El Industrial Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) es el banco que han usado las principales compañías chinas para su toma de contacto con el mercado español. Desde Wanda Group, dueño del Edificio España (Madrid) o del Atlético de Madrid, a HNA, principal accionista de NH Hoteles, el ICBC se había convertido en el principal impulsor de los negocios entre China y España.
De hecho, el director general, Liu Wei, preside la Cámara de Comercio chino española y desde 2012 mantiene una representación institucional en el madrileño Paseo de Recoletos, sede que compró al Ayuntamiento de Madrid por 21 millones de euros. El ICBC ya contaba con presencia en Barcelona, el Paseig Sant Joan. En 2012, en su segundo aniversario en el país, realizó su presentación en sociedad en la capital española con una fiesta de recepción con una nutrida representación institucional. Desde la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella, al ministro de Industria, José Manuel Soria, y el secretario de Estado, Jaime García-Legaz.
Junto a ellos, los principales responsables del banco: desde el consejero delegado, Jian Jianqing, al director general en Esaña, Liu Wei, que está siendo interrogado por la Guardia Civil en relación al presunto blanqueo de capitales realizado desde España por clientes del ICBC. La entidad bancaria señaló que está colaborando con los investigadores en sus pesquisas, realizadas dentro de la ‘Operación Sombra’, una continuación de la ‘Operación Snake’ de 2015 contra los movimientos de dinero procedentes de actividades ilícitas en nuestro país.
Como otras entidades bancarias, el ICBC declara su compromiso teórico contra el blanqueo de capitales, pero en la práctica surgen caso como el actual, donde la policía sigue el rastro a más de 40 millones de euros. “Como criterio general, no se admitirá como cliente, sin considerar su topología, a quien una vez que la documentación aportada por el mismo para el conocimiento del cliente, el banco no pueda asegurar suficientemente que no está ligado a cualquier actividad ilegal
o de muy alto riesgo”, explica la firma asiática en una declaración.
Seis años con licencia del Banco de España
Desde su llegada a España ha gozado del respaldo de las autoridades españolas desde que en 2010 logró la autorización del Banco de España para poder operar en nuestro país. Lo hace como sucursal extranjera de la ICBC Europa, que tiene su sede fiscal y base de operaciones en Luxemburgo. Así el ICBC ha visto crecer su negocio al calor de la nutrida comunidad china española y ante el auge del turismo procedente de ese país en los últimos años. Tanto el Sepblac como Banco de España o el banco central luxemburgués son los supervisores que vigilan al ICBC en Europa.
De 2008 a 2014 se ha triplicado, pasando de apenas 85.000 a más 250.000 visitantes anuales. Pese a estas cifras, España apenas tiene relevancia en el negocio del grupo bancario en todo el mundo, que pasa por tener 250 millones de clientes particulares y unos activos que superan los 2 billones de euros. Según los datos de la Asociación Española de Banca (AEB), los depósitos de clientes originados de su actividad española ascendían a unos 260 millones de euros a finales de 2015 y a 471 millones los créditos a clientes. Su activo ascendía a unos 767 millones, apenas un 10% de lo que representa un banco mediano español.
El ICBC, fundado en 1984, es el banco más grande de China y desde su salida a bolsa en 2006 inició su expansión internacional. Su valor en bolsa asciende a 190.000 millones de euros, más de tres veces el tamaño del Banco Santander o cinco veces el de BBVA. El grupo chino cuenta con 16.227 oficinas en China, 203 sucursales y 1.562 agencias en el mundo, desde las que ofrece productos y servicios financieros a más de 4,12 millones de clientes corporativos. En Europa se ha especializado en las empresas que tienen fábricas o realizan negocios en China, además de en la gestión de grandes patrimonios. Para este tipo de cliente, el ICBC opera desde su sede en París.