Ataca justo donde más duele: la credibilidad para abordar una operación como la compra de Yoigo. Es el flanco más sensible. Hace unos años, MásMóvil era un pequeño operador móvil con 150.000 clientes y 17 millones de euros de facturación anual. Hoy es el dueño de su otrora competidor Pepephone y aspira a ser el comprador. En este escenario, su rival utilizó como argumento la falta de capacidad.
Ante lo “incierto” de su oferta, el fondo británico Zegona ha asegurado en una comunicación oficial al regulador británico que mantiene su apuesta. Pero lo hará sin llegar a precios demasiados altos.
Una semana clave
Todas lo son, pero esta semana es clave. Y lo es por dos razones. Una es el capital necesario para abordar esta operación por parte de MásMóvil. Será esta semana cuando la junta general de accionistas de la empresa debata una ampliación de 230 millones de euros con los que se financiará también parte de la compra de Pepephone. Lo normal es que haya ‘luz verde’ inicial. Justo después se comprobará el apetito real del mercado.
El otro factor es el poder de decisión de los minoritarios. Son los que no dieron el ‘sí’ definitivo a Zegona y los que ahora deberán decidir sobre las dos ofertas que hay sobre la mesa. Fuentes de una de las tres compañías accionistas han asegurado que habrá un posicionamiento definitivo tras la celebración de un consejo de administración.
La credibilidad, en el punto de mira
En este momento importante, Zegona golpea a la credibilidad de MásMóvil. Y lo hace no tanto mirando al operador español, sino a los accionistas minoritarios. Estos fueron los que no permitieron una venta. En su comunicado, el fondo británico recordaba quiénes habían sido los ‘culpables’ de la negativa (“las discusiones con minoritarios de Yoigo no han dado lugar a un acuerdo total”) y por qué se iban a mantener en la puja: “Dada la incertidumbre actual de la nueva oferta y nuestra expectativa de una mayor claridad en un corto plazo de tiempo, consideramos que en el mejor interés de los accionistas Zegona se mantiene en la operación”.
En ese intento por minar la credibilidad, insiste en una comunicación oficial al mercado –donde tiene suspendidas de cotización sus acciones desde hace más de tres meses- que la oferta de MásMóvil está condicionada a la ‘due diligence’, a la entrega (y aceptación) de la documentación y a la capacidad para lograr una parte “importante” de la financiación.
Cuando se refiere al precio que ha ofrecido el operador español por Yoigo es también, en parte, una forma de insinuar que es una forma de tirar la casa por la ventana. “El precio es más alto de lo que Zegona considera justo y razonable dado el estado del negocio, nuestro enfoque disciplinado sobre la valoración y nuestro foco en el retorno a accionistas”, ha resaltado.
Y, ¿qué tiene que decir MásMóvil sobre esto? Preguntadas por este medio digital, fuentes oficiales de la compañía no han querido ofrecer ninguna respuesta a estos planteamientos.
¿Por qué el ‘no’ de los minoritarios?
Más allá de los ataques, el fondo británico utilizó la comunicación para confirmar que hubo acuerdo total con TeliaSonera que fue bloqueado por los minoritarios. Fue la principal razón para que no estampara su firma en el documento de venta.
Pero, ¿qué ha llevado realmente a estos accionistas a negarse a una operación como esta? Fuentes de la constructora FCC confirman que no hubo un ‘no’ rotundo, sino que hubo un enfriamiento de las conversaciones sin más. Según su versión, se pidió una ampliación de la oferta de Zegona y se quedó en suspenso. Sólo un tiempo después surgió el interés de MásMóvil. Y todo se aceleró sin que hubiera un pronunciamiento oficial.
¿Cómo llegan los dos?
Sea como sea, la realidad es que los dos llegan en momentos muy diferentes. MásMóvil lo hace justo en pleno proceso de digestión de muchas de las adquisiciones protagonizadas en los dos últimos años. Y con la compra de Pepephone, valorada en 158 millones de euros, aún pendiente de la última ampliación de capital.
Por su parte, Zegona libra esta batalla un año y medio después de nacer con el objetivo de crear un portfolio de compañías de telecomunicaciones valorado en más de 1.000 millones de libras. Tras haber comprado Telecable en Asturias, busca ganar posiciones en España con Yoigo. En caso de que la compra de ésta última no sea haga efectiva, seguirá analizando más ofertas en el mercado europeo.