El dinero público será el último en entrar el rescate de un banco privado. Siete años después del estallido de la mayor crisis financiera de la historia, y tras el coste de decenas de miles de millones para el contribuyente, España tendrá nuevas reglas de juego para resolver rescate de entidades financieras.
Este viernes, y vía real decreto, el Gobierno ha aprobado la normativa española para adaptarse a la Unión Bancaria. Se fijan las nuevas reglas para actuar de forma temprana y evitar el colapso de una entidad, así como su posterior resolución, es decir, su liquidación sin que afecte al resto del sistema.
"Los costes de resolución serán asumidos por los accionistas, los acreedores y por último, por el fondo común (...) El objetivo es garantizar la máxima protección para los depositantes. (...) Los depósitos cubiertos por el fondo y los no cubiertos tendrán prioridad concursal", dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Testamento en vida
Se trata así de evitar futuras crisis financieras en Europa y para ello las entidades deberán presentar al menos anualmente un 'testamento en vida', esto es, una hoja de ruta al supervisor en la que explique qué hacer para solventar problemas de una entidad. Así la entidad estaría lista para colapsar, pero sin salpicar a los demás.
La norma garantiza los depósitos privados de hasta 100.000 euros, cantidad que estaría cubierta por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). A partir de esa cantidad, el depositante acudiría al concurso o liquidación del banco para recuperar su dinero.
Según cálculos de Efe, el objetivo es que en 2024 esté cubierto como mínimo el 0,8 % de los ahorros de hasta 100.000 euros (unos 6.400 millones en total) a través del fondo español. Al mismo tiempo se irá engordando el nuevo fondo de resolución europeo. En conclusión, la factura mínima para la banca española a ambos fondos asciende a un total de 11.700 millones