“Hubo un verano que no le deseo a mi peor enemigo”. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, reconocía así este lunes que los problemas que afrontaron las obras del Canal de Panamá, los sobrecostes que conllevó el proyecto encabezado por la constructora Sacyr, fueron en 2013 un quebradero de cabeza para el Gobierno de Mariano Rajoy. También asumió problemas similares en el AVE que, en un par de años, deberá unir las ciudades saudíes de La Meca y Medina. En ambos casos, esos sobrecostes han disparado las millonarias facturas.
Sin embargo, estas trabas no impiden al Gobierno colocar a las constructoras como ejemplo a seguir. Son la imagen de la Marca España. “Celebramos un éxito que se multiplicaría por 10 en cualquier otro país” aseguró García-Margallo durante el acto de presentación del proyecto España Construye. Hablaba de la inauguración, este mes, del Canal de Panamá.
Las constructoras, según el ministro, "han permitido españolear como decía Unamuno" y "sacar pecho" del poderío español en reuniones internacionales. “Las empresas han hecho más por la Marca España que la Marca España por ellas”, aseveró.
En la misma línea, la ministra de Fomento, Ana Pastor, alabó la labor de las constructoras españolas durante un acto para promover su imagen a la hora de conseguir contratos internacionales. “El canal es un ejemplo de saber hacer de las empresas españolas”, argumentó por el impacto que tiene tanto en la economía panameña, como en el comercio internacional, el tercer juego de esclusas entre el Pacífico y el Atlántico. Permitirá duplicar la capacidad de carga del Canal.
La ministra obvió los más de 3.600 millones de dólares (3.170 millones de euros al cambio actual) que el consorcio encabezado por Sacyr reclama por los sobrecostes y retrasos que han supuesto las obras que ahora se inauguran. Desde su adjudicación en 2009, el presupuesto de la obra ha dejado atrás la barrera de los 5.000 millones de dólares.
Pastor también aprovechó el acto de Marca España para lanzar una cuña electoral. “El esfuerzo ha sido de todos los españoles. Hemos invertido mucho en infraestructuras, es experiencia acumulada, pero queda mucho por hacer”, indicó. La ministra asumió la existencia de una “España de dos velocidades” y la necesidad de acercarlas. “Si los ciudadanos nos apoyan a eso nos dedicaremos a mejorar las infraestructuras es lo que quiere el presidente Mariano Rajoy”.
El AVE acelera en Arabia
Mientras se inaugura el Canal de Panamá, al AVE a La Meca aún le quedan casi dos años por delante hasta que comience a operar. Tenía que estar en 2017 pero el consorcio de empresas que lo construye ha logrado 14 meses de prórroga para tener tiempo para concluir las obras.
Habrá retraso pero, al menos, los trenes ya circulan en modo de prueba. Talgo envió hace semanas cinco de los ocho trenes fabricados (en total serán 35) que han comenzado a probarse en uno de los tramos de los 450 kilómetros de vías que unirán La Meca y Medina. Unos trenes que han circulado a 250 kilómetros por hora, según señaló el presidente de Ineco Jesús Silva.
No poder operar los trenes era uno de los problemas del consorcio, integrado por 14 empresas, entre ellas Adif, Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Ineco, Indra, OHL Internacional, Renfe y Talgo. Otro, los retrasos de Arabia Saudí a la hora de pagar. Por eso, las empresas han enviado un escrito para instar al gobierno saudí a ponerse al día, aunque no todas las empresas del consorcio sufren los mismos retrasos. “Se trata de una nota recordatoria para que se cumplan los pagos a los que se comprometió", explicó Jesús Silva a los medios presentes en el acto España Construye.
Inicialmente, el AVE a La Meca estaba presupuestado en 6.700 millones de euros. Sin embargo, los sobrecostes van a disparar esa cifra, aunque aún no se sepa en cuánto, según indicó el presidente de Ineco. Por ejemplo, una de las nuevas exigencias sobre la mesa es la construcción de una nueva estación en el aeropuerto de Jeddah. Así, con los retrasos y las nuevas peticiones, el tren no estará listo hasta el primer semestre de 2017.
También hay problemas en la gestión interna del consorcio pero las empresas, según Silva, “tienen sus formas de pelearse civilizadamente".
En el encuentro, además del presidente de Ineco, estuvieron presentes el director general corporativo de ACS Ángel García Altozano; el consejero delegado de OHL, Josep Piqué; el consejero de Ferrovial, Joaquín Ayuso; y el vicepresidente de Acciona, Juan Ignacio Entrecanales. García Altozano reclamó mantener en España un nivel de inversión en construcción suficiente para no espantar los recursos de la industria, aunque sea en momentos duros, como los años de la crisis. Por su parte, Piqué alertó sobre el impacto que los riesgos geopolíticos y geoestrategicos tienen en las obras que realizan las empresas constructoras. Por eso, abogó por balancear los proyectos y apostar tanto por grandes, que dan imagen; y pequeños que reducen riesgos.
Otra opción sobre la mesa de las constructoras es la colaboración público privada: llevar a cabo proyectos con financiación externa y, por ejemplo, aprovechar la liquidez que pueden aportar inversores privados y grandes fondos de pensiones. La situación actual es de “menor crecimiento y administraciones endeudadas; habrá que encontrar mecanismos para encontrar la rentabilidad en este sector.”, indicó el consejero de Ferrovial. Mientras, el vicepresidente de Acciona aseguró que, actualmente hay “cierta sensación economía va bien” pero, al mismo tiempo, “desafíos globales”, como el alza de las materias primas o las dudas sobre la economía China, que “están retrasando proyectos” por lo que las constructoras necesitan “balances fuertes”.