El Cairo

El jueves fue un día histórico en Egipto, entre otras cosas, porque el Banco Central liberalizó el cambio de la moneda local, que hasta ahora cotizaba con un tipo de cambio anclado y desde ahora lo hace libremente ante otras. El primer ministro Sherif Ismail, en una inusual rueda de prensa, se presentó ante los periodistas rodeado de los ministros clave relacionados con la economía. A saber, el de Petróleo, el de Suministro, el de Comercio e Industria o la de Inversiones, que justificaron las recientes reformas y las que están por venir. Según Ismail, el país no podía permitirse el lujo de retrasarlas.



Y tanto. Un ejemplo para entender la urgencia a la que se refiere es que del jueves al viernes los precios de los carburantes aumentaron entre un 30% y un 50%. El litro de gasolina de 92 octanos pasó de 2,60 libras a 3,50 libras, la de 80, de 1,60 a 3,35 libras y el diesel subió de 1,80 a 2,35 libras. Además, la botella de gas butano pasó a costar casi un 50% más. Literalmente de la noche a la mañana y después de que en septiembre la electricidad subiera entre un 25% y un 40%.



La libra egipcia se ha desplomado y ha perdido prácticamente la mitad de su valor entre jueves (-35%) y viernes (-11%). No es lo único que ha subido, de hecho, es complicado encontrar algo que no lo haya hecho en los últimos meses porque incluso los productos subsidiados se han encarecido. El azúcar que se obtiene gracias a las cartillas de subsidio que, según datos oficiales, son utilizadas por 71 millones de personas, se encareció un 40%. La medida llegaba en un intento por terminar con la manipulación de los mercados, según explicó un alto funcionario de Interior al diario Al Ahram, en un contexto de desabastecimiento de este alimento básico en el país.

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La falta de azúcar era la guinda, semanas antes había incluso una protesta de madres ante el desabastecimiento de leche para bebés, y en la redes sociales se hacían listas de cosas imposibles de encontrar tales como algunas píldoras anticonceptivas, suero intravenoso, determinadas marcas de galletas y chocolates… la mayoría importados. En Egipto la mayoría de los bienes básicos como el trigo son importados.



La debilidad de la libra egipcia está detrás de todos esos problemas. Su cotización frente al dólar estadounidense ha iniciado una espiral bajista y cada billete de EEUU se cambiaba a más de 15 libras a última hora del viernes. Según Afp, la reserva de moneda extranjera no ha dejado de caer en los últimos años, de la mano de la crisis del turismo y la inestabilidad. En concreto, la reserva de dólares era de 19.600 millones en septiembre, un 50% menos que en 2011, antes de la revolución que derrocó a Hosni Mubarak. La cotización del billete de EEUU ha pasado de 6 a más de 15 libras en estos cinco años, según datos de Bloomberg.



La libra egipcia cotizaba a 8,78 frente al dólar desde el pasado mes de marzo, cuando fue devaluada un 13%, pero en el creciente mercado negro el precio llegaba a superar los 18. El Banco Central egipcio informó el jueves de que la liberalización del tipo de cambio tenía el objetivo de que la compra y venta de divisa extranjera regresara a los canales legítimos. Devaluó la moneda un 48% temporalmente para colocarla a 13 frente al dólar y la dejó flotar. El viernes al medio día, el precio de compra en el banco egipcio CIB era de 15,25 y el de venta, 15,75.



Además, el Banco Central permitió a los bancos que abrieran hasta las nueve de la noche y los fines de semana para que los clientes puedan hacer todas las operaciones que deseen. La crisis era tal que ante la falta de divisas la mayoría de los bancos habían restringido en las últimas semanas el uso de las tarjetas fuera del país, con límites tan exiguos del tipo de 100 dólares por mes. Justo al poco de anunciarse la medida, el director de una empresa de alimentación que prefiere no dar su nombre, compró dólares a 13,5 con el objetivo de venderlos después. Lo hizo en la mañana del viernes con un beneficio de alrededor del 11% en 24 horas.

Aparte del afán especulativo, otros simplemente celebran una medida que les beneficia. Rabea, un farmacéutico de El Cairo que no quiere dar más datos, tenía una deuda a la que hacer frente en su tarjeta de crédito, pero sus ahorros estaban en euros. "He estado esperando para pagar porque sabía que el cambio no podía estar así por demasiado tiempo. Si hubiera pagado antes la deuda que tenía, que era en libras, me habría costado 1.000 euros más que lo que he pagado hoy [viernes]".

