"La degradación de los rating emisores de Arabia Saudí refleja el continuo deterioro del balance exterior y de las cuentas públicas, el déficit fiscal significativamente más amplio de lo previsto y las constantes dudas sobre la medida en la que el ambicioso plan de reformas del Gobierno puede ser implementado", señala la calificadora de crédito en un comunicado.
En su análisis, Fitch subraya que el déficit público del reino árabe en 2016 alcanzó los 416.000 millones de riyales (102.669 millones de euros), equivalentes al 17,3% del PIB de Arabia Saudí, superando los niveles del año anterior (362.000 millones de riyales o 89.342 millones de euros) y muy por encima del objetivo presupuestario de 326.000 millones de riyales (80.458 millones de euros).
En 2017, el objetivo de déficit del Gobierno se sitúa en 198.000 millones de riyales (48.867 millones de euros) o el 7,7% del PIB, aunque la agencia de calificación pronostica que se situará este año en el 9,2% del PIB --por encima de la meta de Riad-- para descender hasta el 7,1% en 2018.
Con el objetivo de limitar el impacto en sus finanzas públicas de la caída de los precios del petróleo, Arabia Saudí está implementando un plan de reformas para diversificar su economía y hacerla menos dependiente del crudo.
No obstante, Fitch advierte de que "la escala" de la agenda de reformas, entre las que se incluye el retorno de Arabia Saudí a los mercados internacionales de deuda, la posible salida a Bolsa de una participación de la petrolera estatal Aramco o un importante plan de consolidación fiscal, podría "sobrepasar" la capacidad administrativa de Riad.
Asimismo, la agencia recuerda que los riesgos geopolíticos del país árabe superan a los del resto de países que disponen de una nota de solvencia similar como consecuencia del conflicto en Yemen y las tensiones con Irán.
El retorno de Arabia Saudí a los mercados internacionales de capitales forma parte de las medidas manejadas por Riad para afrontar el impacto en sus finanzas públicas de la caída de los precios del petróleo, que ha provocado un aumento de la deuda y el regreso a situaciones de déficit presupuestario que no se recordaban desde los años 90.
Asimismo, como parte de la respuesta saudí a estas dificultades también se contempla la próxima salida a Bolsa de una participación minoritaria en la petrolera estatal Aramco, que podría tener lugar en 2018 y convertirse en la mayor colocación bursátil de la historia.