Un desplome sin precedentes en la banca española, por encima del sufrido en septiembre de 2008 con la crisis de Lehman Brothers. Este ‘viernes negro’ ha pasado una dura factura a las principales entidades: de las siete compañías que mayor desplome han registrado, seis fueron bancos. Cayeron hasta un 21% por el temor al contagio financiero que acarreará la salida del Reino Unido de la Unión Europea tras el referéndum.
Santander y Sabadell son las dos entidades más expuestas y tardarán mucho tiempo en olvidar este día. Después de desplomarse un 25% en la apertura, se han dejado más de un 19%, en lo que sigue siendo la mayor caída de su historia.
Los dos más expuestos
No es para menos. Según los datos de Analistas Financieros Internacionales (Afi), se estima que Santander UK es depositario de entre el 10% y el 20% de las cuentas corrientes británicas y logró un 30% de su beneficio neto en Reino Unido en 2015. TSB, cuyo propietario es Sabadell, controla el 5% de las cuentas. Las ganancias que logró en el país representaban el 17% del total del banco.
El varapalo de Santander tiene una cifra: 26 millones de clientes en el Reino Unido. La entidad presidida por Ana Botín ha hecho bandera de su apuesta por las Islas tras la compra Abbey por 13.199 millones de euros en 2004.
¿Cuáles son sus números allí? Además de los 26 millones de clientes, su plantilla británica supera las 25.800 personas. En las Islas alcanza un volumen de créditos concedidos de 282.673 millones de euros y logra un beneficio atribuido de 1.971 millones de euros en el último ejercicio.
La presidenta de Santander, Ana Botín, ha señalado que en la entidad siguen "tan comprometidos como siempre con nuestros equipos y clientes en Reino Unido". "Nuestro modelo de negocio diversificado y centrado en banca comercial nos aportan estabilidad y fortaleza; el banco ha demostrado su solidez a lo largo de su historia y pagado dividendo a sus accionistas de manera ininterrumpida en los 50 años".
La apuesta del Sabadell por el mercado británico es mucho más reciente. Compró la entidad TBS en 2015. Por ella pagó 1.700 millones de libras. Allí tiene más de 8.200 empleados y 614 sucursales repartidas entre Inglaterra, Gales y Escocia. En los seis meses que consolidó su resultado en el balance de Sabadell, el Reino Unido aportó a la entidad catalana un margen de intereses de 540 millones de euros y suma depósitos de clientes por valor de 35.249 millones de euros.
Caídas más 'leves' en el resto
El resto de las entidades, con mucha menor exposición al 'brexit', han caído por el temor al contagio financiero. Popular y Bankia, dos entidades sin negocio fuera de España, se han desplomado un 15,3% y un 18,1%, respectivamente. Mientras tanto, BBVA y Caixabank se redujo un 16% y un 18%. Bankinter es el banco que mejor se comportó con una reducción de apenas el 9%, uno de los grandes bancos europeos que están soportando mejor las caídas.
BBVA ha descartado un "impacto relevante" en sus resultados y en su capital. Fuentes del banco han explicado a Europa Press que tiene una posición de liquidez "extraordinariamente" holgada para gestionar una volatilidad extrema en los mercados. La entidad ha puesto en valor que apenas tiene presencia en Reino Unido, en donde cuenta con 158 empleados, lo que supone el 0,1% de la plantilla del grupo, y con activos que representan el 0,3% del balance total.
De las siete compañías que más caen en estas primeras horas de cotización, seis son entidades financieras.
Desplome histórico en la banca europea
El Índice de Bancos Europeos del Stoxx 600 ha caído por encima del 14,4%, es el peor comportamiento de la serie histórica de este índice (desde el año 1987). Para contextualizar: con Lehman Brothers, el desplome fue del 10%.
Los bancos europeos más afectados son los de los países periféricos. Los dos principales de Grecia se dejan en torno a un 30% de su capitalización. Las entidades irlandesas, italianas y españolas, por este orden, son los que peores cifras han registrado.
El selectivo de bancos europeos está en mínimos desde verano de 2012. Fue en aquellas fechas cuando Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), pronunció su frase más famosa: “Haré lo que sea necesario para salvar el euro y créanme será suficiente”.