"Un contrato único para gobernarnos a todos... un contrato para el acuerdo, un contrato para la investidura”. Al igual que el anillo único de Sauron, la propuesta estrella de Ciudadanos, el contrato único, se ha convertido en una de las piezas clave para que, tras casi 250 días, España vuelva a tener Gobierno, con la diferencia de que en la historia de J. R. R. Tolkien la solución estaba en su destrucción y, en nuestro caso, depende de su construcción jurídica (que esperemos no implique superar la trilogía de elecciones).
En este sentido, tras cinco días de negociación, y acordadas 50 medidas para el pacto de investidura, PP y Ciudadanos pospusieron para el jueves la discusión sobre la citada medida laboral. No obstante, es preciso recordar que dicha figura ha sido calificada por la actual ministra de Empleo en funciones, y miembro del equipo negociador del PP, Fátima Báñez, como "experimento", "inconstitucional" y que supone "abaratar el despido y menos derechos para los trabajadores”, ¿nada que ver con el contrato de apoyo a los emprendedores? Todo un paradigma de defensa de los derechos sociales.
El contrato único ya fue convertido en "estable y progresivo" en la negociación entre C's y PSOE
Asimismo, esta figura ya fue objeto de controversia durante las negociaciones entre PSOE y Ciudadanos, lo que supuso que este último aceptará ciertas alteraciones en su propuesta, dando lugar a la inclusión del denominado “contrato estable y progresivo” en la investidura de El Abrazo, fallida allá por el 2 de marzo.
De acuerdo con lo anterior, no es descartable que Ciudadanos acepte volver a modificar su modelo inicial de contrato único para desbloquear la actual situación política, empujando a Mariano Rajoy a intentar la investidura. A tal efecto, desde mi punto de vista, si bien la propuesta de la formación naranja supone un progreso, y no un “experimento”, la medida está pensada, o ha sido explicada, “a medias”, ya que lo único que contiene es (¡) una indemnización creciente en base a la antigüedad del empleado, sin aclarar días mínimos y máximos, así como (ii) una penalización a los que abusen del despido; contenido, en mi opinión, insuficiente por las siguientes razones.
Un único contrato con indemnización progresiva podría fomentar la destrucción de los actuales empleos indefinidos
En primer lugar, para acabar con la dualidad en la contratación, una de las principales lacras de nuestro modelo laboral, ¿basta con establecer un único contrato que tenga una indemnización progresiva en base a la antigüedad (12 días el primer año, 14 el segundo, etc.,)? No, ya que ello podría implicar la masiva destrucción de empleo en los primeros años de la relación laboral (cuando la indemnización es más baja) convirtiendo a los actuales empleados fijos, en indefinidos con fecha de caducidad “legal”.
En este punto, es preciso destacar que cuatro de cada diez contratos temporales firmados en julio tenían una duración igual o inferior a un mes. Por tanto, considero que es necesario que los importes indemnizatorios se mantengan inalterados, con las particularidades que comentaré más adelante relacionadas con la denominada “mochila austriaca”.
Aumentar las cotizaciones de las empresas que opten por echar a sus indefinidos no desincentivaría los despidos
¿Es suficiente para desincentivar los despidos en los primeros años de antigüedad con aumentar las cotizaciones sociales de aquellos que abusen de dicha posibilidad “legal”, siendo esta otra de las propuestas de Ciudadanos? No, a día de hoy contratar a un empleado temporal es un 1% más caro a efectos de coste de la Seguridad Social, no pudiendo tampoco acceder a ningún tipo de bonificación, y ambas consecuencias no han supuesto una disminución de los porcentajes de utilización de estos contratos, siendo temporales más del 90% de los contratos registrados en julio.
Conforme a las anteriores negaciones, ¿es entonces posible la construcción jurídica de un contrato único que termine realmente, y no solo formalmente, con la dualidad en la contratación? Sí, y además lograría una mejora en la financiación de la Seguridad Social.
Este contrato debe vincularse con la 'mochila austriaca' para que el trabajador 'acumule' 20 días de salario al año
A tal efecto, es preciso que el contrato único se vincule directamente con otra de las propuestas de Ciudadanos, y también del PP, la mochila austriaca que acompañaría al trabajador durante toda su vida laboral, gestionada por la Seguridad Social y financiada a través de las cotizaciones mensuales por un importe de 20 días de salario por año de servicio.
En este sentido, en el supuesto de extinción del contrato único, el importe de la mochila, en lugar de abonarse de una sólo vez, se pagaría, con carácter general, de forma prorrateada, promoviendo el ahorro a sus perceptores, lo que indirectamente podría implicar disminuir el gasto de la prestación por desempleo y, por ende, su porcentaje de cotización, ya que hasta el consumo de la mochila, no se accedería al denominado paro.
El despido objetivo estaría cubierto por la 'mochila' más el abono adicional del empresario
Conforme a lo expuesto, el despido objetivo estaría cubierto por la mencionada mochila (20 días), teniendo el empresario que abonar una cantidad adicional, hasta alcanzar los 45/33 días, sólo en los supuestos de despido improcedente, pero pudiendo también recuperar parte de lo aportado en los casos de despido disciplinario declarado procedente. Por tanto, no desaparecería la causalidad de las extinciones, y el contrato único dejaría de ser “inconstitucional”.
¿Cómo favorece este contrato único mochilizado a la financiación de la Seguridad Social? Aparte de la comentada reducción de la prestación por desempleo, si un empleado durante su vida laboral no utiliza total o parcialmente su mochila, o la misma ya ha alcanzado su importe máximo (doce mensualidades), entonces ésta se convertirá en un plan de pensiones, lo que permitiría sostener la prestación de jubilación mediante la conjugación del actual sistema de reparto con un sistema de capitalización individual.
Conjungando contrato único y 'mochila austriaca' se acabaría con la precariedad laboral de la temporalidad
De acuerdo con lo anterior, conjugando ambas propuestas –contrato único indefinido y mochila austriaca –, en mi opinión, se podría terminar con la precariedad laboral generada por el uso fraudulento de los contratos temporales, ya que estos empleados pasarían a ser indefinidos, siendo la temporalidad una causa de extinción y no de contratación, y produciéndose un incremento automático, y no ascendente, de su indemnización (de 12, a un mínimo de 20 días). Todo ello sin sobrecoste para la empresa y sin "abaratar el despido y menos derechos para los trabajadores”, como afirma la ministra en funciones.
En definitiva, esperemos que sea quien sea el nuevo Gobierno, sea valiente y esté dispuesto a experimentos constitucionales que logren un mercado laboral más justo, y que aquel se forme bajo verdaderos pactos de progreso ya que “las prisas nunca fueron buenas”, y a diferencia de la Tierra Media de El Señor de los Anillos, España es una realidad y no una ficción, que no puede permitirse otros cuatro años donde el mantenimiento de la economía se logre a costa del sacrificio de los trabajadores.
***Alberto Santos Iglesias es abogado laboralista.