El lunes 26 de diciembre, en una entrevista en este diario, el portavoz económico del PSOE en el Congreso, Pedro Saura despachaba las críticas al “impuesto a las pérdidas”, uno de los aspectos fundamentales de la subida de impuestos que pactaron el PP y el PSOE, con dos argumentos. El primero de ellos es que las críticas se las había oído a Ciudadanos, y al “Ibex 35”. El segundo argumento era que las pérdidas estaban “latentes” y que las financiábamos todos los españoles.
Empezaremos por el argumento de fondo: efectivamente el artículo 12.3 de la Ley del impuesto de sociedades establecía la deducción de pérdidas en inversiones, antes de que las acciones se vendiesen, pero son pérdidas reales. Ese régimen, que según Pedro Saura, del PSOE, financiamos todos los españoles lo estableció en la ley 16/2007 el último gobierno socialista, el de Rodríguez Zapatero. No está de más recordar que ese gobierno socialista estableció algunos beneficios fiscales espectaculares de los que se benefició fundamentalmente el Ibex 35, como la libertad de amortización sin mantenimiento de empleo.
Agujeros fiscales
El resultado de todo esto fue que en 2011 los grupos consolidados, las muy grandes empresas, pagaron la tasa efectiva más baja de la historia, el 3,8%. Naturalmente, en la crítica a estas medidas, por las que las grandes empresas pagaban poquísimo, me quedé prácticamente solo, porque el PP, aunque derogó alguna, en su momento aplaudió su aprobación. Una crónica de los agujeros fiscales de los que se beneficiaban algunas grandes empresas en esos años se puede encontrar en mi libro ¿Hacienda somos todos? (Ed. Debate, 2014).
En cualquier caso, una cuestión es no admitir una pérdida hasta que se produzca, lo que hizo el PP en 2013. Pero establecer la obligación de volver a ingresar una pérdida ya deducida crea una inseguridad jurídica pavorosa, y eso es lo que han aprobado el PP y el PSOE, y además no han permitido que el Decreto Ley se tramitase para poder realizar enmiendas. Y eso es una postura irresponsable, porque sabían que el Decreto Ley tenía graves fallos.
La chapuza de tributar por las pérdidas
Por otra parte, la restricción de los aplazamientos dejará el próximo mes de enero a muchos autónomos y pymes sin liquidez. Además, la regulación del nuevo impuesto a las pérdidas es una chapuza. Muchas empresas no se beneficiaron de una rebaja real de impuestos, porque al tener pérdidas, no tenían que ingresar nada. Ahora estas empresas tendrán que ingresar unos impuestos que antes no dejaron de pagar. Esto no sólo es una chapuza, sino que es frontalmente contrario al principio de capacidad económica consagrado en el artículo 31 de la Constitución.
Hay que escuchar a todo el mundo, incluyendo a aquellas empresas que están repletas de ex altos cargos del PSOE (y del PP).
Por supuesto, esto afecta a muchísimas empresas, no sólo al Ibex 35. De hecho, en mi último artículo en EL ESPAÑOL exponía que afectaba a un mínimo de 5.000 empresas, según datos de la Agencia Tributaria. Ahora la CEOE calcula que hay más de 15.000 empresas afectadas. En el caso de la limitación de aplazamientos, que habrá que modificar, le guste o no al PP y al PSOE, los afectados son muchísimos más. Y de nuevo, la regulación de los aplazamientos es una chapuza que va mucho más allá, no sólo de lo que algunas empresas y autónomos pueden soportar, sino incluso de lo que querían sus redactores.
Mutismo de las grandes empresas
No conozco muchas más críticas públicas a la subida de impuestos, y recorte de derechos como los aplazamientos, que pactaron PP y PSOE, que las de Ciudadanos y la CEOE. En concreto, del impuesto sobre las pérdidas, hay alguna declaración mía, y un artículo en estas páginas. De hecho, la representación de las muy grandes empresas, el Consejo Empresarial de la Competitividad, no ha tenido quórum ni para reunirse.
A mí no me han llegado argumentos del Ibex 35. Si me hubiesen llegado, los hubiese escuchado. Hay que escuchar a todo el mundo, incluyendo a aquellas empresas que están repletas de ex altos cargos del PSOE (y del PP). Sin embargo, aquí lo único que hay es que estas empresas también salen perjudicadas de una regulación chapucera, y se hacen eco de los argumentos por los que Ciudadanos no apoyó una subida de impuestos, por muchas razones. Hay una fundamental, no se puede recaudar a cualquier precio, y hay que exigir impuestos sobre los beneficios, donde quedan muchos agujeros, y no sobre las pérdidas. No vale todo, ni aunque alguno de los perjudicados directos sean antiguos beneficiados de la gestión del PSOE.
*** Francisco de la Torre Díaz es diputado y portavoz de Hacienda de Ciudadanos en el Congreso.