El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, no se ha cansado de repetir en las últimas semanas que espera que la economía española crezca un 3% este año. Un ritmo próximo al de 2015, cuando el PIB creció un 3,2%, lo que reflejaría una dinámica muy sólida de la actividad en el país. Sin embargo, el Banco de España (BdE) no es tan optimista y hoy ha echado un jarro de agua fría sobre estas estimaciones. La entidad espera que el PIB avance un 2,7% este año, tres décimas menos de lo que está adelantando el Gobierno.
Esta cifra refleja bien la desaceleración de la economía española que prevé el Banco de España. Según sus previsiones, el ritmo del PIB se frenará al 2,3% en 2017, frente al 2,4% que espera el Gobierno. De cara a 2018, el Ejecutivo de Mariano Rajoy confía en que la economía vuelva a acelerar, hasta el 2,5%, mientras que el BdE cree que seguirá frenándose, hasta el 2,1%, esto es, una diferencia de cuatro décimas.
La entidad explica así su estimación decreciente para el PIB: “Este perfil de evolución del producto es el resultado de la pérdida de fuerza de algunos elementos que, con carácter transitorio, han impulsado la actividad en la etapa más reciente, como las bajadas del precio del petróleo, la depreciación del euro o algunos estímulos presupuestarios”.
El empleo se ralentiza
La consecuencia de este ritmo más flojo de la economía española es la ralentización en la creación de empleo. El número de puestos de trabajo (en términos de Contabilidad Nacional, no de EPA) creció un 3% en 2015, un ritmo que se irá frenando durante los tres próximos años. Para este ejercicio, el Banco de España coincide con el Gobierno en que el empleo aumentará un 2,5%, pero a partir de 2017 empiezan las diferencias: el Ejecutivo plantea un avance del 2,2% frente al 1,9% que prevé el BdE y para 2018 estima un 2,3% frente al 1,8% del Banco de España.
Esto significa que, al final del año 2018, el Banco de España estima que habrá 140.000 trabajadores menos (equivalente a tiempo completo) de lo que prevé el Gobierno. Por este motivo, la caída de la tasa de paro será mucho más lenta: el BdE estima que el porcentaje de desempleados estará en 2018 en el 17,3% (en términos EPA).