Dicen que las buenas noticias en economía llegan antes a la macro que a la micro. Al margen del rigor de la afirmación, que en realidad habla de cuándo el ciudadano de a pie se entera de que la cosa va a mejor, ese desfase temporal debe ser verdad. Con los datos ya del tercer trimestre del año puede decirse que el valor de los bienes y servicios que genera España, es decir, el PIB, se encamina a cerrar el año en los niveles de 2007, antes del último repunte de 2008 y antes de que todo empezase a venirse abajo. Y, sin embargo, este país tiene hoy 2,7 millones de empleados menos que entonces según la última Encuesta de Población Activa.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado las cifras del PIB del tercer trimestre del año, las últimas de la legislatura de Mariano Rajoy, que confirman los datos adelantados, es decir: que el crecimiento intertrimestral se está ralentizando (la economía española creció un 0,8% en el tercer trimestre de 2015 frente al 1% del segundo); y que en la comparativa interanual aún el crecimiento es un fulgurante 3,4% (frente al 3,2% del trimestre anterior).
El PIB del tercer trimestre creció un 0,8% y se sitúa en el 3,4% en tasa interanual
Si se toman los tres primeros trimestres del presente ejercicio, España generó una riqueza de 806.754 millones de euros, superando ligeramente los 804.176 millones que generó en el mismo periodo de 2007 y demostrando que en términos macro se ha salido del agujero en el que cayó la economía durante la recesión. Otra cosa es lo que ocurre con el empleo. La ralentización del crecimiento también le afecta. El crecimiento intertrimestral de lo que sería el equivalente a puestos de trabajo a tiempo completo fue del 0,7% en el tercer trimestre, frente al 0,9% del segundo.
CRECER DESDE DENTRO
El principal empuje de la economía se está basando en la demanda interna y especialmente en el consumo de los hogares. Esto trae siempre una noticia buena y otra mala. La buena es que, cuando aumenta, su peso en el total del PIB es tan relevante que tira del carro con brío. La mala es que, cuando España consume, ganan rápidamente peso las importaciones, lo que mina el avance logrado con las exportaciones (que en la medición del PIB incluyen la riqueza generada por el turismo).
Las incertidumbres tanto económicas en los países emergentes como geopolíticas por la situación generada por el terrorismo, pueden provocar además una ralentización de las exportaciones en los próximos trimestres que agrave esta situación. Dentro de la demanda interna, crece el 3,5% el consumo final de los hogares (frente al 2,9% del trimestre anterior) y también crece con fuerza el gasto público (3% frente al 2,9% del segundo trimestre).
Es también una buena noticia que aumente la formación bruta de capital fijo, que incluye tanto la construcción como los bienes de equipo, y que estos últimos crezcan a una tasa interanual del 10,7%. Cuando las empresas invierten en bienes de equipo significa que siguen confiando en el crecimiento de la demanda y suele ser un dato que anticipa trimestres futuros con el PIB al alza. La demanda exterior, sin embargo, ahonda su contribución negativa por el hecho comentado de que las importaciones están creciendo por encima del ritmo de crecimiento de las exportaciones.