En las conclusiones preliminares de su análisis anual de la economía estadounidense, los técnicos del FMI destacan que EEUU parece haber vuelto al pleno empleo, con un PIB un 12% mayor al nivel previo a la recesión, aunque subrayan que la primera economía mundial tiene por delante "considerables desafíos", incluyendo el envejecimiento de la población, la baja productividad y el impacto de las nuevas tecnologías en los mercados.

"El modelo económico de EEUU no está funcionando tan bien como podría a la hora de generar un crecimiento de ingresos ampliamente compartido", advierte la institución señalando la necesidad de acometer un exhaustivo paquete de medidas para estimular el crecimiento de la productividad, reducir la deuda pública y generar el espacio fiscal necesario para financiar el gasto en infraestructuras.

En este sentido, el FMI señala que el Gobierno de Donald Trump pretende llevar a cabo "una amplia revisión de las políticas", aunque advierte de que aún falta un plan que articule estas reformas encaminadas a reducir el déficit y la deuda, así como a reorganizar el sistema fiscal.

"Durante las consultas para la elaboración del 'Artículo IV' se hizo evidente que muchos detalles sobre estos planes aún están por decidir", apunta la institución, que revela sus diferencias con la Administración Trump sobre distintas políticas.

"Las consultas revelaron discrepancias acerca de un rango de políticas y se puso en tela de juicio si la estrategia propuesta por la Administración resulta la más adecuada para alcanzar el objetivo que se pretende conseguir", señala el FMI.

Asimismo, la institución internacional subraya que, incluso con una batería "ideal" de medidas para impulsar el crecimiento, el resultado de la potencial expansión "probablemente sea inferior al proyectado y necesitará más tiempo para materializarse".

LA FED DEBE SUBIR TIPOS

Por otro lado, el análisis del FMI señala que una vez alcanzado su mandato dual de estabilidad de precios y máximo empleo la Reserva Federal debería continuar subiendo los tipos de interés de forma gradual y siempre en función de los datos macroeconómicos.

Asimismo, la institución se muestra partidaria de que el banco central estadounidense pueda asumir temporalmente una inflación por encima del objetivo de estabilidad a medio plazo del 2%.