Mai, una joven egipcia residente en Eslovaquia, tiene preparado un viaje a casa este mes para, entre otras cosas, poder llevarse sus ahorros. "Lo había intentado todo, hasta miré cómo poder hacerlo a través de PayPal pero no encontré la manera de tener acceso a mi dinero desde fuera del país, así que he tenido que comprar un billete a El Cairo para poder coger mi dinero. Claro que lo hice antes de la liberalización", se lamenta.

El rescate del FMI

En la rueda de prensa del viernes con la plana mayor del Gobierno, el ministro de Finanzas, Amr El-Garhy, dijo que tener dos sistemas de cambio paralelos había afectado a la inversión y que la liberalización del cambio será un estímulo. Estas reformas vienen motivadas por la consecución de un préstamo del Fondo Monetario Internacional de 12.000 millones de dólares durante tres años. El acuerdo preliminar alcanzado el pasado agosto estipula que el país debe reducir su déficit al 5,5% del PIB y la deuda al 88% en 2018-2019, según informó Efe. Para ello, además, se ha introducido un impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que será del 13% este año fiscal y del 14% el próximo.

El primer ministro dijo que con las reformas quieren reducir el déficit presupuestario del 12,2% del PIB actual a menos del 10%, y que se hará como se está viendo: subiendo los impuestos y reduciendo los subsidios que sobrecargan el presupuesto dejando sólo 200 millones de libras para salud, educación y otros servicios.

Atraer inversores



Angus Blair, presidente del Instituto Signet, un centro de análisis con sede en El Cairo dedicado a Oriente Medio, explica a EL ESPAÑOL que estos movimientos pretenden crear un nuevo modelo económico para el país, pero aún se necesitan muchas más reformas económicas, incluido el sistema de subsidios. “La economía, el términos de inversión, ahora parece más atractiva, pero liberalizar la moneda es sólo una parte. Necesitamos reformas en la burocracia, los incentivos a la inversión y otros factores para alentar la inversión”.



En la calle se temen las consecuencias de las reformas, porque más allá en los mercados, el egipcio medio ya afronta grandes dificultades y la tasa de pobreza no deja de crecer. “Ya es muy complicado vivir aquí, todo está muy caro y cada día suben los precios. Es desesperante”, decía Mohammad Elsayed, que trabaja en una empresa de alimentación donde los salarios no están llegando a tiempo.



Por su parte, el poderoso ejército egipcio anunció el pasado martes que distribuirá alimentos a precios reducidos en todo el país para ayudar a los ciudadanos a afrontar la crisis. En concreto, han preparado 8 millones de cajas de comida para venderlas a mitad del precio de mercado. Por 25 libras tienen un paquete de azúcar, otro de arroz, habas secas, tres paquetes de pasta, margarina, té y concentrado de tomate, según informó la prensa local.



Ya en medio de la crisis por la escasez de leche para bebés, el ejército -que también vende carne y agua y tiene pastelerías, lavanderías, club sociales y deportivos, gasolineras, hospitales y otros negocios– importó grandes cantidades de este producto para ponerlo en el mercado a mitad de precio. Desde el Gobierno, para proteger a los más necesitados –el 27,8% de la población vive en la pobreza, según la ONU– ante la subida de precios han tomado la determinación de subir el dinero por persona de las cartillas subsidio desde 18 libras a 21.



El primer ministro reconoció que debido al alza de los combustibles algunos productos se encarecerán pero que se reunirá con los gobernadores provinciales para establecer un plan de acción para controlar los precios. Además, dijo que hay que revisar quién tiene acceso a los productos subsidiados para asegurar que sólo lo tenga quien de verdad lo merezca. Sin embargo, no explicó cómo ejercer dicho control.

La vez anterior en la que Egipto liberalizó la libra fue en 2003. Según un análisis publicado por el diario Mada Mars, como consecuencia los beneficios por exportaciones crecieron un 46%, aunque en ello intervinieron otros factores aparte de la moneda, como la mejora del clima inversor internacional.

Las inversiones también crecieron un 64%, aunque la cifra incluía la venta de acciones mayoritarias en empresas locales a inversores extranjeros. Sin embargo, la tasa de inflación no dejó de subir mes a mes, desde el 2,9% en enero de 2003 cuando se tomó la decisión, al 17,3% en diciembre de 2004.

Un estudio del Banco Mundial sobre el impacto de la devaluación de la libra entre los años 2000 y 2005 mostró un descenso en el consumo de las familias en una media del 7,4%, además de que el número de familias pobres aumentó un 5,1% hasta el 21,8% de la población.

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