Publicada

Desde hace algunos años, la tecnología se ha convertido en una de las obsesiones de Europa, que aspira a ser una región puntera en este campo y recuperar el terreno perdido ante otros players como China o Estados Unidos. El territorio está decidido a poner todos los mecanismos a disposición de esta industria y, además, a hacerlo siguiendo los principios comunitarios, por ello, en los últimos ejercicios ha ideado y puesto en marcha un core normativo que sienta las reglas del juego en este campo y que viene respaldado con diferentes proyectos que buscan impulsarlo. 

En relación a este último aspecto, la región acaba de anunciar una inversión en 2025 de 1.400 millones de euros en deep tech y scaleups a través del Consejo Europeo de Innovación (EIC) que, a su vez, forma parte de Horizonte Europa, el programa de innovación e investigación puesto en marcha por la Unión Europea. 

El desembolso propuesto por la UE no solo es llamativo por la cantidad, sino porque representa un incremento de casi 200 millones de euros respecto al presupuesto previsto en 2024, lo que da cuenta del aumento de los esfuerzos del territorio por respaldar esta área estratégica. No obstante, este no es el único cambio que introduce este proyecto, sino que también presume de incorporar varias mejoras en su fórmula de trabajo. 

Foco en scaleups

Entre ellos, destaca el respaldo de las tecnologías estratégicas a través del proyecto Strategic Technologies for Europe Platform (STEP) del EIC centrado en las scaleups, que contará con un presupuesto de 300 millones en 2025, aunque se espera que esta cifra suba hasta los 900 millones entre 2025 y 2027. En concreto, se destinarán entre 10 y 30 millones de euros por firma a través del Fondo EIC para favorecer la coinversión privada, con la que se espera alcanzar entre 50 y 150 millones de euros en total. 

El objetivo de esta rama es reforzar las inversiones en empresas que se dediquen a las tecnologías más avanzadas dentro de la Unión Europea para reducir la dependencia estratégica. 

Por otro lado, el Consejo Europeo de Innovación incluye en sus "retos" destinar 120 millones de euros para tecnologías emergentes, entre las que aparecen aquellas centradas en el diagnóstico médico, la crisis climática o el despliegue de robots autónomos. También, 250 millones para empresas en fase inicial que se centren en herramientas como la IA, el espacio o las soluciones de movilidad. 

En esta nueva etapa prevista, el EIC favorecerá, asimismo, el acceso al mercado de las empresas emergentes en países que tengan bajos niveles en aspectos como la innovación o la investigación y facilitará su contacto con fuentes de financiación complementarias y alternativas. 

Sectores críticos

Así, de cara a 2025, este organismo organizará su financiación en tres planes principales: por un lado, el EIC Pathfinder (262 millones para investigación y desarrollo tecnológico); el EIC Transition (98 millones para convertir la investigación en oportunidades de innovación); y el EIC Accelerator (634 millones para que startups y pymes comercialicen sus innovaciones). A ellos se suman los 300 millones del programa STEP EIC centrados en la innovación en scaleups que operen en ámbitos críticos. 

Estos fondos se relacionan con la entrada en vigor de la regulación alrededor de las tecnologías críticas en Europa el pasado mes de marzo. Con ella se apostó por flexibilizar el apoyo a la inversión y el incremento de los desembolsos en ámbitos considerados estratégicos a través de iniciativas como las puestas en marcha por el EIC.