Fernando Restoy es uno de los más prestigiosos altos funcionarios del Banco de España, pero ha estado metido en todos los charcos financieros de los últimos años, desde las obligaciones preferentes al caso Bankia. El pasado 1 de julio terminó uno de sus calvarios: el juez Fernando Andreu rechazó imputarlo en el proceso de Bankia junto al ex gobernador del Banco de España (BdE), Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tal como había pedido el abogado Andrés Herzog.
Sólo 29 días después, el BdE ha anunciado que Restoy, subgobernador de la entidad, ha sido nombrado presidente del Financial Stability Institute (FSI) dependiente del Banco de Pagos Internacionales (BPI) que dirige el español Jaime Caruana. Con el fin de no complicar más las cosas al gobierno en funciones, Restoy ha negociado con su nuevo empleador para incorporarse a partir del 1 de enero de 2017.
Este plazo debería ser suficiente para que se aclarara el panorama para nombrar a un nuevo subgobernador. El sustituto deberá ser propuesto por el gobernador Luis Linde y ratificado por un Ejecutivo que no esté en funciones. La elección será compleja porque no se sabe qué tipo de gobierno existirá en enero -si lo hay-, y que equilibrios parlamentarios serán necesarios para sostenerlo.
¿Por qué se va Restoy? “Mucho ha aguantado Restoy en los últimos años”, dice uno de sus amigos. El caso Bankia, donde se puso en cuestión su papel en la salida a bolsa de la entidad cuando él era vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como su gestión cuando era presidente del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), lo ha desgastado muchísimo desde el punto de vista personal. Además, el asunto acabó enfrentándolo con los inspectores del banco, sobre todo con el grupo que apoya a los peritos del juez Andreu que creen que la salida fue fraudulenta.
Restoy, además, estaba encargado en el Banco de España de crear los protocolos de relación con el nuevo Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y su trabajo fue sistemáticamente atacado por los inspectores que enviaban cartas a Fráncfort criticándole. Pese a ello, logró poner en marcha la integración de la institución en el MUS.
En el punto de mira de Guindos
Cuando se escarba un poco más en las razones de su salida aparece un nombre: Luis de Guindos, el ministro de Economía, cuyas recientes victorias en Europa le han convertido en uno de los fijos en cualquier fórmula de gobierno donde esté Rajoy o el PP. “De Guindos no quería a Restoy”, cuenta un alto funcionario que los conoce bien a ambos. “Le ha hecho la vida imposible todos estos años”.
Esta animosidad explicaría la circunspección con la que De Guindos valoró su salida desde la mesa donde el viernes daba cuenta del resultado del Consejo de Ministros. “Sólo quiero agradecerle su aportación”, dijo.
Sin embargo, en el Banco de España nadie olvida las palabras de De Guindos en el Congreso en diciembre de 2014 cuando declaró que el Gobierno de Zapatero “forzó voluntades" para propiciar la salida a bolsa de Bankia, mientras la CNMV y el Banco de España “miraban para otro lado”. El propio Linde, amigo y maestro de De Guindos, autorizó a emitir una nota cuestionando las palabras del ministro ante lo que se interpretó como un ataque directo a Restoy, a quien se le atribuyen conexiones con el PSOE desde hace muchos años.
Poco después, Restoy también recibió un insólito ataque del secretario de Estado de Economía, Iñigo Fernández de Mesa, después de haber planteado en un foro privado una reforma del modelo de supervisión en España. El subgobernador sugirió que el país evolucionara hacia el modelo “twin peaks”, es decir que todo el sector financiero quedara regulado por el Banco de España y la CNMV, desapareciendo la Dirección General de Seguros, y ganando poder el banco.
La polémica no tenía mucho sentido, porque el PP llevaba en su programa electoral el modelo “twin peaks”, pero alguien consideró que Restoy intentaba acaparar poder aprovechando que el Gobierno de Rajoy ya estaba en funciones o que deseaba posicionarse de cara a la designación de un nuevo gobernador en 2018.
Restoy es un hombre que despierta sentimientos encontrados. Quienes han trabajado con él lo admiran, dicen que “es un maestro” y que tiene la cualidad de combinar la seriedad académica y la capacidad ejecutiva. Desgraciadamente, tiene muchos detractores en la opinión pública, porque ha estado en el ojo del huracán de dos operaciones que la Justicia ha declarado fraudulentas: las preferentes y la salida a bolsa de Bankia. “Estas son las cosas que cabrean a la gente”, dice Andrés Herzog, el abogado de UPyD que interpuso la querella contra Rodrigo Rato y Bankia y que ahora representa a la Confederación Intersindical de Crédito (CIC). “Restoy ha estado en el epicentro del desastre de Bankia y se va a ir de rositas, como muchos otros”.
