Ha sido un nombre clave del empresariado español. Sin embargo, su legado se ha visto marcado en los últimos años por el enfrentamiento, nada soterrado, con cinco de sus hijos por el control de la sociedad dueña de la bodega Vega Sicilia. Este jueves ha fallecido David Álvarez (88 años) que, además de gestionar la mítica enseña vinícola, ha sido fundador y presidente del grupo de servicios Eulen.
Era un empresario dedicado al trabajo: “Tengo una responsabilidad sobre 90.000 familias. No se puede jugar con eso a que yo quiero un poco más y yo un poco menos”. Así explicaba en una entrevista al diario El Economista, realizada en 2010, cómo afrontaba su día a día en pleno choque con sus hijos por el control de la sociedad patrimonial El Enebro.
Trayectoria profesional
David Álvarez nació en Crémenes (León) en 1927, aunque fue en Bilbao donde inició su trayectoria empresarial. El primer paso, hace 60 años, fue la fundación de una academia de preparación para escuelas técnicas. En ella llegó a ser profesor.
En 1962 constituyó la empresa Central de Limpiezas El Sol. Ése fue el punto de partida de Eulen, en el que acabó integrando las distintas sociedades que creó vinculadas a los sectores de la seguridad, la limpieza y la jardinería y cuya sede social trasladó a Madrid. Era 1982. El mismo año en el que se hizo con el control de Vega Sicilia, la joya de su corona.
Hoy Eulen es un grupo multiservicios que cuenta con una plantilla de casi 85.000 empleados y presencia en España Portugal, EE.UU. Colombia, Costa Rica, Chile, Jamaica, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Libia, Omán y Catar.
También desembarcó en el sector de la alimentación, con las sociedades cárnicas Neal y Valles del Esla, en León, para las que trabajan cerca de un centenar de ganaderos.
En el terreno de los reconocimientos, Álvarez recibió la Gran Cruz del Mérito Civil, otorgado por el Gobierno de España, y el Marquesado de Crémenes, que le concedió el rey Juan Carlos I. Además, desde 1999, ostentaba la Medalla de Oro al Trabajo.
El enfrentamiento
La ‘caja de Pandora’ se abrió en enero de 2010. Una batalla, judicial y mediática, por el control del consejo de administración de El Enebro, la matriz de Vega Sicilia. Cinco de sus siete hijos (Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo) iniciaron un enfrentamiento que aún no ha logrado cerrarse del todo.
David Álvarez había donado las acciones de El Enebro a sus hijos en vida a cambio de que estos le permitieran mantener el 51% de los derechos políticos y económicos de la sociedad. Pero su decisión de destituir a su hijo Álvaro del cargo de consejero delegado provocó el choque directo con parte de sus descendientes.
Así, en 2010 fue desposeído de sus derechos políticos y económicos porque no tenía mayoría en el consejo, aunque mantuvo a su lado a dos de sus descendientes, María José y Jesús David. Y acudió a los tribunales. Este mismo año, en julio, el Supremo le dio la razón y le reconoció el usufructo de sus derechos. Ahora, tras su fallecimiento, sus hijos deben acordar, de nuevo, el reparto de poder en El Enebro y el fin de la batalla por Vega Sicilia.