Draghi dijo en rueda de prensa que se mantiene la secuencia que habían comunicado en numerosas ocasiones, que los tipos de interés seguirán todavía muy bajos una vez que el BCE haya dejado de comprar deuda.
El BCE reiteró hoy el mensaje: "los tipos de interés rectores se mantendrán en los niveles actuales o en niveles inferiores, durante un período prolongado y bien pasado el horizonte de las compras netas de activos".
Hace algunas semanas surgieron rumores en los mercados de que el BCE podría incrementar los tipos de interés, en concreto la tasa de interés a los depósitos bancarios -que es negativa en estos momentos-, antes de dejar de comprar deuda.
El consejo de gobierno del BCE mantuvo hoy su tasa de interés rectora, la que cobra a los bancos por prestarles a una semana, en el mínimo histórico del 0 %, tras la caída de la inflación hasta el 1,5 % en marzo, caída que fue mayor de lo previsto, según Draghi.
El BCE sigue cobrando a los bancos un 0,4 % por el exceso de sus reservas.
En el pasado, el BCE subió los tipos de interés en julio de 2008, dos meses antes de la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, y en abril y julio de 2011, también algo antes de que la situación empeorara en la zona del euro y tuviera que bajarlos poco después.
Entonces la inflación había subido con fuerza y por ello el BCE decidió incrementar las tasas pero ahora el BCE no ve una subida sostenida de los precios en dirección al 2 %, su objetivo.
Draghi también dijo que el consejo de gobierno no discutió una salida del programa de compras de deuda pública y privada, sobre todo, bonos soberanos.
Pero el presidente del BCE sí se mostró más optimista respecto a la situación económica actual y consideró que ha disminuido algo el riesgo de proteccionismo en el comercio de EEUU.
"Los datos económicos confirman que los datos publicados desde la reunión de comienzos de marzo confirman que la recuperación cíclica de la economía de la zona del euro se vuelve más sólida y que los riesgos a la baja han disminuido más", dijo Draghi.
El consejo de gobierno está de acuerdo de forma unánime, según Draghi, en que "los riesgos para las perspectivas de crecimiento económico de la zona del euro, aunque se mueven hacia una configuración más equilibrada, todavía están a la baja y están relacionados predominantemente con factores globales", como la guerra en Siria.
Draghi reiteró que todavía se necesita un nivel sustancial de expansión monetaria para que suba la inflación a medio plazo.
El presidente del BCE añadió que la caída de la inflación en marzo refleja precios más bajos de la energía y de los alimentos frescos, pero, también, una bajada en los precios de los servicios.
El BCE prevé que la inflación subirá en abril según se desprende de los precios de los contratos de futuros de petróleo.
Asimismo, dijo Draghi que los mercados están evaluando la política fiscal que ha anunciado la nueva Administración estadounidense, que contempla reducir el impuesto de sociedades desde el 35 hasta el 15 %, tres tramos de impuestos para los trabajadores (10 %, 25 % y 35 %) y un impuesto para la repatriación de beneficios de las grandes empresas en el extranjero.
El presidente de la entidad monetaria hizo hincapié en que el consejo de gobierno del BCE no hace política monetaria basada en los resultados electorales, al ser preguntado por la primera vuelta de los comicios presidenciales en Francia.
Pero no hizo comentarios sobre la apreciación del euro, que superó los 1,09 dólares tras el triunfo del candidato centrista Emmanuel Macron en la primera vuelta electoral en Francia.
Los mercados consideran que con este resultado electoral se ha reducido el riesgo de que Francia salga de la zona del euro.
Pero la apreciación del euro frena la inflación porque abarata las importaciones de algunas mercancías como el petróleo -que se pagan en dólares.