Es difícil tomar al pie de la letra las palabras de Silvio Berlusconi, especialmente cuando se encuentra inmerso en campaña electoral. Pero su posicionamiento ante el próximo referéndum constitucional resulta revelador. El líder de Forza Italia asegura que cumplirá con su papel de opositor abogando por el ‘no’, mientras que su canal Mediaset se decantará por el ‘sí’, ya que sus dirigentes –con su amigo Fedele Confalonieri a la cabeza- “tienen miedo de una posible venganza de quien tiene el poder” y deben defender los “intereses de los inversores”.
Después Berlusconi matizó sus palabras, pero en definitiva es el pensamiento instalado entre los empresarios. La patronal Confindustria es uno de los grandes actores en la campaña por el ‘sí’ y su presidente Vincenzo Boccia declaró en modo apocalíptico a La Repubblica que “si gana el ‘no’, el país se para”.
Lo que deben votar los italianos el próximo 4 de diciembre es una reforma de la Constitución, que en síntesis reduce el número de senadores, deja a la Cámara Alta sin apenas competencias legislativas y elimina poder de las regiones. Eso es lo que aparece impreso en la papeleta, porque en el discurso político el referéndum se ha entendido casi como una moción sobre el propio Gobierno, que en caso de derrota podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas, en las que el Movimiento 5 Estrellas tendría grandes opciones de hacerse con la Presidencia.
Las encuestas dan la espalda a Renzi
Las encuestas, que antes le sonreían al primer ministro, Matteo Renzi, ahora le dan la espalda. Como ha sucedido con la prensa económica más influyente. Si para los principales diarios hace meses era el programa reformista de Renzi o el caos, en la última semana The Economist o Financial Times parecen decantarse por el caos.
Especialmente doloroso es el editorial de The Economist, que pese a reconocer la inestabilidad que se vendría encima, pide explícitamente el voto por el ‘no’, ya que la modificación de la Carta Magna daría “demasiado poder [a Renzi] para aprobar las leyes que necesita, o dice necesitar, desesperadamente”. Mientras, el Wall Street Journal, en un tono mucho más comedido, también ha advertido esta semana que el rechazo a la reforma debilitaría la zona euro.
De momento, señales no han faltado. La prima de riesgo italiana ha pasado de los 120 puntos en agosto a los 186 en los que cerró este viernes. La bolsa de Milán ha perdido un 4,57% en el último mes y un 24,75% comparándolo con el año anterior, peor parada que el resto de plazas europeas. Mientras que los bancos en problemas –especialmente el Monte dei Paschi, que acaba de aprobar un aumento de capital de 5.000 millones- siguen necesitando inyecciones de liquidez, al tiempo que acaparan los últimos préstamos extraordinarios del Banco Central Europeo.
Según Maxime Sbaihi, economista de Bloomberg en el área euro, “el sector bancario y el cierre de los presupuestos” son actualmente las dos principales preocupaciones para Italia. Si los bancos no consiguen ampliar su capital podrían tener que recurrir al llamado bail-in, es decir a un rescate en el que los inversores perderían parte de sus ahorros. Mientras que en el aspecto presupuestario, Italia y Bruselas mantienen una dura negociación para que el gobierno de Renzi rebaje en unas décimas la previsión de déficit.
Con la inestabilidad que supondría una hipotética victoria del ‘no’ en el referéndum, ambos aspectos podrían verse perjudicados según Sbaihi, que opina que la primera consecuencia sería “el aumento del diferencial de los bonos italianos”, con las dificultades de financiación que esto entraña. El economista de Bloomberg escapa, sin embargo, de las lecturas que sostienen que el referéndum podría traer consecuencias más negativas que el Brexit, ya que “es un voto más abierto y en el peor de los escenarios, Italia afrontaría esta cuestión con un gobierno técnico, que es algo a lo que ya está acostumbrada”.
Desde el Financial Times apuntaban incluso a una hipotética salida del euro de Italia en caso de triunfo del ‘no’. Algo que rechazan tanto Sbaihi como el servicio de estudios de Credit Suisse. El banco suizo añade en un reciente informe que las consecuencias podrían llevar a una intervención del Estado en la banca y retrasaría las reformas económicas del Gobierno, pero que en ningún caso se cuestionaría el abandono de Italia de la moneda única.
Consultar la salida del euro
El Movimiento 5 Estrellas, que aún debería esperar para su asalto al Gobierno a unas elecciones anticipadas que parece difícil que se celebren hasta pasados unos meses, tiene entre sus prioridades consultar a los italianos la salida de su país del euro. Aunque el analista de Bloomberg añade además que para que Italia se descolgara de un tratado europeo, tendría antes que reformar su Constitución, por lo que lo ve una hipótesis “altamente improbable”.
El tejido productivo italiano se basa sobre todo en pequeñas y medianas empresas, que podrían tener dificultades para financiarse en caso de que se reproduzcan los problemas de la banca. Aunque la directora del Departamento de Economía de la Universidad de la Sapienza, Silvia Fedelli, también descarta un “efecto dominó” en el resto del continente.
En caso de que la reforma constitucional sea reprobada, Fedelli prevé una “espiral especulativa”, que tendría efectos “sobre todo en el diferencial con el bono alemán”. “Las finanzas públicas entrarían en dificultad ante el incremento de los intereses para financiarse, pero si Grecia no salió del euro en unas condiciones más adversas”, explica Fedelli, “tampoco se espera que la incerteza de Italia vaya a provocar algo así”.
Los habitantes del sur, más empobrecido, y los jóvenes –con un paro juvenil que roza el 40%- son quienes ponen mayoritariamente contra las cuerdas a Renzi. Las previsiones han dejado de apuntar al qué pasará después del referéndum para centrarse en cómo gestionar el ‘no’ al referéndum. Aunque paradójicamente, como apunta el informe de Credit-Suisse, la reforma de la Constitución –unida al cambio de la ley electoral- le podría otorgar al Movimiento 5 Estrellas mayores opciones de gobernar con mayoría, ya sea con una segunda vuelta o a través de un premio de mayoría en el Parlamento a la lista más votada. A Renzi se le acaba el tiempo en caso de ser derrotado el próximo domingo, mientras que sólo ganaría un poco de aire si logra sacar adelante su reforma.