La más atractiva de las dos, y a la que aspira Barcelona, es la EMA, que regula la industria farmacéutica europea y opera en la capital británica desde 1995.
La EMA, que cuenta con una plantilla de 890 profesionales, recibe cada año visitas de unos 35.000 expertos de la industria, según datos de la UE, mientras que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) tiene 159 empleados.
Por ello, una vez publicadas las candidaturas, la Comisión Europea realizará una evaluación técnica en la que tendrán en cuenta, por ejemplo, las plazas hoteleras de la ciudad, las conexiones de transporte y la capacidad de nutrir con personal local a la EMA, pues Londres aportaba en torno al 20 % de su plantilla.
El Ejecutivo comunitario dejará la decisión al Consejo de la Unión Europea, que representa a los Estados miembros de la UE.
Los países de la Unión mantendrán una "discusión política" sobre la base de la evaluación del Ejecutivo comunitario, último paso antes de que en noviembre los ministros decidan por votación la sede para ambas agencias.
Los ministros de Asuntos Generales serán los encargados de hacer la votación, que se desarrollará en un máximo de tres rondas y seguirá el esquema que ya se utilizó en 2013 para reubicar la sede de CEPOL, agencia de la UE para la formación policial, que se trasladó de Londres a Budapest.
La votación será secreta y cada uno de los Veintisiete -pues el Reino Unido no participará en el proceso- tendrá el mismo número de puntos. En la primera ronda, cada Estado podrá distribuir 3, 2 y 1 puntos a las candidatas, según su orden de preferencia.
Si alguna de ellas consigue 3 puntos de más de la mitad de los países (14), se considerará que ha sido elegida por mayoría absoluta, mientras que si no es así pasarán a la siguiente ronda las tres candidatas con mayor número de votos.
En esta segunda ronda cada país tendrá un punto, de forma que si alguna consigue 14 será la elegida, mientras que si no es así las dos con mayor puntuación pasarán a la ronda final.
En primer lugar se decidirá la nueva sede de la EMA y el país que se haga con ella tendrá renunciar a acoger la EBA, en caso de que también fuera candidato.
Se espera que el proceso de selección concluya el próximo noviembre. EFECOM
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