En septiembre de 2003, Restoy firmó junto con Juan Ayuso, Jorge Martínez y Luis A. Maza un artículo en el Boletín del BdE donde estimaba que la sobrevaloración de la vivienda en España se situaba “entre un 8% y un 20%”.
El letrado cita un hecho con ribetes criticables: Restoy fue el responsable de encargar a la auditora Deloitte una serie de trabajos que después la llevaron a ser sancionada por el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). “Su firma estaba ahí”, recuerda. El todavía subgobernador del Banco de España nació en Madrid el 4 de septiembre de 1961. Estudió Económicas en la Universidad Complutense y siguió el camino que el ex gobernador Luis Ángel Rojo recomendaba a quienes querían prosperar en el Banco de España: un máster en Econometría en la London School of Economics (LSE). Restoy repitió con otro máster en Economía en Harvard en 1990, donde también se doctoró en 1991.
La etapa en la CNMV
En septiembre de 2003, Restoy firmó junto con Juan Ayuso, Jorge Martínez y Luis A. Maza un artículo en el Boletín del BdE donde estimaba que la sobrevaloración de la vivienda en España se situaba “entre un 8% y un 20%”. El texto provocó el enfado del vicepresidente económico Rodrigo Rato quien se quejó al entonces gobernador Jaime Caruana. Le pidió explicaciones a Restoy y éste se defendió afirmando que el resultado era fruto de un trabajo empírico. Aunque Rato aprovechó un párrafo que advertía de la dificultad de medir la evolución de los precios para zanjar la polémica y decir que “no creo que estemos ante una situación de burbuja”, Restoy siguió haciendo estudios sobre la sobrevaloración de los activos inmobiliarios que firmaba con su colega Juan Ayuso.
La carrera de Restoy discurrió siempre por el Servicio de Estudios del Banco de España. Su progresión se vio bloqueada por uno de sus mentores: José Luis Malo de Molina que dirigió el Servicio de Estudios desde 1992 (Restoy llevaba un año ahí) hasta septiembre de 2015. Uno de los grandes misterios de la entidad es llegar a saber cómo sobrevivió Malo de Molina al frente del servicio durante 23 años.
En 2007, cuando Fernández Ordóñez volvió a confirmar a Malo de Molina, Restoy aceptó irse a la CNMV primero como consejero y en 2008 como “número dos” de Julio Segura. Y ahí estaba cuando se produjo la salida a bolsa de Bankia en 2011, que venía bendecida por su casa madre. "Restoy actuó como presidente en funciones de la CNMV (en sustitución de Julio Segura, en situación de baja por enfermedad) y, por lo tanto, autorizó la Oferta Pública de Suscripción de acciones (OPS) que los peritos han calificado tajantemente de fraudulenta", afirma el abogado Herzog. Sin embargo, fuentes del Banco de España aseguran que cuando Bankia salió a Bolsa, en julio de 2011, Julio Segura ya se había reincorporado plenamente a sus funciones.
Un puesto de segunda línea
Restoy fue designado subgobernador por Luis Linde en 2012. Como subgobernador tuvo que ejercer como presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y cumplió un papel relevante en el llamado “rescate bancario”. En 2013 todavía tuvo tiempo de interceder ante Linde para que no cesara en el Servicio de Estudios a su amigo y maestro Malo de Molina.
Desde el BdE se dice que es un hecho afortunado que tras la salida del ex subgobernador José Viñals del FMI para ir a presidir el banco inglés Standard Chartered, otro español como Restoy vuelva a quedar situado en un alto cargo de las finanzas internacionales. Sin embargo, el puesto de Restoy no está a la altura del que ocupaba Viñals en el fondo.
El destino que ha conseguido Restoy en el FSI será un auténtico bálsamo para él. La entidad es el think tank del Banco de Pagos Internacionales, que dirige su amigo Caruana, una institución que siempre está en segunda línea de la actualidad y alejada de polémicas, pero que es muy importante a la hora de elaborar las normas bancarias.
El FSI se dedica a formar a los altos directivos de bancos centrales y órganos de supoervisión. El cometido cuadra perfectamente con su vocación de hombre estudioso. Además, si los sueldos del instituto están alineados con los del BPI, Restoy ganará probablemente como un jefe de servicio del banco, es decir, más de 500.000 euros anuales, en francos suizos.