Apenas queda una semana para que los españoles tengan que acudir a las urnas a elegir a sus representantes para la próxima legislatura del Parlamento Europeo. Será el próximo 9 de junio cuando los ciudadanos deberán emitir su voto ante esta institución, la encargada de reflejar los intereses de los habitantes de la región comunitaria durante los siguientes cinco años y, aún más importante, de dar forma y decidir las nuevas leyes de la UE. 

Estas elecciones se antojan especialmente importantes para España, no solo porque es una forma de medir la situación política a nivel nacional, sino porque se ha posicionado en los últimos años como uno de los grandes actores a nivel comunitario, especialmente en lo relativo al ámbito digital. 

A ello se suma que el país es el cuarto por número de diputados elegidos, con 61, y que afronta este proceso tras haber sido la última región que ha completado una presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea de forma completa, durante la cual vieron la luz diferentes normativas que marcarán el devenir de Europa en el sector tecnológico en los próximos años, por ejemplo, el celebrado Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial. 

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De hecho, la materialización de leyes como la mencionada AI Act se producirán durante la próxima legislatura del Parlamento, pero, para llegar a ella, es necesario superar un proceso electoral y unos comicios que han levantado ciertas preocupaciones desde su inicio, especialmente en lo relativo a la desinformación.

La propia Comisión Europea se ha tomado la distribución de bulos o de información falsa como algo personal y, en vísperas de esta votación, ha dado a conocer algunas iniciativas relativas a luchar contra los mismos. Entre ellas, destaca la publicación de unas recomendaciones no vinculantes dirigidas a los grandes actores y pidiéndoles que reforzasen sus medidas contra la desinformación durante la celebración de este proceso democrático. 

Dentro de las directrices propuestas por el organismo se encuentran el refuerzo de los procesos internos alrededor del período electoral, promover la información oficial o empoderar a los usuarios, adaptando sus sistemas de recomendación y etiquetando, correctamente, la publicidad política. Sin embargo, entre todas las vertientes que analiza la Comisión de cara a las elecciones al Parlamento Europeo hay una de especial interés, la que tiene que ver con la inteligencia artificial.

Una larga lista de retos…

"La inteligencia artificial supone un reto formidable para el proceso electoral", resume Chris Dimitriadis, Chief Global Strategy Officer de Isaca, en una entrevista con DISRUPTORES. "Las capacidades de esta tecnología permiten la potencial manipulación del comportamiento de los votantes, comprometiendo así la legitimidad de las elecciones". 

El experto de Isaca precisa que esta herramienta (a través de deepfakes, por ejemplo) tiene un potencial enorme para influir en la actitud de los ciudadanos, ya que es capaz de manipular la narrativa electoral, así como la opinión pública y difundir rápidamente información engañosa. "Es por eso por lo que se hace imperativa la necesidad de contar con salvaguardas y normativas sólidas, además de realizar una vigilancia constante que garantice la integridad de los procesos", añade. 

Dimitriadis explica que la magnificación de las falsedades a la que puede dar lugar la aplicación de la IA amenaza, directamente, la credibilidad de las elecciones, por lo que es necesario que los gobiernos y las instituciones públicas tomen medidas preventivas para evitar que se socaven los principios básicos de la democracia. 

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En la misma línea, Justo Hidalgo, director de Inteligencia Artificial de Adigital, destaca la ausencia de transparencia de los sistemas de IA o la explicabilidad, así como la ciberseguridad o los sesgos como los principales desafíos que vienen asociados a esta tecnología. Aquí menciona el informe elaborado por el Foro Económico Mundial en el que se desgrana cómo la inteligencia artificial puede convertirse en un altavoz de los contenidos generados con estos fines y cómo este contenido puede influir, de manera significativa, en la percepción de los votantes sobre candidatos y temas electorales. 

En este contexto, el representante de Isaca señala que es necesario adoptar una estrategia polifacética que se traduzca en marcos de garantía, mecanismos sólidos de supervisión de riesgos y prácticas eficaces de auditoría para detectar y mitigar las amenazas potenciales asociadas a la manipulación de la IA en las elecciones. Sin embargo, puntualiza que, en este proceso, es esencial contar con personal cualificado, algo especialmente complicado en un momento en el que existe una brecha de talento que asola a toda la industria tecnológica y, especialmente, al campo de la inteligencia artificial. 

Además, menciona la importancia de las campañas de educación pública, esenciales para informar a los ciudadanos sobre los riesgos y capacitándoles para tomar decisiones informadas. "Dar prioridad a la transparencia y a la claridad de los sistemas de IA utilizados en el proceso electoral es esencial para generar confianza entre los votantes", afirma. 

Por su parte, Hidalgo precisa que otro aspecto fundamental, en el que es necesaria la colaboración público-privada, es la formación de los usuarios para que puedan identificar los contenidos generados por esta tecnología, además de su correcto etiquetado. 

Aquí también añade la necesidad de fortalecer las infraestructuras asociadas para mejorar la seguridad cibernética frente a los ataques, así como aplicar una monitorización continua, antes, durante y después del propio proceso electoral. 

… y algunos beneficios

No obstante, la relación entre la inteligencia artificial y los procesos electorales no tiene por qué tener siempre resultados negativos. Dimitriadis, preguntado por este medio, señala que esta herramienta también puede ayudar a mejorar la integridad de los comicios mediante la detección y supervisión de las amenazas en tiempo real. 

