde todo el planeta, han sido 193.460, con un incremento del 2,5% respecto a 2021). Eso es lo que aprecia la propia EPO, según indica a D+I su portavoz, Luis Berenguer: "La situación de España la vemos como estabilidad pura y dura".
Irrumpe una empresa nueva
España se mantiene en el puesto número 17 en el ranking EPO, el mismo del año anterior. Ni bueno para sacar pecho, ni malo para echarse a llorar. "El panorama es de consolidación del régimen actual y de la patente europea en España, tras la entrada en vigor de la nueva ley de patentes española y la estabilidad económica que se percibe", afirma Berenguer.
"Cosa diferente es qué va a pasar el año que viene, con la Patente Unitaria [que entrará en vigor el próximo junio]… Eso ya lo veremos", añade el portavoz de EPO.
Lo que sí rompe los esquemas es la irrupción en el particular podio hispano de una empresa nueva, creada en 2019, que ha sido, desde luego, muy productiva en innovación durante la pandemia.
Se llama Multiverse Computing, con sede en San Sebastián (y en Toronto, Canadá, París y Munich). Tiene el objetivo de desarrollar la computación cuántica, precisamente cuando se acaba de anunciar la compra a IBM de un ordenador cuántico de 127 cúbits que se instalará en Donostia y funcionará a finales de 2024.
Multiverse Computing aparece arrolladora, entrando directamente al quinto puesto de los aplicantes españoles, con 16 solicitudes de patentes. Para los limitados volúmenes que se manejan en España, un pico tan significativo lo puede generar el simple desarrollo de un nuevo producto, advierten desde EPO.
Pero lo peculiar de la fogosidad con la que surge la empresa vasca Multiverse Computing, es que su propósito es aplicar software para computación cuántica en una decena de verticales: finanzas, energía, manufacturas, movilidad, ciberseguridad, salud, ingenierías, aeroespacio, defensa e industria química. Es decir, prácticamente todas las industrias y servicios…
Solo que el software no puede ser patentado en Europa. La empresa fundada por Samuel Mugel, Román Orús y Enrique Lizaso ha hecho muchos deberes en muy poco tiempo. "En el mercado digital hay otros elementos [aparte del software] que están relacionados y sí pueden ser objeto de patente", aclara Berenguer.
El CSIC, número uno
En el listado español, el CSIC sostiene su hegemonía del top 10, con 90 solicitudes, seguido por Amadeus (39), Autotech (25) y Fundación Tecnalia (20). Los mismos acompañantes del pasado año. Reaparece Pharma Mar (14), en séptima posición, ausente de esta lista en 2021, al igual que Telefónica, que vuelve en el noveno puesto con 13 solicitudes.
El resto del grupo destacado español lo forman universidades: la Autónoma de Barcelona (15), la del País Vasco (14), la de Barcelona y la Politécnica de Valencia (ambas con 12). Desgraciadamente, ninguna se acerca los más mínimo a cifras del top 50 europeo, dominado por las 4.505 solicitudes de Huawei.
Estos datos suponen que seis de las máximas entidades innovadoras en España (en el Top 10 hay en realidad once, al empatar dos en el décimo puesto) son universidades o centros de investigación.
Todos con niveles modestos, acordes con la actividad en nuestro país. "Solamente en la región de Baviera se solicitan 7.000 patentes al año", apunta Berenguer. Más del triple que en España.
En cuanto a las áreas, "en el mercado español de la innovación de cara a Europa, tenemos un sector muy potente en medicina y salud", subraya Berenguer.
"Los laboratorios, normalmente en Cataluña, tienen gran actividad de patentes. Y las [buenas] cifras de las farmacéuticas españolas se registran también en biotech, que está creciendo mucho a través del CSIC y de los institutos públicos y universitarios de investigación. Y también en tecnologías médicas. Todo este conjunto escribe un perfil español de patentes relacionado con el mercado de la salud", concreta.
Esas tres categorías, farmacia (181), tecnología médica (161) y biotecnología (153) son las más prolíficas y suman casi la cuarta parte de las 1.925 solicitudes españolas, en un listado que diferencia hasta 15 categorías.
Madrid supera a Barcelona
En el reparto geográfico de la innovación española, por regiones sigue dominando Cataluña (604), seguida por Madrid (404) y País Vasco (255).
Pero en lo que se refiere a los hubs de ciudades concretas se produce un vuelco espectacular y, por primera vez, Madrid, con 280 aplicaciones, supera a Barcelona (272), que registra una bajada del 9,3% en las suyas, mientras la capital crece un 14,1%.
En las cuentas globales de 2022 no hay grandes cambios de un año a otro. La cifra total de aplicaciones son 193.460, frente a las 188.809 de 2021. Estados Unidos, Alemania, Japón, China y Francia, Corea y Suiza mantienen sus posiciones destacadas, en ese orden.
Pero en el caso de China, creciendo un 15,1%. "Esto obedece a que, desde hace un tiempo, el Gobierno chino está apoyando muy activamente una política de protección de activos de propiedad industrial", explica Berenguer.
"Ha cambiado de paradigma de un modelo en el que, las patentes o los derechos de propiedad industrial antes eran de los de las empresas extranjeras que fabricaban en China, hacia un modelo en el que la investigación está dando ya sus frutos", prosigue.
Por eso, "se protege a través de las patentes. Es una tendencia que se está viendo en los últimos cinco o seis años" concreta el portavoz de EPO. "China está creciendo mucho en solicitudes de patentes y también de marcas. Nuestros compañeros de la propiedad intelectual de la UE, con sede en Alicante, también están viendo crecer las solicitudes de China a un ritmo alto".
Baja Alemania, permanece Rusia
A cambio, Alemania, líder europeo, baja un 4.7% (aún así, son 24.648 solicitudes de patente). Lo que desde EPO se vincula con "una pérdida de importancia, en materia de investigación en automoción, que en Alemania es muy, muy, muy potente, por el cambio en el sector hacia un vehículo más orientado al eléctrico".
Otro punto que llama la atención es la presencia de Rusia en la estadística, aunque con un notable descenso (-26,8%), pese a que EPO también ha aplicado la consigna comunitaria de aislar al país tras su invasión de Ucrania y ha cortado sus relaciones con la oficina rusa.
Berenguer explica que las aplicaciones están llegando a EPO "a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, con sede en Ginebra, que depende de Naciones Unidas".
La cifra total es marginal, 199 solicitudes de patente, pero cabe interpretarlo como que "las empresas rusas piensan que en algún momento esta situación va a acabar y se van a abrir los mercados de nuevo".
Un último dato bastante significativo: en 2022 disminuyeron notablemente las patentes concedidas, que pasaron de 108.799 en 2021 a 81.754 (-24,9%). En el caso de España, bajaron de 795 a 591 (-25,7%).
La explicación de Berenguer es que EPO ha tenido que cambiar un tanto sus procedimientos internos, porque se había acumulado "una cantidad de expedientes sin resolver". Por eso, durante el pasado año, "el grueso del personal se centró más en analizar las solicitudes que en los trámites de concesión".