La agencia de calificación del riesgo crediticio Moody’s ha rebajado el ‘rating’ de Cataluña un escalón, hasta Ba3, con lo que se hunde más en el ‘bono basura’, ya está a tres escalones de salir de esta situación. Moody’s alerta de que la “situación fiscal es más complicada de lo esperado”, en especial, por los problemas que puede tener para afrontar los vencimientos de deuda de corto plazo que tiene con los bancos. Además, alerta que su posición financiera “seguirá siendo muy débil en el futuro”, por lo que apunta que una subida del rating es “poco probable en los proximos 12 a 18 meses”.
El pasado mes de diciembre, la Generalitat solicitó al Gobierno central que autorizara una conversión de deuda de corto en deuda de largo y, por lo tanto, que se hiciera cargo de ella el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Moody’s ha constatado, con los datos de Cataluña, los bancos y el Tesoro español que todavía no ha podido hacer esta conversión de deuda, lo que deja a la comunidad en una situación muy delicada. De ahí que mantenga su 'rating’ con perspectiva negativa.
Las finanzas de la Generalitat llevan varios meses de estrangulamiento y, por este motivo, el vicepresident económico, Oriol Junqueras, pidió una reunión de urgencia al ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, que se celebró en el Aeropuerto de Barcelona. Allí le pidió precisamente que autorizara la conversión de esta deuda de corto plazo en deuda de largo plazo para que pudiera asumirla el FLA.
Para Moody’s, “el fracaso” a la hora de convertir esta deuda “no es indicativo de ninguna reducción de voluntad y la capacidad del Gobierno central de proporcionar liquidez con el FLA”. De hecho, la agencia señala que ahora el FLA está disponible también para asumir deuda de corto plazo.
Moody’s carga también contra los gestores económicos de la Generalitat. Así, explica que, “aunque Cataluña se beneficia de los altos niveles de apoyo del Gobierno y la financiación barata del FLA”, Moody’s determina que “este factor en solitario” no puede rebajar el nivel de deuda que tiene, “del que la región es responsable”. Además, señala que la difícil situación en la que se encuentra el Govern de Carles Puigdemont, por estar en minoría, “hace más difícil que se implementen medidas de consolidación fiscal”.
El problema de la deuda
Cataluña no ha sido capaz de frenar sus déficit en los últimos años, lo que ha llevado a la región a tener una deuda neta directa e indirecta (a través de instituciones y empresas públicas) del 320% de sus ingresos operativos al cierre de 2015, comparado con el 302% de 2014.
De este modo, el total de la deuda directa e indirecta de Cataluña es la más alta de todas las regiones, con un pasivo que alsciende hasta 73.500 millones de euros. En comparación con su PIB, la deuda alcanzó el 35,3%, mientras que la media de las autonomías está en el 24,4%, diez puntos por debajo. Además, Moody’s advierte de que “la deuda probablemente continuará aumentando”.