"Los sistemas impulsados por IA pueden analizar grandes volúmenes de datos; como patrones de votantes, actividad en las redes sociales e informes de noticias, para identificar rápidamente amenazas potenciales como campañas de desinformación, esfuerzos de supresión de votantes o irregularidades en el proceso electoral", precisa. "Esto puede permitir a los funcionarios electorales responder con rapidez y eficacia para salvaguardar la integridad del voto". 

También, añade otras posibles aplicaciones como el desarrollo de chatbots para dar información personalizada sobre la votación (el colegio electoral asignado, los horarios, el procedimiento…) o la automatización de los procesos críticos (por ejemplo, el procesamiento de papeletas o la tabulación de votos), lo que ayudaría a reducir los errores humanos, aumentar la eficacia y liberar recursos. "Esto podría conducir a procedimientos de recuento de votos más precisos y transparentes", puntualiza. 

El director de Inteligencia Artificial de Adigital coincide con esta perspectiva y precisa que el uso de la IA en este contexto puede ayudar tanto a mejorar la logística como a impulsar la participación mediante la distribución de una mayor información al electorado. "Los sistemas de IA pueden ayudar a gestionar grandes volúmenes de datos de manera eficiente, garantizando que los procesos sean más rápidos y precisos", insiste. "Quizá no estamos en este momento, pero es importante no perder de vista el potencial para el futuro cercano".  

Hidalgo explica que, a través de las herramientas de análisis de datos impulsadas por inteligencia artificial, se pueden desgranar las tendencias de la opinión pública a través de, por ejemplo, las redes sociales, lo que ayuda a discernir las preocupaciones y prioridades de los votantes. 

A pesar del riesgo de la desinformación asociado a la IA, el representante de la Asociación Española de la Economía Digital señala que esta también puede ser una aliada imprescindible para combatirla mediante la detección de contenidos falsos y, al igual que Dimitriadis, pone el foco en el análisis de grandes conjuntos de datos para su verificación. Estos aspectos, afirma, ya se están poniendo en práctica. 

"En un escenario más a largo plazo, quizás la IA también pueda ayudar a mejorar la seguridad o prevenir el fraude electoral", avanza Hidalgo. "Al analizar grandes cantidades de datos de votación, la IA puede identificar anomalías y alertar a las autoridades para que tomen las medidas necesarias". 

IA y elecciones, condenados a entenderse

Lo cierto es que las elecciones son uno de los pocos procesos tradicionales que siguen apoyándose en prácticamente las mismas herramientas hoy en día que en su concepción, a pesar de la rápida evolución tecnológica que ha experimentado la sociedad en los últimos años. 

Si bien es cierto que en algunas regiones se han empezado a introducir, recientemente y muy poco a poco, herramientas digitales en su funcionamiento, en Europa esto es algo que aún parece quedar muy lejos. Según los expertos, esto se debe a la sensibilidad que entraña el proceso de votación y a la necesidad de garantizar la transparencia y el buen funcionamiento del mismo en todo momento. 

Sin embargo, Dimitriadis cree que este binomio irá cambiando progresivamente, ya que, la rápida evolución tecnológica "hace necesaria la introducción de esta en las elecciones". "Con las salvaguardas adecuadas, las tecnologías digitales, incluida la IA, pueden mejorar la integridad, la eficiencia y la seguridad de los procesos electorales", señala. "Debemos seguir el ritmo de la evolución". 

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El Chief Global Strategy Officer de Isaca explica que la ciberseguridad, la privacidad y la confianza son ámbitos que han "progresado significativamente en los últimos años", por lo que los gobiernos ya disponen de herramientas para proteger la seguridad general de los ciudadanos. "Aunque la integridad absoluta o la ciberseguridad sin fisuras no son plausibles en el espacio digital, esto no debería ser el contraargumento para no desplegar tecnologías digitales", insiste. 

El experto reconoce que esta transformación no es fácil, ya que, al contrario que en otros procesos digitalizados, las consecuencias al vulnerarse unas elecciones son mayores y más difíciles de revertir. Por ello, precisa que no se trata de digitalizar un proceso existente, sino de transformarlo en su conjunto para alcanzar los objetivos de la democracia.

El papel de la regulación

En esta simbiosis entre inteligencia artificial y procesos electorales, es necesario abordar también el papel de la regulación, dado que Europa se ha convertido en la región pionera en desarrollar una normativa que ayude a remitir los riesgos de la IA, pero también a impulsar su potencial. 

Según precisa Dimitriadis, esta ley es un hito significativo que tendrá un profundo impacto en el desarrollo y control de los riesgos asociados a la IA, facilitando su integración por parte de compañías y entidades. El representante de Isaca explica que, al establecer normas claras que regulan el desarrollo, la comercialización y el uso de esta tecnología en la UE, la norma ayudará a situar a la región como "centro mundial de la IA fiable".

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Más allá de la IA Act, Hidalgo también menciona otros reglamentos esenciales en este camino como el eIDAS, cuya segunda versión ha entrado en vigor hace apenas unos días. El representante de Adigital precisa que estas son "herramientas necesarias para establecer un terreno de juego común" en Europa, pero "no son una solución aislada". 

"La adopción temprana de esta regulación (que todavía no está en vigor), las iniciativas de autorregulación y corregulación, o los sistema de 'autoevaluación' son igualmente esenciales, viendo en la industria un aliado", añade el director de Inteligencia Artificial de Adigital. 

Aquí también menciona el Pacto por la IA impulsado por la Comisión Europea, al que ya se han unido más de medio millar de organizaciones y en el que se recogen "compromisos voluntarios específicos" para el contexto electoral con el objetivo de garantizar que se tomen medidas contra la desinformación, incluso mediante la implementación anticipada de algunas de las disposiciones del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial.