No se puede decir que el primer trimestre de 2016 haya sido bueno para el empleo -con 4,8 millones de parados eso es inimaginable en España-, pero claramente no lo ha sido para el desempleo. En este trimestre, el número de ocupados ha caído en sólo 64.600 personas, el más bajo desde que comenzó la crisis. Si se observan las cifras del INE sobre el número de ocupados en el primer trimestre de cada año se ve claramente que es el mejor desde 2008, cuando la ocupación descendió en 74.600 personas. 2007 fue el último año de nuestra historia en que la cifra de ocupación fue positiva.
Estas son las cifras de ocupación de los primeros trimestres de cada año desde 2008:
2016 -64.600
2015 -114.300
2014 -184.600
2013 -322.300
2012 -374.300
2011 -256.500
2010 -251.800
2009 -766.000
2008 -74.600
Siguen faltando 2,4 millones de empleos que sí existían en 2008, cuando España contaba con 20.402.300 empleos frente a los 18.029.600 que tiene hoy.
Sin embargo, las cifras de ocupación son relevantes porque, aunque no se puede juzgar el panorama laboral sólo con ellas, ofrecen indicios sobre el tema que más se discute en los círculos económicos estos días: el impacto de la falta de un gobierno con apoyo parlamentario en el ritmo de crecimiento económico.
Desde que el servicio de estudios de BBVA Research estimó que la incertidumbre de la política económica restaría 0,2 puntos al crecimiento de 2016 y 0,3 puntos al de 2017, el debate sobre el impacto de la falta de gobierno en la economía está abierto.
Sin embargo, los principales responsables de las instituciones del Estado que miden el comportamiento económico (Economía, Hacienda, Banco de España, INE, Airef) han encontrado que “la economía venía mucho más fuerte de lo que creíamos” o que “el impulso del crecimiento no se ha visto afectado de manera importante”. Algunos de ellos estiman que el impacto adicional de la incertidumbre política no ha llegado al 0,1 del PIB. Otros creen que ni siquiera eso.
La economía española está en un proceso de desaceleración, que ya estaba anunciado desde 2015 en todas las previsiones, pero no ha sufrido una brusca caída o un frenazo.
Los modelos macroeconómicos del Ministerio de Economía estimaban que la ocupación bajaría en 95.000 personas este trimestre y al final la caída ha sido de sólo 64.600, lo cual significa que el departamento de De Guindos era aún más pesimista dentro de su optimismo.
Lo cierto es que va a ser más complejo estimar el impacto de la falta de gobierno que lo que se creía. Lo que se ve más afectado al inicio de un proceso de incertidumbre son las decisiones de inversión, cuyo impacto sólo se podrá verificar al cabo de unos meses y no antes de que comience 2017.