El 1% de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta. Hoy, ocho personas -ocho hombres- poseen la misma riqueza que la mitad de la humanidad (3.600 millones de personas). Así se desprende del informe de Oxfam Intermón Una economía para el 99% en el que, además, alertan de la desigualdad por cuestión de género: "Las mujeres se llevan la peor parte recibiendo menos salarios, sufriendo más discriminaciones en el ámbito laboral y asumiendo aún la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado", apunta José María Vera, director general de la ONG.
Este incremento de la desigualdad "amenaza con fracturar nuestras sociedades", apunta el informe. Incrementa la "delincuencia y la inseguridad, socava la lucha contra la pobreza y hace que cada vez más personas vivan con más miedo y menos esperanza".
Las causas de la desigualdad
Desde Oxfam Intermón detectan que los ingresos y la riqueza "se vuelcan hacia las capas más altas de la sociedad" a un "ritmo alarmante". De este modo, apuntan, el aumento de la riqueza en los países no mejora la situación de los más pobres.
Para esta ONG, las causas de la desigualdad están directamente relacionadas con las grandes empresas y su modelo de "maximización" de beneficios; esto es, a su juicio, un modelo que conduce a una "devaluación salarial" sobre el trabajador medio, una "presión" sobre los pequeños productores, y a sofisticados esquemas corporativos para "tributar menos de lo que les corresponde", eludiendo así el pago de unos impuestos que beneficiarían al conjunto de la población, especialmente a los sectores más pobres.
Asimismo, mientras los salarios de "la mayoría de los presidentes" y altos ejecutivos se han disparado, no ha pasado lo mismo con los sueldos de los trabajadores, que en algunos casos "incluso se ha reducido", señalan desde Oxfam. A esto se suma otra realidad que conviene no olvidar: La Organización Mundial del Trabajo calcula que 21 millones de personas son víctima de trabajo forzoso, lo que genera unos beneficios que ascienden a aproximadamente 150.000 millones de dólares anuales.
Atendiendo al modelo de maximización de beneficios, grandes empresas también han optado por ello "a costa de tributar lo menos posible, utilizando paraísos fiscales, sacando provecho de tipos impositivos cada vez más bajos o logrando que los países compitan agresivamente entre sí para ofrecerles privilegios fiscales", alertan desde la ONG. De este modo, la rebaja en los tipos nominales del impuesto de sociedades se está convirtiendo "en una tendencia generalizada", lo que hace que muchas grandes empresas "reduzcan su contribución fiscal a mínimos".
"Los mercados deben gestionarse con prudencia"
Para comenzar a dar la vuelta a esta situación de desigualdad, desde Oxfam llaman a gestionar los mercados "con prudencia", de forma que los beneficios del crecimiento distribuyan "de forma equitativa".
De este modo, llaman a los Gobiernos a trabajar en favor del 99% de la población, a cooperar para poner fin a los paraísos fiscales y a apoyar modelos empresariales que beneficien "a todas las capas de la sociedad".
"Es cierto que entre 1988 y 2011 los ingresos del 10% más pobre de la población mundial han mejorado", dicen desde Oxfam, pero matizan: es una mejora "de sólo tres dólares al año, mientras que los del 10% más rico crecieron 182 veces más".