España tiene espejos en los que mirarse si hablamos de la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas. Países europeos como Francia e Italia aventajan (y mucho) a España en esto.
El país galo sigue siendo el país con mayor porcentaje de mujeres en los órganos de gobierno de las cotizadas, con un 37,1%, e Italia, con un 30%, aventaja a España en diez puntos porcentuales. ¿La razón? La ley de cuotas que, como las aprobadas en Holanda y Bélgica, obligan a contar con un porcentaje mínimo de mujeres en los órganos de decisión de sus empresas.
En España, sin embargo, la situación es muy distinta. Según los últimos datos del IESE y Atrevia, nuestro país ha comenzado 2017 con un 20,31% de peso relativo de las féminas en los consejos de las grandes compañías cotizadas del Ibex35.
En concreto, el año arranca con 92 puestos de consejeras en las 35 empresas del selectivo bursátil, que en realidad están ocupados por 84 mujeres, ya que ocho de ellas están presentes en más de un consejo. Para muchas empresas, feminizar sus consejos sigue estando lejos de sus planes. De hecho, una de las grandes cotizadas, Cellnex Tellecom, no cuenta siquiera con una mujer en su consejo; Viscofan, por su parte, cuenta con una y Meliá, con dos.
¿Obligación o recomendación?
En España lo intentó el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero con el Plan de Igualdad de 2007, con el que recomendaba -pero no imponía- alcanzar un 40% de mujeres en los consejos en 2015, un porcentaje que no se ha conseguido.
La Comisión Europea, por su parte, estableció en 2012 la recomendación, también, de que al menos el 40% de los puestos no ejecutivos de los Consejos de Administración estén ocupados por mujeres en el año 2020. Faltan tres años para que se cumpla el plazo y, de momento, España está lejos de cumplirlo, ya que, mientras en las empresas del Ibex nos encontramos en el 20%, la mujer está presente en alrededor del 30% de las sillas de los consejos no-Ibex.
El debate vuelve a estar servido. ¿Sirven las cuotas? ¿Debería España aplicarlas? Para el doctor en Economía e investigador de Fedea Ignacio Conde-Ruiz, hay que caminar hacia una ley de cuotas "gradual y temporal", esto es, que vaya introduciendo mujeres poco a poco en los consejos y que, cuando esté conseguido el porcentaje justo, desaparezca la ley. Es el modelo que sigue Italia.
La representación actual no responde a cómo están preparadas las mujeres y además supone una pérdida de talento
Para este experto, la ley de cuotas beneficiaría a la igualdad y haría "justicia", ya que "las mujeres llevan veinte años estando más preparadas que los hombres", explica Conde Ruiz. "La representación actual no responde a cómo están preparadas las mujeres y además supone una pérdida de talento", argumenta.
Lo que "se ve en países como Italia", sigue el doctor en Economía, es que "ha mejorado la gobernanza" de las empresas. ¿Por qué? Porque al incluir mujeres en los consejos, quienes salen son quienes están peor preparados. "No vale con que entre una mujer, si entran varias, cambia y mejora la empresa, porque se beneficia de la diversidad", apunta Conde Ruiz, que añade que una ley de cuotas es la única forma de que "en un mundo dominado por hombres" comience un cambio "de arriba hacia abajo".
Para la profesora del IESE Nuria Chinchilla, directora del International Center for Work and Family (ICFW), el dato de mujeres en los consejos del Ibex debería ser "referencia y ejemplo" para todas las organizaciones. Chinchilla es optimista con la evolución, ya que "el peso relativo de mujeres en consejos" se ha multiplicado desde 2010. Pero "no hay que perder la marcha, y se puede acelerar para llegar al escenario de 2020", avisa. La diversidad, continúa la profesora, "siempre es más enriquecedora en la medida en que sepamos integrarla".